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sábado, 29 de febrero de 2020

CRÓNICAS LOCALES - ÁLVAREZ, ANGULO, ANGUSTINA



Desde Marzo de 2020 continúo las entradas al Blog con una nueva propuesta, desarrollándolo como Crónica local, en un sentido amplio, pues recojo insumos de diversas fuentes tanto testimoniales como documentales. Me propongo un triple objetivo:

Establecer una continuidad con los objetivos del libro: Esta es otra historia. Sostener la Memoria. Hacer justicia a lo que nos han contado. Que las palabras de nuestros mayores, en resistencia, no se las lleve el viento, ni las borre la historia oficial. 

Poner de relieve los vínculos familiares y la desorganización social que significó la guerra. Buena parte de ese tejido está aún por recomponer. Los aportes genealógicos, dado el caso, pretenden mostrar los lazos familiares tan profundos en el pueblo, que se vieron cortados. 

Dar cabida a nuevos aportes desde los testimonios resguardados en el ámbito familiar y que se revelan mejor al ofrecer a los descendientes un panorama más colectivo de los hechos.

Se irán presentando las historias vividas por los represaliados, agrupándolos por familias, en lo que sea posible, e incluyendo vínculos con otros mendavieses que estuvieron en el frente.

El blog será una oportunidad para incorporar nuevos testimonios y aportar matices y precisiones, no lo dudo. Gracias a los seguidores consecuentes.


ALVAREZ MARTINEZ 

Juan Álvarez Martínez nació en Mendavia el 16-5-1887. En 1936 era viudo de Casimira Arróniz González con quien había tenido seis hijos (Isabel, Gregorio, Pedro, Agustín, José y Víctor). Se habían casado el 18/10/1909. Juan era Guarda municipal y miembro de la UGT. Los cuatro guardas municipales de Mendavia fueron destituidos, acusados de haber hecho disparos contra la guardia civil y herir a uno cuando comenzó el Golpe. Fueron apresados en Pamplona y, el 31 de agosto de 1936, Manuel Suberviola Asurmendi (UGT), Juan Álvarez Martínez (UGT), Santiago Muguía Armendáriz (UGT) y Julio Martínez Romero fueron fusilados en Vuelta de Castillo, Pamplona. 

Durante los primeros días les quemaron la casa; el hermano más joven, José, pudo salvar las escrituras de la propiedad. Algunos vecinos les ayudaron a salvar la casa. Los antiguos recordaban que Juan Álvarez y sus hijos tenían muy limpio el bebedero y el matadero del pueblo; y los dos lavaderos, en Caralogroño y al lado del puente Grande, junto al Río mayor. Era la labor de mantenimiento del Guarda. Y lo hacían con gran responsabilidad. Contaba mi abuelo Dionisio a sus hijos que, en los días fríos de invierno, Juan hacía hogueras para que se calentaran las mujeres que iban a lavar. Cuando los mataron, ya no lo tuvieron igual de cuidado. Junto al bebedero estaba el lavadero municipal, un edifico bien estructurado, cubierto, donde hoy es almacén municipal. Años después, los niños iban a jugar allí. 

Pedro Álvarez Arróniz nació en 1916. Era jornalero y soltero. Una vez consumado el golpe Pedro se va con un grupo de mendavieses, entre ellos Cosme Elvira, hacia el otro lado del Ebro. A algunos de ellos los cogen durante los primeros días y los fusilan. Cosme y Pedro logran llegar hasta Galluz. Allí aparece documentada su muerte el 26-7-1936. Para llegar hasta sus restos en Galluz, contaron con información de algunas personas del pueblo, por las que también se supo que en el mes de julio de 1936 fueron del pueblo hasta Galluz, donde Pedro y Cosme estaban detenidos y allí los fusilaron. En 1979 exhumaron los restos de siete personas en el cementerio de Galluz. El enterrador actuó de testigo para proceder con la exhumación. La familia de Pedro y la de Cosme pudieron identificar con cierta verosimilitud a sus deudos, y ahora reposan en el cementerio de Mendavia. Se encontraron restos de un cinturón de Pedro. Como testigos de la exhumación se contaron los hermanos de Pedro: Gregorio y Víctor; además de los familiares de Cosme: Jesús Elvira (el de Pascual; hijo de Jacinto) y Antonio Romeo. Es para analizar el hecho de que, en forma falaz, en las fichas del archivo de Navarra aparece como soldado reclutado el 20-1-37. Cuando se preguntaba por él, los ocupantes golpistas del pueblo lo daban por “desaparecido”, y no lo reconocían como fusilado. 

