Reelaboro mis textos sobre las mujeres y
la Memoria histórica de Mendavia, con ocasión de la Memoria de las mujeres
luchadoras por sus derechos laborales del 8 de marzo de 1857; y de tantas otras
mujeres en su estela… Incluyo, sistematizándolos, mis trabajos anteriores. No
debe extrañar que algunas de las mujeres sean mencionadas varias veces. Es el
caso en que así lo requieren las situaciones por ellas vividas.
Algunas entradas
anteriores de mi blog han estado dedicadas a la memoria de las mujeres. Ahora
presento el conjunto bajo la siguiente estructura:
LAS
VIUDAS DE LA REPRESIÓN EN MENDAVIA – 1936
https://memoriamendavia.blogspot.com/2020/06/las-62-viudas-de-la-represion-en.html
PAREJAS DE HERMANAS MENDAVIESAS QUE PERDIERON SUS
HIJOS EN EL CONTEXTO DE LA GUERRA CIVIL
https://memoriamendavia.blogspot.com/2019/12/hermanas-mendaviesas-que-perdieron-sus.html
LAS
QUINCE ENCARCELADAS, 1935-1939
https://memoriamendavia.blogspot.com/2021/01/mujeresrepresaliadas-de-mendavia-i-las.html
DETENCIONES
DE MUJERES EN MENDAVIA Y CORTES DE PELO A CERO, 1936
https://memoriamendavia.blogspot.com/2021/01/mujeres-represaliadas-de-mendavia-ii.html
REPRESIONES
ECONÓMICAS Y OTROS ABUSOS CONTRA MUJERES, DURANTE LA GUERRA Y POSTGUERRA
https://memoriamendavia.blogspot.com/2021/01/mujeres-represaliadas-de-mendavia-y-iii.html
LA
MAESTRA BLASA VALERIO Y LAS COLONIAS ESCOLARES
https://memoriamendavia.blogspot.com/2020/09/la-maestra-mendaviesa-blasa-valerio-y.html
HISTORIAS
DE RESISTENCIA DE LAS MUJERES
https://memoriamendavia.blogspot.com/2017/03/en-memoria-de-ella.html
De mis textos anteriores
recojo estas notas que tienen vigencia y permiten situar el relato de lo que
sigue:
La guerra es cosa de hombres, se ha dicho. En menos
ocasiones se pone de relieve las consecuencias
para la vida de las viudas y sus hijos. En los escritos de guerra y represión concurrente suele ponerse el acento
en las acciones contra los hombres, y esto por dos razones principales; una,
por las estadísticas de los muertos, que en su mayor es de hombres; y la otra,
porque la sociedad patriarcal se encarga de ocultar minimizar, invisibilizar,
la violencia contra las mujeres.
Interesa, en esta entada del blog, mitigar un poco
esta ausencia de información y de análisis. Algunos de estos informes e
historias ya están recogidos en mi libro Esta es otra Historia. Allí se ponía de relieve, generalmente, lo sucedido a los hombres
represaliados. Ahora se recogen similares narrativas, pero, en lo posible,
destacando la mirada sobre las mujeres.
Este es un trabajo preliminar, por lo que agradezco
y animo a las paisanas y paisanos que tengan algún aporte que hacer para dejar
más claro el perfil de estas mujeres, y que quieran compartirlos en este blog,
o en privado conmigo; que lo hagan. Especialmente a los nietos, que tendrán
testimonios directos. Sería importante recoger trabajos y medios de vida de las
viudas y otras mujeres represaliadas, durante la guerra y la inmediata
postguerra, propiedades de que dispusieron, emigraciones que realizaron, nuevas
familias que formaron… datos básicos de la familia: padres, hermanos, fecha y
lugar de nacimiento y fallecimiento, matrimonio, historias o anécdotas por las
que son recordadas. Se invita también a recoger algunas fotos. Igualmente
agradezco las precisiones o correcciones que se desee hacer, si las hubiere.
En primer lugar sitúo el texto en que recojo la memoria de las viudas a causa de la represión vivida en el pueblo tras el Golpe de Estado de 1936. Incluyo a una mujer y madre asesinada. Agrego las viudas de soldados forzosos del Tercio de Sanjurjo y uno del frente de Bilbao, así como las viudas de mendavieses residenciados fuera del pueblo. He intentado precisar la lista y darles un rostro más nítido a estas mujeres, incorporando correcciones y ampliaciones. Comienzo
destacando a estas mujeres fuertes, viudas que tanto tuvieron que resistir y
luchar por la vida, la mayoría con hijos pequeños. Las presento en orden
alfabético, por su nombre.
LAS VIUDAS DE
LA REPRESIÓN EN MENDAVIA – 1936
1.
Agustina Sagasti
Martínez (vda. de Martín Elvira González)
2. Alberta López Rada (vda. de Lucio Sainz Ursúa)
3.
Alberta Verano Felipe (vda. de Santiago Muguía Armendáriz)
4.
Antonia García
(vda. de Blas Sádaba Elvira)
5. Basi Suberbiola Elvira y Leonardo
Cenzano Valerio
6.
Basilisa Moreno
Gil (vda. de Eladio ElviraAsurmendi)
7.
Benita Sainz
Alonso (vda. de y Javier Esteban Etayo)
8. Bonifacia Ocáriz Arróniz
(vda. de Víctor Suberbiola Miranda)
9.
Carlota López
Fernández (vda. de Eustaquio Elvira Montoya)
10.
Caya Campos González (vda. de Emilio Díaz González)
11.
Caya Elvira Salcedo (vda. de Pedro Campos González)
12.
Caya Sádaba Elvira (vda. de Lorenzo Urquizo Sainz)
13. Daría Martínez Valerio (vda. de Juan Martínez
Martínez)
14. Encarnación Sainz Sainz (vda. de Tomás Baztán
Elvira)
15. Fabiana Suberbiola Elvira
y Vicente S. Fernández Guruzaga
16. Fausta Úzqueda Aramendía (vda. de Eduardo García Mayayo)
17. Felipa Asurmendi Armendáriz (vda. de Dionisio
Salcedo Sádaba)
18. Felisa Elvira Arróniz (vda. de Pedro Salcedo Sádaba)
19. Felisa Gómez Salcedo (vda. de Jesús Arróniz Barco)
20.
Fermina Cenzano Ganuza (vda. de Francisco Lecea
Sancho)
21. Fermina Sainz Suberbiola (vda. de Dionisio Martínez
Lizuáin)
22.
Filomena Urquizo Sainz (vda. de Prudencio Cámara Ripa)
23.
Florentina Palacios Bueno (vda. de Gil Valerio Sainz)
24.
Francisca Sádaba Elvira (vda. de Telesforo Romero González)
25.
Gabina Verano Ordóñez (vda. de Manuel Lecea Sancho)
26.
Gregoria Martínez Cenzano (vda. de Pedro Sádaba Elvira)
27.
Guadalupe Suberbiola Martínez (vda. de Julio Martínez Romero)
28. Hilaria Ordóñez Angulo (vda. de Jacinto Sainz
Alonso)
29.
Inocencia López González (vda. de José María Muguía Romero)
30.
Isabel Miquélez Sainz (vda. de Marino Muguía Armendáriz)
31. Juana Fernández Suberbiola (vda. de Romualdo Valerio
Martínez)
32.
Loreta Verano
Martínez (vda. de Félix Perrella García)
33. Lucía Sainz
Resa (vda. de Sixto
Quijera Suberbiola)
34. Mª Cruz Villarreal Fernández (vda. de Martín Artola
Morrás)
35. Marcelina Suberbiola Ocáriz (vda. de Teófilo Navarro
Ordóñez)
36. Margarita Martínez Sainz (vda. de Estanislao Gil Yagüe)
37.
Margarita Miguel Pascual (vda. de Bonifacio Angulo Romero)
38. María de los
Ángeles Suberbiola Elvira (vda. de Pedro López González)
39. María Suberbiola (vda. de Pedro Ramírez Lizanzu)
40.
María Subero
Campos (vda. de Marcos García)
41. María Ursúa Salcedo (vda. de Eleuterio Marañón
Alonso)
42. Martina Sagasti Lizanzu (vda. de Blas Verano Ordóñez)
43. Martina
Valerio García (viudo: Leandro Martínez)
44.
Maura Palacios
Martínez (vda. de Manuel Suberbiola Asurmendi
45. Máxima Hilda Expósito (vda. de Florentino Santamaría Gastaminza)
46. Máxima Úzqueda Aramendía (vda. de Apolinar Maiza García)
47. Melchora Quijera Suberbiola (vda. de Guillermo
Canillas Romero)
48. Narcisa Aragón Arina (vda. de Narciso Simón
Barquilla Carracedo)
49. Pascuala Cenzano Lecea (vda. de Pedro Martínez
Armendáriz)
50. Petra Sainz Elvira (vda. de Salvador Sancho Sainz)
51. Presentación Agreda Escolano (vda. de Tomás Elvira
Suberbiola)
52. Ricarda González García (vda. de Faustino Valderrama
Rodríguez)
53. Rolindes
González Auñón (vda. de Cesáreo Salmantino Expósito)
54.
