Los “voluntarios”
del Tercio: combatientes, muertos, heridos y desertores
Mientras tanto
en el pueblo se organizaba la recluta de jóvenes para participar en la guerra. Debe
considerarse que una buena parte de los reclutados de forma "voluntaria"
fueron obligados. Es el caso de los enviados a la bandera Sanjurjo de la Legión Española, que estuvo formada por tres compañías de fusiles, una
de ametralladoras y sus servicios auxiliares, con un total de 700 hombres. A principios
de agosto enviaron de forma forzosa a Zaragoza a vecinos de izquierda de Pradejón, Falces, Mendavia, Peralta y Lodosa entre otros, para integrarse en la primera Bandera del Tercio Sanjurjo.
En el pueblo de
Mendavia fueron los falangistas los encargados de reclutar a finales de julio. El
nombrado López Jalón, delegado local de la Falange, indicaba: Tú, tú y tú… ¡al cuartelillo!
Un vecino se libró porque en cierta ocasión le había salvado un animal de morir
ahogado en el Ebro. Iba por la Carrera cuando les dijo a su cuadrilla que subieran
al cuartelillo. Y tú ¡a casa! -le dijo.
Los reclutados intervienen
en los frentes de Huesca y de Guipuzcoa. El 12 de septiembre de 1936 cae el mendaviés
Emiliano Aramendía Martínez (CNT). Reclutado forzosamente para el bando sublevado,
logra pasar al bando republicano, pero lo agarran y matan en Astigarraga (Guipúzcoa).
Uno del pueblo, que también había desertado, intentó ayudarlo llevándolo a hombros
hasta un corral, pero no lo pudo salvar.
Logran desertar de la bandera y pasar al
bando republicano Máximo Romero, Marceliano Romero, Félix Aznal, Cirilo Elvira Cenzano
y otros, que al terminar la guerra, irán a la cárcel. Julián Martínez Valerio, de 37 años, reemplazo 1922, hijo de Leandro y Martina,
labrador, casado, enrolado forzoso en el Tercio de Sanjurjo, se evade por Tardieta-Huesca
el 19 de febrero de 1938. Le habían matado hermano y madre; en marzo lo encontraremos
en Cataluña. Víctor Albero Aramendía, 23 años, desertor de la bandera
de Sanjurjo, en la sierra de Alcubierre (12-36), se presenta en 1939 y es detenido.
Se le acusa de estar complicado en el “alzamiento contra los guardias” el 18 de
julio de 1936. Felipe Elvira Cenzano fue reclutado para la Bandera de Sanjurgo en
agosto de 1937. También desertó. En la postguerra tuvo que presentarse regularmente
a la Guardia Civil para su control. Algunos de los desertores se integran a la
Brigada 127, según cuenta en su libro Pedro Torralba.
Félix Aznal ha relatado su testimonio:
Estuve siete meses y un día esperando la
pena de muerte pero por lo del santo del Caudillo se me quedó en doce años y un
día. Luego, en otra revisión, se quedó en seis y después de cumplir dos años me
dieron la libertad condicional. Entonces salí… y entonces tuve una bronca con la
Guardia Civil de aquí. Que si era rojo, que si era extremista y cosas de esas. Me
hacían la vida imposible! Yo, mi temperamento ha sido siempre no dejarme pisar por
nadie. Y hubo aquí un jaleo, bajó la Guardia Civil y me dio una torta; yo, la inmediata
fue devolverle no una, le volví veinte, al cabo de la Guardia Civil. Dieron parte
al Gobernador y me mandaron a un batallón disciplinario al campo de Gibraltar, donde
me tuvieron cuatro años.Tuvimos una niña. Ni la vi nacer ni la vi morir. Salí el
año 46 y aquí estamos (Félix Aznal).
Algunos más fueron
reclutados en el pueblo y desertaron hacia el bando republicano. Entre los soldados
reclutados y desertores que salvaron la vida está Abdón Muguía Armendáriz, que cuenta
su experiencia en un libro sobre el Fuerte San Cristóbal (p. 158). Relata al
autor cómo persiguieron a los evadidos del Fuerte San Cristóbal en 1938 y cómo
él logró escaparse a Francia.
Otros más huyeron a Francia
o pasaron al bando republicano: un tal Ochoa y Félix Gonzalo Sainz pasaron a Francia,
junto con Ángel Alegría. Félix y Ángel sufrieron presidio en el campo de concentración
nazi de Gusen. Félix logró sobrevivir. Ángel sufrió peor suerte pues fue fusilado
e incinerado en la misma prisión. Teófilo Elvira también estuvo preso en el campo
de concentración Sachsenhausen (Alemania), subcampo de Karlsruhe y liberado el 10
de marzo del 45 (20/24-04-1945, por tropas rusas o polacas). En este campo de concentración fueron detenidos
varios cientos de exiliados republicanos españoles, entre los que destaca Francisco
Largo Caballero, quien después de que los nazis ocuparan la Francia de Vichy, fue
detenido por la Gestapo.