Su hermano Agustín Álvarez Arróniz murió en el Frente, al ser enviado como soldado de quintas el año 1938. Aparece documentada su muerte el 13-11-38, en el frente del Ebro. No regresaron sus restos. Pusieron su nombre (en el cementerio), y nada más. Se dijo que murió en una explosión. 

Otro hermano, Gregorio Álvarez Arróniz, pasó ocho días huyendo por los campos junto con Isidoro Alegría Mateo; se alimentaban del trigo de los tresnales. Volvió a casa, en la calle San Felices, pues ya no podían sobrevivir. Allí estaban su hermana Isabel (de condición especial), Agustín, José y Víctor, junto con su abuela. Por una delación bajaron a buscarlo y se lo llevaron al cuartel. Lo encerraron en la cárcel, y lo tuvieron “paliza tras paliza”. La abuela iba al cuartel a lavar la sangre del nieto, así por varios días. Lo apuntaban en la lista de los que se llevaban para fusilar; por 3 veces lo mandaron bajar del camión que iba con los que serían fusilados. Con la “suerte” que finalmente lo mandaron al frente el 16-8-36. Al finalizar la guerra, le propusieron quedarse en el ejército, pero “por la responsabilidad que tenía en casa con sus hermanos” les dijo que no aceptaba. En el pueblo sufrió amenazas durante varios años de hacerle lo que a su hermano y fue obligado a entregar su carro para el trabajo del campo de algún falangista. 

Un cuñado de Juan, hermano de Casimira, fue llevado al frente, como falangista. Víctor Arróniz González era hijo de Ángel y Gregoria, y nieto de Romualdo, Juana Pérez, Esteban y María Ocáriz. Víctor nació el 28/07/1910 (Libro 21, 143) y vivía en la calle La Virgen, 25. Era soltero y labrador. En el mes de noviembre, es noticia de prensa la presencia en el frente de Eibar, bajo el mando del capitán Montenegro, de los mendavieses enrolados con la Falange Florencio Suberviola Vergara (dado por desaparecido anteriormente), Víctor Arróniz González (muerto al año siguiente), Bernardino Romeo Romero (herido), Teófilo P., Ángel Miranda (herido), Antonio Subero y Jesús Ruiz. De la dureza de los frentes a los que fueron asignados habla el hecho de que dos más de este grupo terminaron muriendo y otros dos resultaron heridos. Víctor murió en el Hospital de Barruelo a consecuencia de heridas recibidas de fusil en el frente de Santander el día 14 de agosto de 1937, sus restos fueron trasladados al cementerio de Mendavia. 

ANGULO ROMERO – ARRÓNIZ ÍNIGO 

Bonifacio Angulo Romero, nacido en Mendavia en 14-5-1899, casado con Margarita Miguel Pascual y con 3 hijos (Margarita, Félix y ---), jornalero, concejal, detenido en julio. 

Los primeros días del golpe Bonifacio y su hermano se refugiaron en casa de Francisco Cenzano, junto con los hermanos de Francisco, Eleuterio y Leonardo. Cuando se veían pasar los falangistas echando tiros o haciendo requisas, se escondía en un apartado bajo las escaleras de la casa. Luego, viendo el peligro, salió hacia la Rioja. Bonifacio fue arrestado junto a su hermano Julián Angulo Romero y a Jacinto Sainz Alonso en la jurisdicción de Arnedo, más concretamente en la Escurquilla (Enciso). Un tal Claudio R. O. aparece citado por la Guardia Civil de la Escurquilla como facilitador de alimento a los huidos de Mendavia mientras éstos estaban escondidos en un Corral de la aldea. Una vez arrestados, los tres fueron llevados a la cárcel de Arnedo, en un principio, y posteriormente, Julián y Jacinto, fueron trasladados a Mendavia para su posterior fusilamiento. 

De Bonifacio no se supo más. La mujer de Bonifacio, Margarita, tenía familia en Enciso; por eso Bonifacio se refugió en este pueblo. Testimonios familiares apuntan a que algunos falangistas mendavieses lo buscaron allí. Julián Sainz Jalón y Gregorio Ruiz Armendáriz certificaron la defunción de Bonifacio como muerto “a consecuencia de guerra”, en Estella, el 29 de julio, con 37 años. En el acta de defunción dice “caído en el frente”. Por más que la familia buscó sus restos, nunca fueron hallados, pensando incluso que podrían estar en el mismo pueblo. 