Romana Angulo Romero (vda. de Pedro
Arróniz Ínigo)
55. Rufina Esteban Rueda (vda. de Jesús Pastor
Fernández)
56. Rufina
Martínez Ordóñez (vda. de Bruno
Quijera Suberbiola)
57. Rufina Suberbiola Elvira (vda. de Pablo Ramírez
Abos)
58. Sofía Jalón Elvira (vda. de Felipe Ordóñez González)
59. Teófila Mangado Esteban (vda. de Carmelo Rada Romero)
60.
Valentina Hernández Verano (vda. de Víctor Romero González)
61. Victorina Ochoa Ganuza (vda. de Segundo Sagasti
Úzqueda)
62. Victorina Sábada Sainz (vda. de Ceferino Antón
Zalduendo)
Viudas de
soldados forzosos: en el tercio de Sanjurjo o en el frente de Bilbao
1.
Castora Subero
Campos (vda. de Justo Alcalde
Martínez)
2. Hilaria Romeo Rada (vda. de Juan Albisua Martínez)
3. Luisa Rada Romero (vda. de Fermín Elvira Miranda)
4. Victoria Elvira Salcedo (vda. de Felipe Asurmendi Armendáriz)
Viudas
residenciadas fuera de Mendavia
1.
Caya Ordóñez
Romero (vda. de Dámaso Alonso Pavía)
2.
Dionisia Recio
Álvarez (vda. de Pedro Elvira Martínez)
3.
Encarnación
Valerio García (vda. de Fermín Sagasti Ganuza)
4.
Gloria Zalduendo
(vda. de Gregorio Elvira Valerio)
5.
Julia (vda. de
Juan Ortiz Oroz)
1. Viuda de Policarpo Romero Martínez: Sin información.
2. Casimira Arróniz González, mujer de represaliado,
fallecida antes de 1936.
Agustina Sagasti
Martínez. En
1919 se casó con Martín Elvira González, represaliado. Tenían tres hijas: María, Carmen y Pilar.
Vivían en la calle Augusto Echeverría 204. Martín era jornalero, dueño de un
bar y “Casa del pueblo”, y miembro de la UGT. Martín Elvira González es herido
de gravedad en las acciones de resistencia de la Hilera (en la Parte Alta, La
Nevera) el día 19 de julio y hospitalizado. Se recuerda al cura Jerónimo
impidiendo el paso, con su fusil al hombro, a los familiares del herido. Hay
testimonios sobre un médico que en varias ocasiones dejó de atender adecuadamente
a los heridos, o realizó curas falsas, y ese parece el caso de Martín Elvira.
Otro testimonio recoge que su pequeña hija Pilar lo llegó a ver el primer día
en el hospital, pero no lo dejaron ver por su mujer. Al día siguiente, por la
tarde, cuando los familiares solicitan verlo de nuevo, ya no dejarán verlo más
hasta el día que lo sacan en el camión. Estuvo herido en el Hospital algo más
de 20 días. El mismo día 20, antes de la instalación del nuevo ayuntamiento
golpista, Agustina acudió –inocentemente, esperado un mínimo de legalidad- a Rufina la mujer del alcalde Jesús Pastor.
Ella le hizo ver la realidad: su marido Jesús no tenía ningún poder y corría el
mismo riesgo de ser asesinado. Martín había sido denunciado por tener armas en
la Casa del Pueblo. Sobre el caso de estas armas los testimonios señalan que
hubo una requisa previa al golpe –para evitar enfrentamientos descontrolados
por lo que se veía venir- y se recogieron las armas en la azotea de esta Casa
del Pueblo. Agustina, la mujer de Martín, le avisó a éste que era un peligro
tener las armas en casa, así que las trasladaron a un pajar que estaba al
frente. A las dos horas del traslado,
apareció un contingente de guardias civiles de fuera del pueblo reclamando las
armas, que no encontraron. Se sospecha de una delación, pues resulta totalmente
extraño este procedimiento. Todas las
acusaciones por posesión de armas fueron consideradas después como causa
suficiente para ser asesinados. Un grupo de detenidos en el cuartelillo, junto
con Martín, que estaba en el hospital, son sacados de Mendavia en torno al día
11 de agosto de 1936. Se sabe que el día 11 o 12 subieron al coche de los
centraleros de Mendavia a Ceferino Antón, Teófilo Navarro y Martín Elvira, y
Lucio Suberviola Verano. Dos o tres falangistas del pueblo, con dos guardias
civiles, fueron a la casa de Martín y pidieron a Agustina que les diera ropas
pues lo iban a llevar a Pamplona a curarlo. Agustina entrega una manta vieja,
del campo, pues ya sospechaba lo que venía, pero le dicen: “Tú que te has
creído”, y le obligan a entregar una manta nueva. Como consecuencia del
expediente que le abrió el Tribunal Regional de Responsabilidades Políticas de
Navarra, en 1938 el juez de primera instancia e instrucción de Estella sacó a
pública subasta sus bienes. El bar, sobre el que pesaba una deuda, no se
subastó, así que pudieron recuperarlo más de una década después con la ayuda de
su yerno Anastasio Gonzalo (Tasio).
Alberta López Rada fue la mujer de Lucio Sainz
Ursúa, represaliado de Mendavia, nacido el 13-12-1890, y asesinado a los 46
años. Tenían 5 hijos (Luis, Carmen, Miguel, Javier y Blanca). Era jefe de
camineros. La detención se realizó en su casa de caminero, frente a la entrada
de la Granja de Imaz. Allí vivía con su familia. Le acusaron de tener dos
cartuchos de dinamita, que utilizaba en su trabajo como caminero. Desde la
cárcel de Estella escribía cartas censuradas que decían las mismas cosas: estoy
bien, que los hijos no se metan en problemas… Rufino López Rada, hermano de
Alberta, certificó su defunción. Era músico y comerciante en el pueblo.
Anunciaba Quincalla, ultramarinos y teléfono en un programa de fiestas de 1955.
Su tienda funcionaba en el llamado Pradillo de Correos. Santos López, hijo de
Rufino, sería alcalde de Mendavia por los años 1990.
Alberta Verano Felipe estaba casada con Santiago
Muguía Armendáriz y tenían 6 hijos. El 31 de agosto lo fusilan en Vuelta de
Castillo. Fue
enterrado en el cementerio de Pamplona. La familia reconocía su tumba, junto a
la de cuatro guardas. Leonardo, Luis, Rosario, Felisa, Marisa y Crucita eran
hijos de Santiago. A Luis Muguía lo llevaron forzoso al Tercio Sanjurjo; el
21-09-36, en el Manicomio de Huesca, fue herido de bala en el rostro. Volvió casi
ciego, y con herida de nariz y boca. Aún en 1938 se registra su ingreso en el
hospital de San Sebastián. Años después se fue a vivir a Madrid. Como ayuda por
mutilado de guerra le asignaron un kiosko de venta de lotería.
Antonia García estaba casada
con Blas Sádaba Elvira, que era sereno y miembro de la UGT. Antonia era hermana
de Celedonia, panadera en el barrio Los Jazmines, y de dos hermanos García,
cordeleros del pueblo. Jacinta y Anuncia García también eran hermanas de
Antonia. Antonia García emigró a San Sebastián.
Basi Suberviola
Elvira
estaba casada con Leonardo Cenzano Valerio, nacido en Mendavia el 06/11/1905.
Tenían dos hijos: Rosario y Pedro. Leonardo era jornalero. Fue detenido en la
cárcel de Logroño. Hay testimonios de las torturas que sufrió Leonardo Cenzano
a manos de falangistas mendavieses que subían a darles palizas de muerte. Si no
lo mataron en esos momentos fue por los carceleros. Cuando su familia lo fue a
visitar, de la ropa no quedaban sino jirones. El día en que fue fusilado, iba
Basi a la cárcel de Logroño. Hoy no lo vas a ver –le dijeron. Iba con los dos críos, uno en una mano y
otro andando. Y oyó los disparos cuando se lo cargaron. Luego le dijeron: toma
las pertenencias de tu marido. Así se lo contó Basi a su hermana. Leonardo
pertenecía a la UGT. Fue fusilado el 24/11/1936 y enterrado en La Barranca de
Lardero.
Basilisa Moreno
Gil estaba
casada con Eladio Elvira Asurmendi y tenían tres hijos: Ángel, Adoración y Alfredo.
Vivían en la calle San Bartolomé, n. 31. Eladio era jornalero. Tras el Golpe de Estado, del barrio San Bartolomé, un grupo
de mujeres y niñas salió hacia los montes de secano y se refugiaron en algún
corral. Entre ellas se hallaban dos hermanas Suberviola Cadarso, y también
Benita Sainz La Parda, Basi Moreno La Castellana y otras. Cuando
las atraparon, las llevaron al cuartelillo y las sometieron a ofensas. Eladio
salió del pueblo y pocos días después fue detenido por un grupo de
falangistas. Al llegar el camión al pueblo, la familia reconoció a Eladio. Su
mujer y su hija le llevaban comida y ropa. La hija lo acompañó varios días
durante la comida. Un día no dejaron entrar a la hija, ésta se puso a llorar,
hasta que un vecino de la falange la hizo pasar. El día 8 de agosto lo
trasladaron a la cárcel de Pamplona, junto a un grupo de mendavieses. Fue
asesinado sacado de la cárcel probablemente el 03/12/1936. A la familia le
comunicaron que el día 3 lo habían liberado, y les entregaron algunas de sus pertenencias
personales: una jofaina con una navaja de afeitar, una ochena, una caja de
pastillas y una manta. Con bastante probabilidad se piensa que sus restos están
entre los del grupo de mendavieses de las fosas exhumadas en el Alto del
Perdón, en el año 1979. Una cremallera de Eladio Elvira, perteneciente a una
chaqueta hecha por su mujer sirvió para su reconocimiento.