Cirilo Elvira Cenzano, después de alistado, huye a Francia en las primeras luchas en Guipúzcoa, y naufraga en un barco tratando de regresar por
mar. Es atrapado y enviado a la cárcel. Joaquín Rodríguez
Ordóñez se cuenta entre los exiliados en Francia. Cirilo Quijera también estuvo
en Francia durante 9 años. Victoriano Ursúa se incorporó a los maquis. Muchos estuvieron
presos. Regresaron al pueblo años después, tras haber cumplido diversas condenas.
En batallas posteriores del Tercio mueren
Juan Albisua, Justo Alcalde, Felipe Asurmendi y Faustino Caspe. Dos mendavieses
al menos participaron en la batalla de Huesca de junio de 1937: Julio Elvira y Cayetano
Sádaba; este último fue herido. Toribio Lecea Sancho también fue enviado a la Legión.
Era hermano de tres asesinados.
En testimonio recogido por Rubén Martínez,
un hijo se refiere a su padre que fue enviado como voluntario forzoso, y resultó
malherido en los combates de Peñas de Aholo (Pedres d'Ahuló), desarrollados en su
fase decisiva entre los días 20 y 30 de Mayo del 38.
A mi padre, como a muchos otros, lo mandaron
a la Legión como voluntario forzoso. A los pocos días de estallada la guerra la
autoridades les dijeron a todos los de izquierda que quedaron en el pueblo que tenían
dos posibilidades: ir a la Legión o los mataban aquí. Y ¡qué remedio! Todos a la
Legión, todos a luchar por Franco, porque si no lo hacían la muerte era segura y,
en el frente, no. A él le tocó hacer la guerra contra los suyos unos dos años porque
fue herido en la batalla de Peña de Aholo. Quedó mal, muy mal, ya no se recuperó
nunca. Pero por lo menos salvó la vida, porque de los que fueron de “voluntarios
forzosos” muchos no volvieron y todavía los familiares vieron como ponían sus nombres
como “muertos por Dios y la Patria”. Mi padre volvió como mutilado de guerra, pero
vivo por lo menos. Eso sí, las autoridades ya se encargaron de que no tuviese las
mismas ventajas que los mutilados “de su cuerda”.
Segunda Bandera del Tercio. Fusilados en Torrero
El día 27 de agosto unos veinte mendavieses
más son reclutados para pelear en la Bandera de Sanjurjo. La consigna era “al Frente
o al Fuerte”; si escogían la segunda, seguramente los mataban antes de llegar al
Fuerte de San Cristóbal, que funcionaba como cárcel en Pamplona; si escogían la
primera, con suerte podrían salvar la vida o pasarse al bando republicano.
Tras algunos entrenamientos
en Zaragoza, el día 1 de octubre esta segunda bandera fue enviada a Almudévar y antes de entrar en combate sus integrantes fueron llevados de vuelta en camiones
a Zaragoza, donde se les desarmó. El Estado Mayor de Zaragoza tenía la confidencia
de que la bandera en pleno, o parte de ella, se iba a pasar a las filas republicanas. El día 2 de octubre, tras ser desarmados, fueron encerrados en sus barracones.
Fueron sacados en pequeños grupos a la parte posterior de la Academia donde eran
ametrallados. Los fusilamientos persistieron hasta el día 10. Los muertos fueron
llevados al cementerio de Torrero y enterrados en una fosa común. La cifra es superior a
300, y buena parte de ellos eran navarros.
En febrero de 1979 se exhumaron del cementerio de Torrero los cuerpos de 16 riojanos y 163 navarros que pertenecían a los 13 pueblos que lo
solicitaron. Los servicios municipales informaban: Hubo que abrir varias catas a
lo largo de 250 metros del andador de la mañana 4, hasta dar con los restos de la
bandera Sanjurjo... salían los restos sin féretro y fueron indudablemente identificados
por varios objetos personales como tabaqueras, navajas de afeitar, dentaduras y
hasta una pierna rota y cosido el hueso con alambre... En estos momentos hay constancia
de 218 navarros de 22 pueblos. 1 de Mendavia: Florentino Arróniz Ocáriz. Difícil conocer más detalles, pues es de resaltar
que la bandera Sanjurjo no aparece ni siquiera inscrita en los libros diarios.