Bonifacio Angulo estaba en la mili en diciembre de 1922. Perteneció a la segunda compañía, batallón de Bailén, campamento de Larache, África. En las elecciones municipales, repetidas el 31 de mayo de 1931 el PSOE logró la victoria electoral, con el grupo republicano-socialista. Bonifacio entró como concejal cuando tenía 32 años. Tras la Revolución de Octubre del 34, la nueva Gestora Provincial de Pamplona destituye al Ayuntamiento y por tanto a Bonifacio como concejal. El 31 de mayo de 1935 la Unión de los Republicanos convoca en Madrid a una Asamblea de exconcejales. Se publican los Comités constituidos en pueblos convocados. La Asamblea se realiza el 5 de junio 1935. Bonifacio asiste por el Comité de Mendavia. Se logran reponer todos los miembros del ayuntamiento en el mes de enero de 1936. Bonifacio pertenecía a la UGT, como su hermano Julián. 

Julián Angulo Romero, nacido en Mendavia el 12-2-1903, afiliado a la UGT. Había estado detenido en la cárcel de Estella por un enfrentamiento en el pueblo el 23-4-35 entre fascistas y ugetistas, en la puerta de la taberna. José Verano Campos fue detenido en esa ocasión con una escopeta, según versión de prensa. También fueron detenidos entonces Dionisio Salcedo Sádaba y cinco compañeros más. Eran los tiempos del bienio de la Gestora Provincial de derechas. Julián era jornalero. Soltero. Su hermana decía de él que era un idealista. Posiblemente intentó dirigirse hacia la Rioja, en los primeros días del golpe, pero fueron apresados en las cercanías de Arnedo. Fue trasladado a Mendavia junto con Jacinto Sainz Alonso. Allí los tuvieron detenidos varios días. Hilaria Ordóñez Angulo, mujer de Jacinto, y Romana, hermana de Julián, les llevaban alimentos y tabaco a los dos detenidos en el cuartelillo. Los guardias se lo recibían con ofensas y no tenían seguridad de que les entregarían el encargo. Tras unos días de encierro, los sacaron del cuartelillo en un camión. Eran seis a los que llevaban: Manuel Lecea Sancho (UGT), padre de seis hijos, Felipe Ordóñez González “Casca” (UGT), Martina Valerio “La Lucera”, Julián Angulo, Jacinto Sainz y Leocadio (Cayo) Sagasti Sádaba. En los interrogatorios les preguntaban que dónde tenían escondidas las armas y las bombas. Los insultaban y golpeaban. Los documentos de defunción señalan su linchamiento en Urbiola. Sin embargo, no fue allí. Las familias sabían el lugar de enterramiento por el testimonio de los vecinos y de uno de los detenidos que sobrevivió. En el año 1979, en el marco de la Operación retorno, se exhumaron sus restos en Armañanzas, cerca de Sansol y Torres. La excavadora no los encontró el primer día, pero al segundo aparecieron los restos debajo del puente. Junto a los huesos encontraron cinco monedas de plata, restos de un echarpe, algunos botones y una suela de zapatilla de goma. Todos presentaban la señal del tiro de gracia. Luego fueron depositados todos los huesos en una misma caja y enterrados en el cementerio de Mendavia, en el marco del funeral colectivo que se hizo tras las exhumaciones, el día 1 de abril de 1979. 

Julián y Bonifacio eran hijos de José María Angulo y Manuela Romero, y hermanos de Romana Angulo Romero y Baldomera. A Romana Angulo Romero le mataron también al marido, Pedro Arróniz Ínigo. Pedro había nacido en Mendavia el 01-06-05. Vivían en la calle San Bartolomé. Pedro era jornalero y pertenecía a la UGT. Fue apresado en la cárcel improvisada de Logroño, El Beti-Jai. Es posible que tratara de salir del pueblo pasando hacia la Rioja, pero los apresaron y encarcelaron en Logroño. Estuvo junto con Leonardo Cenzano. Allí los torturaron hasta dejarles la ropa hecha jirones. Las familias del pueblo pudieron llegar a visitarlos. Algunos falangistas del pueblo también subían a golpearlos. Estuvieron más de tres meses presos, hasta que finalmente los fusilaron en la Barranca de Lardero (Rioja). Pedro fue asesinado el 10/11/1936. En 1979 se levantó un monolito en memoria de los fusilados allí. No se hicieron exhumaciones, pues existe un documento de defunción señalando la fecha y lugar de su fusilamiento. 