Benita Sainz
Alonso
estaba casada con Javier Esteban Etayo y tenían tres hijos (José Luis, Antonio;
y una niña pequeña: Aurora, de 6 u 8 meses). Era jornalero y miembro de la UGT.
Vivían en la calle San Bartolomé, 88. Tras el Golpe
de Estado, del barrio San Bartolomé, un grupo de mujeres y niñas salió hacia
los montes de secano y se refugiaron en algún corral. Entre ellas se hallaban
dos hermanas Suberviola Cadarso, y también Benita Sainz La Parda, Basi
Moreno La Castellana y otras. Cuando las atraparon, las llevaron al
cuartelillo y las sometieron a ofensas. A Javier lo metieron preso. En
la cárcel “lo doblaron a vergazos”. Relata su hijo: “Llevaba una camisa blanca.
Había una fuente en la Villa, junto al ayuntamiento. Mi madre estaba haciendo
como que cogía agua y vio cuando lo sacaban. En un coche negro. Sacaron a
cuatro. Los sacaron ensangrentados”. Fueron asesinados el 01/08/1936 o en una
fecha cercana. Un testimonio señala que Benita, después del Golpe, escondió en
el corral durante algunos días a un miembro dirigente del CNT de Mendavia.
Bonifacia Ocáriz Arróniz estaba casada
con Víctor Suberviola Miranda, represaliado, y tenían tres hijos (Emilio, José
Luis y Ángel). Bonifacia y Víctor se habían casado en Mendavia el 24/04/1926
(libro 7,87). Bonifacia era hermana de Máximo Ocáriz Arróniz, muerto en el
frente de guerra.
Carlota López Fernández estaba casada con Eustaquio
Elvira Montoya y tenían dos hijos: José Antonio y Blanca. Algún documento
señala el pueblo de Morentin como residencia de Eustaquio, al momento del
Golpe. Sin embargo, testimonios familiares cercanos indican que vivían en
Mendavia y la viuda siguió viviendo en el pueblo.
Caya Campos González se casó con Emilio Díaz
González y tuvieron 3 hijos: Jesús, Gloria y Elvira. Emilio era jornalero, y
afiliado a la UGT. Pocos años después, y a consecuencia de la situación por la
que pasó la familia, Caya, la esposa de Emilio, murió a los 42 años (Pensamiento Navarro, 01-6-1947). Los 3
hijos se criaron huérfanos de padre y madre con muchos sufrimientos. Una hija
salió del pueblo. A Jesús Díaz le dijeron en cierta ocasión, muchos años más
tarde, refiriéndose a ciertas circunstancias de la democracia: “tenía que
volver el abuelo”. Jesús respondió con hondo dolor: “y que a tu familia le
hiciera lo que le hizo a la mía”.
Caya Elvira Salcedo estaba casada con Pedro Campos González, y era cuñada de
Caya Campos. Tenían una hija (Mari Carmen). Pedro era chófer de camión. Un
testimonio indica que la hija le nació mientras estaba preso. Le dijeron antes
de matarlo que pidiera su última voluntad y les pidió ver a su hija, pero no le
concedieron su voluntad y lo mataron sin llegar a conocerla. Esta única hija
decidió irse a Argentina.
Caya Sádaba Elvira estaba casada con Lorenzo
Urquizo Sainz. Los hijos de Bernabé Sábada y Vicenta Elvira eran Flor, Caya,
Juliana, Angelita, Pedro, Isidoro, León y José María. Lorenzo y Caya tenían una
hija: Adelaida. Aunque Lorenzo trabajaba a jornal en ocasiones, también hacía
trabajos como guarnicionero. Al casarse, se trasladó a vivir en La Carrera
(Calle Augusto Echeverría) y allí tenía su lugar de trabajo. Firma el acta de
defunción de Lorenzo Flor Sábada, cuñada de Lorenzo. La mujer de Lorenzo se fue
a trabajar fuera del pueblo, dejando a su hija Adelaida al cuidado de la abuela
Vicenta. Unos años después, hacia el 1946, Caya se fue con Adelaida a París.
Regresaron en la década del 70 durante algunos períodos vacacionales y
finalmente se asentaron en el pueblo después de la muerte de Franco.
Daría Martínez
Valerio
estaba casada con Juan Martínez Martínez, nacido en Mendavia el 27-12-04,
labrador. A Daría le mataron: al marido, al hermano Tomás y a la madre Martina.
Daría no se callaba, ni con el que había sido Jefe de la Falange. Daría se
quedó en el pueblo y fue mujer fuerte que ayudó a levantarse a la familia. Por
los años 45, Daría se casó con Marcos Estella. Daría, Felipa y María Moreno,
entre otras mujeres de Mendavia, hacían comercio de aceite años después. Iban
en autobús a Urbiola y luego, andando por los pueblos de alrededor. Vivió con
su hermana Isabel Martínez Valerio, y al lado de su suegra, Tomasa Martínez
Romero, al final de la calle Caralogroño.
Encarnación
Sainz Sainz
estaba casada con Tomás Baztán Elvira, jornalero y de la UGT. Tenían seis
hijos: Pilar, Alfonso, Angelita, Tomás, José y Fernando. Tomás fue fusilado
“por el delito de rebelión, ante cuyos cadáveres desfilaron las tropas que
formaron el cuadro”. Un soldado del
pueblo consiguió recoger los enseres del fusilado y se lo hizo llegar a su
mujer, Encarnación.
Fabiana Suberviola Elvira estaba casada con Vicente S. Fernández Guruzaga, de
Salvador del Valle (Vizcaya), nacido el 05/10/1905, hijo de Cipriano y Francisca.
Vicente era Labrador. Tenían un hijo: Ernesto. Fabiana quedo viuda y, tratando
de rehacer su vida, salió del pueblo con su hijo hacia el Norte de Navarra
(Izalzu).
Fausta Úzqueda Aramendía se casó con Eduardo García Mayayo y tuvo 3 hijos: César, Ángel y Javier. Eduardo fue secretario de la UGT en 1931, y
fue asesinado en Barbarin entre el 5 y el 7 de septiembre de 1936. Hermana de Máxima, también viuda a causa de la represión.
Felipa Asurmendi Armendáriz, casada con el alcalde Dionisio Salcedo. Tenían cuatro hijos: Javier,
Ángeles, María Jesús y Carmen. Entre
julio y diciembre de 1936 se sucedieron diversas humillaciones a las mujeres de
izquierda: cortes de pelo a cero, obligadas a beber aceite de ricino, un fuerte
purgante, y a pasear por el pueblo con la bandera de la Falange y cantando el
“caralsol”. Algunas fueron sometidas a tener relaciones con los verdugos si
querían ayudar a sus maridos. Una de las peor tratadas seguramente fue Felipa
Asurmendi, mujer del alcalde Dionisio Salcedo. Felipa, al estar su marido preso
desde el mes de mayo, decidió bajar desde su casa en las Eras de San Bartolomé
46, a la casa de su padre Cipriano, que estaba viudo, y vivía en la Calle Doña
Blanca. Eran sus hermanos Juan, Felipe y Clara. Felipe fue voluntario forzoso y
murió en el frente, en un enfrentamiento de guerra. Felipa quedó con cuatro
niños. Los represores del pueblo iban a su casa a sacarla y ofrecerla al
escarnio público. Su padre Cipriano salía con los cuatro niños, pero no por eso
dejaban de golpearla. Luego la recogían sangrando y todo maltratada. “A mi
madre le hicieron como al Señor” –cuenta Angelita. Los lugares de escarnio eran
el cuartelillo, donde estuvo detenida varios días (allí estuvo con Julia
Aramendía); en la calle de La Virgen, entre el estanco y la cantina; la Plaza y
la Carrera. Una vecina, A.E., “mujer beata, de misa diaria” -dice el testimonio
familiar-, que la vio siendo arrastrada y golpeada, exclamó: “¡Virgen de
Legarda! ¡Que no se vea esto!”. Un hombre armado la amenazó: “Señora, métase
para adentro y cállese la boca”. La llevaban en cierta ocasión por la Carrera,
llenándola de golpes e insultos, cuando una mujer de derechas, familia del
médico, viéndola en tan mala situación intervino y dijo: “hacedme a mí lo que
le estáis haciendo a ella” -y la recogió en su casa obligando a su marido a
curarla. Así como esta mujer la protegió, otras mujeres eran de las que la
ofendían, maltrataban y se ensañaban con ella. Se afirma que en una ocasión la
llevaron a la Barranca a fusilar. Se libró, pero fue testigo de los
fusilamientos de sus compañeros. Aunque varios de sus familiares eran de
derecha, no pudieron hacer nada para evitar lo que hacían los mandones (y, en
ciertos casos, “los mandados”) del pueblo. Algunos años después, las familias
de viudas con hijos comenzaron a recibir pagos del Gobierno por cada hijo. La
represión local se mantuvo tan fuerte que incluso privaron a esta familia de
uno de los aportes, que llegaban íntegros desde Pamplona y el cura párroco se
encargaba de repartir. Pues bien, el aporte para una de las hijas no llegaba a
la familia.
Felipa se volvió a casar y tuvo tres hijos más.
Felisa
Elvira Arróniz quedó con cinco hijos, tras matarle a su marido, Pedro Salcedo
Sádaba, hermano del alcalde. Los hijos eran José, María, Coronación,
Marina y Antonio.
Para librar a sus hijos del servicio militar, las viudas debían conseguir la
firma de algún vecino testificando que el marido estaba muerto. Así hubo de
hacer la viuda de Pedro Salcedo para librar de la mili a Antonio, su hijo
menor, por los años 50. A pesar de que debía pagar al cementerio de Logroño
anualmente por el derecho del terreno de su marido asesinado, no les emitían el
acta de defunción. De la cárcel se les negaban a informar sobre la fecha de
salida. Y en el Registro Civil de Logroño no aceptaban la posibilidad de
incluirlo. Finalmente, tras la muerte de Franco, lograron registrar la
defunción presentando los recibos de los pagos realizados al cementerio. Felisa
pudo salir adelante con sus cinco hijos, criando unas gallinas y con una robada
de tierra que tenían en Zauta. El hijo mayor tenía 13 años y se
convirtió en buena ayuda para su madre. El hijo menor recordaba haber sido
rechazado en el Auxilio Social que se abrió en el pueblo para atender con comida
a los niños más necesitados.
Felisa Gómez
Salcedo
estaba casada con Jesús Arróniz Barco, y tenían cinco hijos: José, Rosario,
María, Josefina y Félix. Vivían en la calle Jazmines. El 22 de junio fue
ingresado en la cárcel de Pamplona. Se documenta como fecha del asesinato de
Jesús el 05/12/1936.
Fermina Cenzano Ganuza estaba casada con Francisco Lecea Sancho, quien trabajaba en
Logroño como ferroviario. Tenían dos hijos (Teófilo,
Fermín). Un grupo de
falangistas mendavieses fueron a buscar a Francisco a Logroño, lo detuvieron y
lo llevaron a la cárcel de Pamplona. Francisco Lecea
Sancho es asesinado y se registra su muerte en Esteríbar el 25 de mayo de 1938
al intentar escapar en la conocida fuga del Fuerte San Cristóbal. Fermina se
fue a vivir a Burgos y se organizaron para vivir como tomboleros. Solían ir a
fiestas de Mendavia.
Fermina Sainz
Suberviola
estaba casada con Dionisio Martínez Lizuáin y tenían cinco hijos (Margarita,
Maura, María, Gregorio, Luis). Vivían en la calle Jazmines 6, y llevaban a
renta la cantina de Servando García, en la Plaza, cerca de la entrada a la
calle de la Virgen. Dionisio era labrador y miembro de la UGT. Fue detenido y
preso en la cárcel de Estella y asesinado en Urbiola. Escribió un nieto de
Fermina: Mi madre me dijo un día que antes de las elecciones, se acercaron al abuelo
Dionisio y le amenazaron con quitarle la tierra que llevaba a renta, si no
votaba por “ellos”. Y el abuelo no votó y en la familia se sufrieron las
consecuencias. Mi madre me lo contó lo de aquel día que ella le subió al abuelo
la comida cuando los tenían en el Ayuntamiento y el abuelo, si no recuerdo mal,
le contestó lo siguiente: “Ay, hija, creo que no vamos a necesitar comida”.
Otro día, viajando a San Sebastián con la tía Margarita, me señaló una pieza
sembrada de trigo o quizás era un rastrojo, no recuerdo bien. Y me dijo: “Ahí
está enterrado tu abuelo”. Graves palabras que conectaban la sangre de la
familia a unas espigas que el viento acariciaba.
Filomena Urquizo Sainz se casó con Prudencio Cámara Ripa, nacido en Logroño el 28-04-1900.
Tuvieron siete hijos (José Luis, Enrique, Miguel, Javier, Roberto, Olga María,
Prudencio). El apellido Urquizo llegó a Mendavia desde Alcanadre y Lodosa. Los
padres de Filomena, Lorenzo y Julio Urquizo eran Miguel Urquizo (Alcanadre) y
Vicenta Sainz y vivían en la calle San Bartolomé. Sus abuelos eran Telesforo y
Jacoba Morales (Lodosa), Marcos Sainz y Claudia Martínez. Prudencio Cámara era
republicano, socialista y miembro de la UGT. Estuvo en Mendavia bien como
Secretario o bien como Juez Municipal desde 1931 a 1934. Los Cámara eran
zapateros. El padre de Prudencio, Bienvenido Cámara, había abierto una fábrica
de zapatos en el pueblo. En particular hacían botas y tenían máquinas para
coser zapatos. Tenían su fábrica en la calle La Lechuga. Los hijos de Prudencio
aprendieron el oficio. Prudencio es fusilado a primeros de septiembre de 1936.
A Filomena Urquizo Sainz le mataron al marido, a un hermano (Lorenzo) y a un
hermano de la cuñada (Pedro Sádaba). Sobre Filomena, que estaba embarazada del
hijo menor, Prudencio, al momento del Golpe de Estado, agrega la nieta Cris:
"Ella, no sé si por miedo o por penurias económicas, una vez nacido mi
padre (Prudencio, que nació el 31 de diciembre de 1936), decidió ir a vivir a
San Sebastián, hacia febrero del 37, porque allí estaba viviendo ya su hermano
Julio Urquizo, y se sentía más respaldada. Julio tenía una zapatería allí.
Filomena se fue con sus 6 hijos. El menor de ellos, Pruden, tendría unos dos
meses. Cogieron una casa, y como Filomena era muy buena costurera, se puso a
hacer desde casa vestidos y trajes. Enseguida le llegaron los encargos, tanto
de San Sebastián como de Mendavia. Así que se pasaba temporadas cosiendo en
Donosti y luego iba a Mendavia a entregar sus pedidos. Una vez en el pueblo
mucha gente la conocía y le regalaban comida y pan para los niños, por lo que,
en sus viajes de vuelta, venía cargada de comida para los niños y con el dinero
cobrado por su trabajo. No pocas veces, en el viaje de vuelta a San Sebastián,
la guardia civil le ponía pegas para dejarle llevar la comida, pero siempre
logró volver con ella. Mi abuela no se volvió nunca a casar y sacó ella sola
adelante a sus 6 hijos. Todos sus hijos siguieron con el trabajo familiar en
diversas fábricas de calzado hasta que lograron coger de traspaso su propia
fábrica en la que toda la familia trabajó. Javier y Roberto, ya algo mayores,
siguieron yendo a Mendavia a trabajar como zapateros, por temporadas. José Luis y Javier emigraron a Venezuela, y
allí tuvieron sus vidas”.
Florentina
Palacios
Bueno se casó con Gil Valerio Sainz
y tuvieron varios hijos: Carmelo, Encarna, Germán, Martina y Francisco. Más
tarde se separaron. Gil fue a vivir a Pamplona y Florentina se quedó en el
pueblo. A Gil y Germán los mataron. Silveria Florentina Palacios Bueno había nacido
el 20 de enero de 1875 en Mendavia. Sus padres eran Félix Palacios y Donata
Bueno, y sus abuelos maternos Félix Bueno y Ramona Saravia. Justo (n. 1869),
Juana (1882) y Ricardo eran tres de sus hermanos. A finales del siglo XIX,
Félix Palacios se registra como guarnicionero en Mendavia, y se mantiene en su
oficio hasta 1911. Su hijo Ricardo Palacios, hermano de Florentina, aparece
registrado con ese oficio en 1929-1930.
Francisca Sádaba Elvira era mujer de Telesforo
Romero y madre de Amelia (costurera). Era hermana de Blas, represaliado;
Ángela, que vivió en Estella; Catalina y Felisa, que vivían en las Eras de
Beraza. Se las recuerda como amigas de Caya Sádaba. Telesforo fue asesinado en
torno al 25 de julio de 1936, en término de Mendavia. Tenía 26 años. Era
jornalero. Los abuelos de Francisca: Isidoro Sádaba, María Santos Suberviola,
Felipe Elvira, Lucía Miquélez.
Gabina Verano Ordóñez estaba casada con Manuel Lecea Sancho y tenían siete hijos
(Víctor, José Luis, Elisa, Julio, Teresa, Blas y Rosa). Manuel era jornalero y
miembro de la UGT. Fue
fusilado en terreno de Armañanzas, con un grupo de Mendavia. Fueron llevados al
cuartelillo de Mendavia y sacados de allí a fusilar el 29 de julio de 1936. Relata T.L.:
Mi madre Gabina le subía la comida al cuartel. A los pocos días de estar
preso le dice Manuel: nos van a matar. Les he oído la conversación. Aquello no
le olía nada bien. Mi hermana Elisa fue a llevar el desayuno el día antes de
sacarlo. Sube, sube, que poco lo vas a ver –le dijeron. Al día siguiente fueron
a verlo. Lo han llevado a la cárcel de Pamplona, les dijeron, pero nunca
llegaron. Veníamos de coger flores, cuando avisaron que habían matado a padre.