Romana Angulo, a pesar de haberle matado marido y dos hermanos, fue capaz de mantener escondido en su casa a su sobrino Fermín Ordóñez Angulo, hijo de Baldomera. Se mantuvo varios meses sin salir a la calle. Lo tenían en la cuadra, en algún apartadillo. Cuando algún falangista sospechó de su presencia y quiso entregarlo, un vecino de derechas le dijo: “métete en tu casa y deja a los demás en paz”. José María Ordóñez Angulo, hermano de Fermín, con 19 años, fue llevado al frente en 1938. A otra hermana, Hilaria Ordóñez Angulo, le mataron al marido: Jacinto Sainz Alonso. 

ANGUSTINA CHASCO 

Urbano Angustina Chasco vivía en Francia y regresó a Mendavia en 1936. Había nacido en Mendavia el 8-3-1897. Era hijo de Hipólito y Petronila, y nieto de Vicente, María Subero, Cristóbal y María Lodosa. Se afilió a la UGT. 

Al momento del golpe de estado intentó seguir su vida común de jornalero, aunque con la prevención del caso. Porque no salía a la calle le dijeron: Qué pocas narices tienes. Así que decidió salir. Estaba dando de beber agua al caballo cuando le dijeron: Preséntate en el cuartel. Y no se supo más de él. 

Quijera Suberviola Sixto, Rada Cenzano Emilio y Salcedo González Segundo, habían ingresado en la cárcel de Pamplona el 27 de julio; mientras que a Angustina Chasco Urbano, Mateo Elvira Julio, Montoya Suberbiola Luis, Ramírez Lizanzu Pedro, Sádaba Sagasti Quintín y Elvira Asurmendi Eladio, los ingresaron el día 5 de agosto. Tras unos meses de cárcel, Urbano fue sacado a fusilar el 2 de diciembre con el grupo de Sixto Quijera (CNT), Bruno Quijera (UGT), Luis Montoya (CNT) de 21 años, Urbano Angustina (UGT), Emilio Rada (CNT) de 19 años, Carmelo Rada (CNT). 

Se cree que todos ellos fueron fusilados en el Alto del Perdón. Con la Operación retorno acudieron varios familiares de asesinados. Había catas de varios metros de longitud, y con distintas orientaciones. Los restos humanos que aparecieron eran muy numerosos y difíciles de identificar. Algunos testigos de lo sucedido en el año 1936 indican que se escuchó a los fusilados implorar a la Virgen de Legarda, por lo que concluyeron que se trataría de mendavieses los que habían llevado allí en uno de los grupos. Guiándose por las fechas de salida de la cárcel de Pamplona se establece como probable que un grupo de mendavieses fueron fusilados y enterrados allí. Todos ellos tienen como fecha de salida el día 30 de noviembre, aunque el de su muerte sea el 2 o el 4 de diciembre. 

Su hermano Marcos Angustina fue llevado al frente el 03/08/1938. Tenía 32 años. Era del grupo fundador de la CNT. Cuando se crea, el 17 de julio de 1931, el Sindicato Único de Trabajadores, en la calle Beraza nº 4, y se adhiere a la Confederación Nacional del Trabajo (CNT), algunos de los 15 miembros fundadores son Apolinar Maiza, Felipe Elvira Arróniz, Martín Gonzalo, Máximo Sádaba, Emilio Martínez, Sandalio Estella, Silvestre Maiza, Marcos Angustina, Gregorio Sagasti, Estanislao Lorenzo Elvira, Leandro Elvira (presidente) y Julio Suberviola (secretario). Lorenzo Elvira se ha separado de la UGT para fundar la CNT de Mendavia. En 1936, este Sindicato Único de Trabajadores llegó a contar con 1.600 afiliados en todo Navarra, con un fuerte activismo. En Mendavia se afiliaron los más jóvenes. Contaban unos 80 afiliados. Su local, que pasó a la Plaza de los Fueros (bajo portales), fue clausurado varias veces. 

Hermana de Marcos y Urbano era Sofía, madre de Vitorio Miquélez Angustina. Marcos se casó con Isabel Subero, cuyas hermanas, María y Castora, eran esposas de represaliados. 

Félix Miquélez Elvira fue reclutado al frente el 11/09/1937, con 31 años. Era casado y tenía 2 hijos. Era de familia de pescadores. En 1922-1923, consta en el Boletín Oficial de Logroño que han sido otorgadas licencias de pesca para el Ebro, según reglamento de 1911, a varios mendavieses, entre ellos, a Domingo Miquélez Peñas (47), Gregorio Miquélez Elvira (21), Tomás Miquélez Elvira (24-25), Eugenio Miquélez Elvira (19-20), padre y tres hijos. Félix había sido denunciado por pescar truchas. Es noticia del 22 de junio de 1920.