Le dio una desgana grande a madre. Desde el primer día se enteraron dónde
estaban sus restos. Mi abuelo Clemente
Lecea tuvo que ir con el burro pidiendo… con 83 años. Los hijos sacaron yeso
con pico y pala, daban pólvora para las canteras, pero para ellos -por rojos-
no les dieron. Sacaban yeso en La Lomba, allá tenían unos hornos rústicos donde
quemaban el yeso y luego lo molían.
Y
sigue contando –resumo- que un señor de Mendavia le escribió a Gabina
informándole, así que sabía dónde estaba enterrado su marido desde los primeros
días tras el linchamiento. Eloy Martínez, suegro de Teresa Lecea, tenía un
olivar (de 2 robadas) en terrenos de Armañanzas. Al coger olivas, Eloy les
decía a los hijos que bajo esas matas había enterrados algunos de Mendavia. Se
criaron matas sobre sus cuerpos. Hermana
de Gabina: Inocencia Verano Arróniz, hija de Juan y Águeda, le mataron a un
hijo: Lucio. Vivían en la calle San Juan. Inocencia y Gabina eran de hijas de
padre –Juan Verano- pero madres diferentes.
Gregoria Martínez Cenzano se casó con
Pedro Sádaba Elvira y tuvieron cuatro hijos (Aurora, Javier, José Antonio,
Ismael). Pedro fue elegido concejal por el partido socialista durante la
república. Gregoria se movió para registrar el acta primera de defunción de
Pedro (hay dos). Firmada el 8-10-1940, los testigos Jerónimo Mercapide Longás y
José María Lacalle Lacarra, testifican ante el juez suplente José González
Jalón, haber identificado el cadáver en jurisdicción de Alfaro, el 25 de julio
de 1936, muerto “a consecuencia de guerra”. Por Gregoria, que no sabe firmar,
firma una mujer falangista: Bernardina Martínez de Espronceda.
Guadalupe
Suberviola Martínez
estaba casada con Julio Martínez Romero, que fue asesinado. Fue detenido y
preso en la cárcel de Pamplona. El 31/08/1936 fue fusilado en la vuelta del
Castillo, por mandato judicial militar. Tenía 47 años. Probable hermana de
María Suberviola Martínez, madre de Luis Montoya, asesinado. María y,
probablemente Gregoria, eran hijas de Lorenzo
Suberviola y Antonia Martínez, de Sartaguda.
Hilaria Ordóñez
Angulo
estaba casada con Jacinto Sainz Alonso y tenían un hijo (Agustín). Hilaria era hija de Baldomera Angulo Romero, y nieta de José María Angulo y Manuela
Romero; y sobrina de Bonifacio y Julián Angulo, asesinados; y de Romana Angulo,
a la que le mataron a marido. Jacinto era jornalero y de la UGT. Se dirigió hacia la Rioja, en los primeros días del golpe, pero fue apresado
en las cercanías de Arnedo, junto a Julián y Bonifacio Angulo. Julián y Jacinto
fueron trasladados a Mendavia y allí los tuvieron detenidos varios días.
Hilaria Ordóñez Angulo y Romana Angulo, su tía, les llevaban alimentos y tabaco
a los dos detenidos en la cárcel (“el foso” –le decían). Los guardias se lo
recibían con ofensas y no tenían seguridad de que se les entregarían el encargo.
“A todos los doblaban a palos. Los documentos de defunción señalan su linchamiento
de los dos, en Sansol, el 7-09-1936. Las familias sabían el lugar preciso de
enterramiento por el testimonio de algunos vecinos y del detenido que
sobrevivió. Romana Angulo mantuvo escondido en su casa a su
sobrino Fermín Ordóñez Angulo, hermano de Hilaria. Se mantuvo varios meses sin
salir a la calle. Lo tenían en la cuadra, en algún apartadillo. Cuando algún
falangista sospechó de su presencia y quiso entregarlo, un vecino de derechas
le dijo: “métete en tu casa y deja a los demás en paz”.
Inocencia López
González,
originaria de San Asensio (La Rioja), hija de Marcelino y María, estaba casada
con José María Muguía Romero, quien tenía 28 años cuando lo fusilaron el 31 de
agosto, en La Vuelta del Castillo, Pamplona. Pilar y Luis Muguía fueron sus
hijos. El hijo de Pilar, Pepe, era torero aficionado en el pueblo. Años
después, Inocencia se casó con Cenón Aznal Sainz y tuvieron dos hijos más:
Miguel y Julia. Inocencia era hermana de Pedro López González, también
represaliado. Dos hermanos más fueron llevados al frente: Justo (en el 38, con
20 años) y Felipe (en el 37, con 23 años). Otros hermanos de Inocencia eran
Marcelino, María, Segunda y José.
Isabel Miquélez Sainz estaba casada con Marino
Muguía Armendáriz y tenían 2 hijas (Divina; y Begoña, que se fue a Sesma). A
Marino lo mataron en Urbiola entre el 05 y el 07/09/1936. Tenía 31 años.
Gregorio Ruiz Armendáriz, Pablo Leza Verano, y su propia esposa Isabel,
certificaron su defunción. Algún familiar, que recorría la carretera entre
Estella y Barbarin, había identificado unos chopos a la orilla de una pieza,
donde tenían la información de que los habían matado. La familia de Marino
puedo identificar sus restos por un mechón de pelo rubio y la forma de su
dentadura. Trajeron un botón de camisa y una bala que hallaron junto a sus
huesos. El
guarda jurado León Muguía Armendáriz, hermano de Marino, fue condenado a dos
meses y un día por porte ilícito de armas. Parece que pagó esa pena en
Pamplona. Hay indicios de que al salir logró pasar al frente republicano y
estuvo colaborando en servicios sociales en Bilbao, antes de su caída. Fue
detenido de nuevo, condenado a pena de muerte, y encarcelado en Santoña
(Santander). Poco faltó para que acabaran con su vida. A los tres años le
conmutaron la pena por ocho años. Fue trasladado a la cárcel de Pamplona, donde
permaneció entre el 9/5/1941 y el 7/12/1942. A su regreso a casa, se casó con
Isabel Miquélez, que había quedado viuda de su hermano Marino.
Juana Fernández
Suberviola
estaba casada con Romualdo Valerio Martínez, que era alguacil y miembro de la
UGT. Vivían en la calle Villoslada 21. Tenía cuatro hijos. Fue acusado junto al
alcalde Dionisio Salcedo, al sereno Blas Sádaba, al guarda jurado León Muguía y
al vecino Isidoro Ochoa de la muerte del joven falangista Martín Sainz en marzo
de 1936. En el juicio, sin embargo, fue absuelto. No obstante, el mes de agosto
de 1936 es detenido y llevado a la cárcel de Pamplona. El día 20 lo sacan y
asesinan en Mues. En la época republicana se apuesta por unos nombres laicos y
registro de nacimientos y matrimonios civiles. En los libros de nacimientos del
Ayuntamiento de Mendavia aparece registrado el nombre de Libertad Valerio, como
hija de Juana y Romualdo. Sin embargo, durante los primeros meses de represión
y terror, tras el golpe de estado, los familiares de Libertad Valerio, cuyo
padre fue asesinado, fueron obligados a bautizarla con “nombre cristiano” (la
bautizaron Romualda, como su padre –en femenino-, y como su tía, madre de
Laureano, quien murió luchando con los anarquistas, según se refiere en el
párrafo que antecede). Sólo en el año 1945 fue hecha la anotación al margen del
libro de registro civil “subsanando los errores”.
Loreta Verano
Martínez estaba
casada con Félix Perrella García, hijo de italiano, y tenían tres hijos:
Nicolás, Sofía y Palmira. Vivían en la calle San Juan. Félix era de oficio
calderero. Félix Perrella García fue sacado a fusilar desde Mendavia. El día 1
de agosto se documenta su asesinato en Mues. En 1940 firman el acta de su
defunción su mujer, Loreta Verano Martínez; Melitón Verano Martínez, hermano de
Loreta, y otro familiar de la mujer, Francisco Martínez Verano. Otra hermana de
Loreta, Tomasa Verano Martínez había sido apresada en la cárcel de Estella.
Tomasa y Felisa, hermanas de Loreta, fueron a vivir en Nájera. Melitón ejerció
como juez municipal de Mendavia en los años 1933 y 1934. Los cuatro hermanos
mencionados eran hijos de Micaela Martínez.
Lucía
Sainz Resa, estaba casada con Sixto
Quijera Suberbiola, tenían un pequeño hijo, nacido en 1935, y a quien
pusieron por nombre Progreso Julián, y que murió con 22 meses de edad. Julián
Sainz Jalón y Gregorio Ruiz Armendáriz, certificaron la defunción de Bruno como
muerto “a consecuencia de guerra”. Su hermano Marcos Sainz Resa fue reclutado
el 16-8-1936 con 25 años. Los padres de
Lucía eran Julián Sainz y Benita Resa Gómez. Y sus hermanos, Felipe, Lucio y Marcos
Sainz Resa, con ficha de combatiente.
Mª Cruz
Villarreal Fernández estaba
casada con Martín Artola Morrás, caminero de 32 años, nacido en Los Arcos,
Residían en Mendavia, en la Calle La Estación. Tenían tres hijos: Eladio,
Rosario e Higinio. El acta de defunción se obtuvo en 1946, con dos testigos de
apellidos Martínez Mendiola. Tras su muerte, Martín fue destituido de su cargo
el 21 de agosto, con lo que su sueldo también dejó de percibirlo la familia. No
tenían casa propia, pues Martín Artola vivía a renta en casa de Martín Elvira,
que también fue asesinado. La familia salió del pueblo.
Marcelina
Suberviola Ocáriz,
hija de Martina Ocáriz Aragón, estaba casada con Teófilo Navarro Ordóñez,
panadero y miembro de la CNT. Teófilo ayudaba en la panadería al tío Estanislao
Navarro. Adicionalmente, criaban unas vacas y vendían leche a los vecinos. Se
había casado por la iglesia en marzo de 1935. Y en el momento de su detención y
posterior fusilamiento tenía una hija de 6 meses (María Rosario). Vivían, a
renta, en la calle Primicia, y había comprado un terreno para construir su
propia casa en El Calvario. Un grupo de detenidos, son sacados de Mendavia en
torno al día 11 de agosto de 1936, y asesinados. La mujer de Teófilo, Marcelina
Suberviola Ocáriz, era hija de Martina Ocáriz Aragón, y nieta de Evarista
Aragón Mateo. Sandalia Aragón Mateo era hermana de Evarista (hijas de Marcos y
María Mateo); y Felisa Ocáriz Aragón era hermana de Martina.
Margarita Martínez Sainz, hija de
Dionisio Martínez Lizuáin
y Fermina Sainz Suberviola, tenía cuatro hermanos: Maura, María,
Gregorio y Luis. Sus padres vivían en la calle Jazmines 6, y llevaban a renta
la cantina de Servando García, en la Plaza, cerca de la entrada a la calle de
la Virgen. Margarita se casó con Estanislao Gil Yagüe, natural de Valseca
(Segovia). Estanislao era soldador y miembro de la UGT. Tenían dos hijos (José
Javier –que se fue a San Sebastián- y Mari Carmen). Testifican la
defunción de Estanislao el párroco Jerónimo Mercapide Longas y Aurelio Martínez
Sáenz (¿primo de Margarita?). Un sobrino escribía: Javier y Carmen me contaron
la búsqueda de los restos de su padre. Aquella libreta de notas y apuntes que
encontraron junto a sus cosas… A
Margarita le mataron al padre, al marido y a un hermano. Un día, viajando a San
Sebastián, Margarita indicó a su sobrino una pieza sembrada de trigo o quizás
un rastrojo, y le dijo: “Ahí está enterrado tu abuelo”. Graves palabras que
conectaban la sangre de la familia a unas espigas que el viento acariciaba.
Margarita Miguel Pascual estaba casada
con Bonifacio Angulo Romero, y tenían 3 hijos (Margarita, Félix y Encarnación).
Bonifacio era jornalero, y concejal para el momento del Golpe de Estado.
Bonifacio fue arrestado junto a su hermano Julián Angulo Romero y a Jacinto
Sainz Alonso en la jurisdicción de Arnedo, más concretamente en la Escurquilla
(Enciso). Un tal Claudio R. O. aparece citado por la Guardia Civil de la
Escurquilla como facilitador de alimento a los huidos de Mendavia mientras
éstos estaban escondidos en un Corral de la aldea. De Bonifacio no se supo más.
La mujer de Bonifacio, Margarita, tenía familia en Enciso; por eso Bonifacio se
refugió en este pueblo. Testimonios familiares apuntan a que algunos
falangistas mendavieses lo buscaron allí.
María de los
Ángeles Suberviola Elvira estaba casada con Pedro López González. Tuvieron
una hija: Pilar. Pedro era jornalero. María, viuda, se casó años después con
Victoriano García Mayayo, hermano de otro asesinado.
María Subero
Campos,
prima carnal de Víctor y Pedro Campos. Estaba casada con Marcos García González (UGT), andaluz. Tuvo tres hijos: Charín, Ascensión y
José. Marcos era barbero, con barbería en Caralogroño. Lo detuvieron en
Mendavia. Su mujer y su hija mayor le llevaron comida a la cárcel durante
varios días. Al cabo de unos días fue sometido a tortura, y hasta “le sacaron
las paletillas”. A los compañeros de celda les decía: Si salís de aquí, no le
digáis a mi mujer lo que me han hecho, porque se van a morir ella y la cría. Y
es que tenía una niña de pocos meses. María hubo de salir adelante con su
trabajo en el bar, y mediante el comercio. En 1979 se
trajeron de El Escorial los restos que dijeron pertenecer a tres mendavieses:
Javier Esteban, Marcos García y Carmelo Rada. Las familias fueron comprometidas
a guardar silencio.
María Suberviola estaba
casada con Pedro Ramírez Lizanzu (UGT), jornalero, de 28 años de edad. Ingresó
a la cárcel el 5 de agosto, y aparece en los libros con fecha de salida de 30
de noviembre. Es del grupo cuyos restos se exhumaron en el Alto del Perdón.
María Ursúa
Salcedo
estaba casada con Eleuterio Marañón Alonso, y tenían dos hijos (Carmen y
Ángel). Vivían en la calle Calvario. Eleuterio era jornalero. Fue detenido en
Mendavia, llevado al cuartelillo, y trasladado a la cárcel de Pamplona. María
Úrsua, su mujer, le llevaba ropa a la cárcel de Pamplona. El día 2 de diciembre
lo “sacan” a fusilar. La familia emigró a Francia. Su hermano Victoriano Ursúa Salcedo, murió en
Francia luchando contra los alemanes. Eran hijos de Raimundo Ursúa Samaniego y
Canuta Salcedo Ganuza (nietos de Elías Ursúa e Ignacia Samaniego). Los padres
vivían en la calle Dña Blanca 10.
Martina Sagasti
Lizanzu
estaba casada con Blas Verano Ordóñez, y tenían 6 hijos (Lucio, Cruz, Ángel,
Carmen, Pilar, Marina). Vivían en la calle San Bartolomé, en la parte alta.
Tenía una casa junto a una era. Blas era labrador. Lo llevaron a la cárcel de
Mendavia y el día 27 de julio lo trasladaron a la de Pamplona. Fue ingresado
allí con un grupo de 10 mendavieses. Durante los cuatro meses de cárcel lo
visitó en varias oportunidades su mujer Martina Sagasti. Solía ir acompañada
por Matea González, hermana de Félix, también detenido. Le llevaron alguna
manta para protegerse del frío. El 02/12/1936 fue sacado a fusilar. El día 3 de
diciembre las mujeres fueron a realizar la visita acostumbrada cuando les dice
un tal Araoz, de Mendavia: “ya les hemos dao la libertad”. Martina era una mujer de carácter y se hizo respetar. Echó adelante con
sus seis hijos, el mayor de 13 años, y la menor de apenas meses. El hijo mayor,
Lucio, fue un apoyo grande para ella, durante los primeros años. Tenían un par
de vacas y un huertillo en La Callejada. Sembraban alubias y patatas, y con eso
y la leche diaria, se iban defendiendo para vivir –relata su nieto B.V. A
la muerte de Franco, la familia siguió las pistas que les daban en Pamplona, y
así llegaron al Perdón como lugar de fusilamiento de mendavieses. Fue Cruz, uno
de los hijos de Blas, parte del grupo que más se movió, viajando a Pamplona y
recabando testimonios, hasta dar con los restos de los asesinados.
Maura Palacios
Martínez
estaba casada con Manuel Suberviola Asurmendi, y tenían seis hijos: Juan,
Teófilo, Gabriela, Damasa, Carmen y Luis. Vivían en la calle El Prado. Al
momento del golpe de estado Manuel era Guarda de Mendavia, y pertenecía a la
UGT. Aunque no constan sus ingresos en la cárcel de Pamplona, se sabe que el 31
de agosto, a las 6.00 am, fusilaron a los seis, en la Vuelta de Castillo,
Pamplona.
Máxima Hilda
Expósito,
natural de Pamplona, se casó con Florentino Santamaría Gastaminza, y tenía
cuatro hijos: Angelina, Julián, Félix, María. Vivía en la calle La Virgen.
Florentino tenía 50 años cuando lo fusilaron. Julián y Félix Santamaría Ilda (o
Hilda) fueron llevados al frente. Félix en el grupo de quintos, el 13-4-38; y Julián
como forzoso en el Tercio Sanjurjo, el 6-8-36. Julián resultó herido.
Máxima Úzqueda Aramendía estaba casada
con Apolinar Maiza García, y tenían 1 hijo (Javier). Jornalero. A Apolinar lo
matan en Pamplona el 06/11/1936. Es fusilado en la Vuelta del Castillo, por
mandato judicial militar. Su hijo Javier tenía apenas 11 meses cuando mataron a
su padre. Se cuenta que Máxima, durante un encierro de fiestas, y al ver que
uno de los implicados en la muerte de su marido se metía en el portal de su
casa, gritó: ¡criminal, encima que mataste a mi marido te metes en mi casa!
Denunciando así públicamente al implicado.
Melchora Quijera Suberviola se casó con
Guillermo Canillas Romero. Tuvieron 3
hijos (José, Marina y Felisa). Guillermo fue concejal durante la República. El Diario de Navarra reseña su detención
(26-8-36). En septiembre fue asesinado. A Melchora le cortaron el pelo en el
pueblo y debía presentarse en el cuartel recibiendo ofensas incontables.
Melchora era hija de Ángela Suberviola y Ezequiel Quijera, que habían tenido 6
hijos: Cirilo, Blas, Melchora, Brígida, Sixto y Bruno. Sixto y Bruno también
fueron fusilados. Blas y Cirilo fueron llevados al frente. Cirilo fue reclutado
para el Tercio en 1936 y Blas fue reclutado en 1938. Ezequiel había estado 4
años en la guerra de la independencia filipina.
Narcisa Aragón
Arina
estaba casada con Narciso Simón Barquilla Carracedo, nacido en Lodosa el
28/10/1905. Tenían un hijo. Narciso era jornalero y cenetista. Fue preso en el
Fuerte San Cristóbal y fusilado el 06/11/1936. Es testigo de defunción el
mendaviés Julián Baigorri García.
Pascuala Cenzano Lecea estaba casada con Pedro Martínez Armendáriz, y tenían cuatro hijos:
Angelita, Pedro, Luis y Jesusa. Pedro nació el 18-11-1936, cuando su padre ya
había sido asesinado. El 21-11-1936 fue bautizado. Emigraron a San Sebastián. Los padres de Pascuala
eran Isidora
Lecea Tiberio y Antonio Cenzano Zalduendo. La
familia Lecea llegó a Mendavia de Lazagurría. Rufino Lecea Eraso se casó con
Florenica Tiberio Etayo, padres de Isidora. Pedro vivía en la calle Beraza. Era sereno. Fue apresado y fusilado en Villatuerta el 07/09/1936.
Petra Sainz
Elvira
estaba casada con Salvador Eusebio Sancho Sainz, y tenían dos hijas (Adoración
y Rosario). Vivían en la calle San Bartolomé. Salvador era jornalero y miembro
de la UGT. Durante la república fue elegido concejal.
Salvador estuvo
escondido con Gabina, después de que mataron a Manuel Lecea Sancho. En el
primer piso estaba la cocina. Cuando venía alguien Salvador subía desde la cocina
al pajar. Su mujer venía a estar con Salvador, en horas de la noche. Después
dejó de visitarlo, por los comentarios que se podían ocasionar. Uno de esos
primeros días fue a casa de Gabina una mujer falangista. Salvador creyó que lo
había visto, y al otro día, como no estaba tranquilo, Salvador se fue; un día
después se cree que lo mataron.
Petra
era hija de Julia Elvira, y hermana de Vicenta Sainz Elvira (mujer de León
Sainz “Corera”), Delfina, Pedro, Víctor, Jacinta… Jacinta Sainz Elvira era
mujer de Félix Sádaba, promotor del teatro-cine en Mendavia. Pedro y Víctor,
sus hermanos, fueron al frente, como soldados por quintas.
Tras
el Golpe de Estado de 1936, un grupo de mujeres y niñas de la familia Sainz
pasaron al otro lado del Ebro. Julia, con sus hijas: Vicenta, Petra, Delfina, y
con las niñas Adora y Rosario; y alguna otra vecina, pudieron pasar en la barca
hasta la otra orilla. Al escuchar a un pescador gritaron: ¿Quién va? El
pescador respondió –tal vez reconociendo las voces: León “Corera”. La CNT. Así
pudieron pasar con su barquilla. Otras personas más pasaron por un vado del
Ebro. Llegaron hasta San Martín y luego fueron a la finca de Mariano. Allí
comieron algo y pasaron la noche, y algunos días más. Es detalle importante
señalar que León Sainz “Corera” había puesto a su hijo, nacido tan solo un mes
antes, el nombre de Bladimiro Lenín. Entre las mujeres que pasaron en la
barquilla Vicenta Sainz, la mujer de León. Su niño acababa de morir el día 15
de julio, con apenas un mes de edad.
Presentación
Agreda
Escolano, nacida el año 1906, en
Gelas, Guadalajara, hija de Antonio y Avelina, estaba casada con Tomás Elvira
Suberbiola. El matrimonio se realizó en la parroquia San Pedro el Real, de
Madrid, el 26-1-1930. Tuvieron dos hijos: Tomás y Avelina. Tomás nació el
22-10-1936, en Mendavia, cuando ya su padre había sido asesinado. Fue bautizado
el 31-10-1936. Tomás era jornalero y pertenecía a la UGT. Lo mataron en San
Román de Cameros.
Ricarda González
García estaba
casada con Faustino Valderrama Rodríguez y tenía cinco hijos: Vidal, Carmelo,
Florentino, Guadalupe, Rosario. Vivían en la calle Beraza. Faustino era
zapatero, además de otros oficios, incluso trabajaba como jornalero en el
campo. Daba clases en casa. Tenía cierta cultura y liderazgo entre los jóvenes. Había
nacido en Valladolid el 15-2-1895. Fue llevado a la cárcel de Pamplona con
otros mendavieses en los primeros días de agosto.
Rolindes González Auñón estaba casada con
Cesáreo Salmantino Expósito y tenían con 3 hijas: Aurora,
Antonia y Felicidad. “Salmancho”, había nacido en Pamplona el 09/03/1905,
era churrero, Era miembro de la UGT. Fue apresado, en Cárcar, llevado el 1 de
agosto a la cárcel de Pamplona y sacado a fusilar el 10-12-36, en cercanías de
Pamplona. Rolindes Josefa González Auñón, nacida el 19-05-1889 en Santa Marina,
Cotillas, Albacete, hija de Nicolás González y Joaquina Auñón. Su hija, Felicidad
Salmantino, emigró desde Pamplona a Brasil en 1963.
Romana Angulo Romero estaba casada con Pedro Arróniz
Ínigo. Vivían en la calle San Bartolomé. Pedro era jornalero
y pertenecía a la UGT. Fue apresado en la cárcel improvisada de Logroño, El
Beti. La familia del pueblo lo visitó. Estuvo más de tres meses preso y lo
fusilaron en la Barranca de Lardero (Rioja) el 10/11/1936. Romana Angulo Romero
era hija de José María Angulo y Manuela Romero, y hermana de Baldomera, Julián y Bonifacio. Julián y Bonifacio
también fueron asesinados. Romana Angulo, a pesar de haberle matado marido y
dos hermanos, fue capaz de mantener escondido en su casa a su sobrino Fermín
Ordóñez Angulo, hijo de Baldomera. Se mantuvo varios meses sin salir a la
calle. Lo tenían en la cuadra, en algún apartadillo. Cuando algún
falangista sospechó de su presencia y quiso entregarlo, un vecino de derechas
le dijo: “métete en tu casa y deja a los demás en paz”. José María Ordóñez
Angulo, hermano de Fermín, con 19 años, fue llevado al frente en 1938. A otra
hermana, Hilaria Ordóñez Angulo, le mataron al marido: Jacinto Sainz Alonso.
Rufina Esteban
Rueda
estaba casada con Jesús Pastor Fernández y tenían tres hijos (Manolo, Jesús y
Luis). Contrajeron matrimonio el 06/09/1927 (Libro 8, 1). Vivían en la calle
Echeverría, 32. Jesús era sastre y miembro de la UGT. A fines de mayo 36, el
alcalde Dionisio fue condenado por homicidio, preso en Pamplona, y sustituido
como alcalde por Jesús Pastor. Tras el golpe de Estado, fue llevado a la cárcel
de Pamplona el día 22 de julio, y asesinado.
Rufina
Martínez Ordóñez, hija de Román
Martínez Ocáriz y Aniceta Ordóñez Cenzano, estaba casada con Bruno Quijera
Suberbiola y tenían 3 hijos (José, Félix y Roberto). Rufina nació en Azagra en
1901 o 1902. Bruno nació el 06-10-02. Era jornalero. Él y su mujer pertenecían
a la UGT, y tenía conciencia republicana. El 25 de abril de 1936 se reseña el
acto civil de Mendavia, por el que se inscribe en el “registro civil con el
nombre de Roberto un niño, hijo de nuestros camaradas Bruno Quijera y Rufina
Martínez” (Semanario Trabajadores). Lo llevaron preso a Pamplona. Y lo mataron
después de una saca de la cárcel de Pamplona el 02/12/1936. A la familia le
pedían comida y ropa, para llevarle. Rufina, la mujer de Bruno, guardaba las
cartas que le escribió desde la cárcel su marido; cartas que hoy conservan sus
familiares. En 1940 inició el expediente para la inscripción de la muerte de su
marido “a consecuencia de accidente en la guerra nacional contra el marxismo”.
Así le hicieron firmar. Actúan de testigos sus hermanos Basilio y Julián. Rufina
murió en Beire (Navarra), el 12/12/1991.
Rufina
Suberbiola Elvira,
nacida en Mendavia en 1911, hija de Manuel Suberbiola Asurmendi y Pilar Elvira,
estaba casada con el lodosano Pablo
Ramírez Abos, hijo de Antoliano Ramírez y Petra Abos. Residían en Lodosa y tenían una hija: María Pilar Ramírez
Suberbiola, nacida el 7-12-1936, y bautizada en Mendavia el 21-12-1936. Pablo
Ramírez Abos, había nacido el 25/03/1905. Aparece en las listas de presos en la
cárcel de Pamplona y en la de los enviados al Tercio. El 21-9-36 fue herido en
la cabeza, por metralla, en los bombardeos del Manicomio de Huesca; ingresó al
hospital de Zaragoza dos veces, en septiembre y noviembre, pues se reprodujo la
herida. Resultó muerto, sin conocerse los detalles.
Sofía Jalón Elvira estaba casada
con Felipe Ordóñez González, y tenían dos hijos: Terencio y Eleodora. Vivían en
la Calle Jazmines. Felipe era labrador. Tocaba como músico en las fiestas del
pueblo y en las de los alrededores. Pertenecía a la Banda de Mendavia. Era
miembro de la UGT. En 1935 fue el secretario. Participó en el
Tercer Congreso de Campesinos de Navarra, de la UGT, que se realizó los días 19
y 20 de abril de 1936. Ese mismo mes de abril, diez días antes, había muerto
una hija de Felipe. Fue detenido tras el golpe de Estado, encarcelado en
Mendavia, y sacado de la cárcel el 29 de julio de 1936, en un grupo de seis
mendavieses. En terreno de Armañanzas fueron fusilados y enterrados.
Teófila Mangado Esteban, natural
de Sesma, estaba casada con Carmelo Rada Romero, y tenían dos hijos: Carmelo y Dominica. La muerte de Carmelo es registrada
en los libros de Mendavia el 06/08/1985, y localizada en Pamplona. Sin embargo,
hay testigos que relataron la saca de la cárcel de Mendavia del día 1 de agosto
de 1936, en la que se encontraban cuatro hombres: Marcos García, Javier
Esteban, Carmelo Rada y otro más. “En un coche negro, sacaron a cuatro. Los
sacaron ensangrentados”. Fueron asesinados el 01/08/1936 o en una fecha
cercana. Al ser fusilado el padre, y al término de la guerra, la madre con los
dos hijos, fueron a vivir a Lerín; allí trabajó Teófila de churrera. Volvió a
contraer matrimonio con Carmelo López Ricarte, natural de Lerín, con el cual
tuvo tres hijos más, uno de los cuales de nombre Carmelo López Mangado. Carmelo
Rada Mangado falleció soltero y sin descendencia. Carmelo López Mangado fue a
vivir a Mendavia, y le puso a uno de sus hijos el nombre de Carmelo.
Valentina Hernández Verano nació en
Mendavia. Estaba casada con Víctor Romero González y tuvieron 2 hijos (Luis,
Pilar). Víctor pertenecía a la UGT. Vivían en la calle Beraza 118. Víctor fue
asesinado en torno al 25 de julio 1936, en término de Mendavia. Tenía 31 años.
Era jornalero. A Valentina Hernández Verano le mataron al marido, al hermano y
a dos cuñados. Valentina murió en el pueblo, en un accidente. Un hijo de
Valentina (Luis) se fue a Canadá. La hija, Pilar, se quedó en Mendavia. Después
del Golpe de estado de 1936, Valentina, que ya era viuda, estaba haciendo las
labores del campo, cuando vio venir una persona con la cabeza cubierta y
vestida de negro. Pensó que sería algún cura. Al acercarse reconoció a su
suegra Inocencia, con la cabeza rapada, que venía llorando. Al intentar
consolarla ésta le dijo: No lloro por mí sino por ti, porque mañana tienes que
presentarte al cuartelillo y te harán lo mismo. Inocencia González y Valentina
Hernández fueron algunas de las mujeres a las que las hicieron ir al
cuartelillo, les cortaron el pelo, y con toda probabilidad las injuriaron y les
obligaron a tomar aceite de ricino.
Victorina Ochoa
Ganuza estaba
casada con Segundo Sagasti Úzqueda y tenían una hija: Natividad. Vivían en la
calle Caralogroño. Segundo era labrador y pontonero. Desde el día 20 Segundo se
da por “desaparecido”. En realidad, fue llevado a la cárcel de Estella, junto a
Germán Valerio. Sus cadáveres fueron arrojados en una cuneta entre Arandigoyen
y Villatuerta.
Victorina Sábada
Sainz, hija
de Félix y Vicenta (n. en 1914), formó pareja con el lodosano Ceferino
Antón Zalduendo, y tuvieron una hija: Mari Santos. (Nota al margen, en el
registro de bautismo de Mari Santos: “Fusilado. No está casada”). Vivían en la
calle San Bartolomé. Ceferino era jornalero y de la CNT. El acta de defunción
señala como fecha y lugar de su muerte el 11/08/1936, en Villamayor. Fue inscrito
en el registro de defunción de Mendavia el 20-7-1945 (T. 26, f. 18). Victorina se casó en segundas nupcias con
Cándido Sádaba y llegó a vivir, en Mendavia, más de 100
años. En sus años de ancianidad, recordaba que, con 17 años, fue detenida y
enviada a la cárcel por gritar: “Viva el comunismo”. Y que, como buena
republicana, no se había casado por la iglesia con Ceferino.
Viudas de
soldados forzosos: en el tercio de Sanjurjo o en el frente de Bilbao
Castora Subero
Campos
era hermana de María e Isabel Subero Campos. Hijas de Francisco Subero García y
Ascensión Campos García. Castora estaba casada con Justo Alcalde Martínez. Justo era hijo de Francisco (Ausejo) y
Juana Martínez. Castora y Justo tenían en 1936 tres hijos (Francisco, Horacio y Gabriel). Justo tenía 34 años, cuando fue enviado forzoso al
Tercio de Sanjurjo, el 16-8-36. Allí murió el 29/10/1936 tras haber sido herido
en batalla, en Alcubierre, y enviado al hospital de Zaragoza. Castora siguió
viviendo en Mendavia. Le reconocieron pensión de viudez en 1941.
Hilaria Romeo Rada, hija de Anselma
y Pedro, estaba casada con Juan Albisua
Martínez, mendaviés nacido el 20/06/1908, hijo de Felipe y Leonor. Vivía en
el Barrio Fuerte. Juan era labrador, y fue incorporado al Tercio de Sanjurjo el
27/08/1936, en la 3ra. Compañía de la Bandera Valenzuela. Murió en la sierra de
Alcubierre el día 30 de enero de 1937 a consecuencia de heridas sufridas; sus
restos fueron enterrados en el campo de batalla. En Boletín Oficial de 1942 le
fue reconocida pensión a su viuda, por Logroño. Era tía del soldado forzoso
Valentín Romeo Sagüés.
Luisa Rada Romero, hija de Vicente y Leonarda, estaba
casada con Fermín Elvira Miranda, labrador.
Domingo y Ángeles eran los padres de Fermín, nacido en Mendavia
el 23/09/1904. Fue alistado en el Tercio y luego pasó a la I División Navarra.
Murió en combate el 13-8-38, con 33 años, posiblemente en la Sierra de Padols
(Tarragona). Luisa Rada Romero recibió pensión de viudez, reconocida en 1941, y
residió en Zaragoza. Luisa era hermana de Carmelo, asesinado.
Victoria Elvira Salcedo estaba casada
con Felipe Asurmendi Armendáriz, cuñado del
alcalde Dionisio. Felipe había nacido el 13/09/1909. Fue reclutado forzoso e incorporado
al batallón de Infantería
Arapiles n. 7., el día
12 de abril de 1937. Lo enviaron al frente de Bilbao y murió en batalla el día 13 de junio de 1937. Sobre sus
restos, hay documentos que señalan que quedaron en el campo de batalla. Otros
testimonios hacen creer que está enterrado en el cementerio de Logroño.
Viudas
residenciadas fuera de Mendavia
Caya Ordóñez
Romero,
de Mendavia, hija de Pablo y Tomasa, estaba casada con Dámaso Alonso Pavía y tenían cuatro hijos. Dámaso, con familia
Alonso en Mendavia, había nacido en Cárcar
en 1903 y era obrero azucarero. El 4 de septiembre de 1936 fue sacado a
fusilar en Marcilla, donde residía. Su hermano, Luis Alonso Pavía, residente en
Marcilla, fue enviado al frente. Tiene ficha de combatiente: 1937.01.01 -
1940.12.31. Un hermano de Caya, Antonio Ordóñez Romero, con 36 años, fue
enrolado en el Tercio de Sanjurjo, resultando Impedido a causa de herida de
guerra, el 21-10-36. Fue ingresado en el Hospital de Zaragoza.
Dionisia
Recio Álvarez,
estaba casada con Pedro Elvira Martínez
y tenían cuatro hijos: Julio, Remedios, José y Lucía. Pedro, nacido en
Mendavia, estaba residenciado en Pradejón. Era pescador, hermano de Cirilo, e hijo
de Bonifacio (hermano de Quirico, el padre de Eduardo Elvira) y Benigna. Lo
mataron, con 46 años, el martes 28 de agosto del 36 en la carretera entre
Arrúbal y Galilea, junto a Elías Ezquerro García, Faustino y Perfecto Miranda
Medrano, el alcalde de Pradejón.
Encarnación
Valerio García
se casó con Fermín Sagasti Ganuza, el
02/09/1903 en Mendavia. Fermín era hijo de Evaristo Sagasti Cordovín y Leocadia
Ganuza. Fermín había nacido en
Mendavia en 1877 o 1878. Encarnación era hermana de la maestra Blasa y de
Martina, que fue asesinada; hijas de Juan y Agustina. Poco después de casados,
Fermín y Encarna se avecindaron en Arrúbal (La Rioja). Tuvieron 6 hijos: Luis,
Antonio, Cirilo, Amós, Purificación y Carmen. Fermín era trabajador del campo y
miembro de la UGT. Fue detenido en los primeros días de la sublevación junto
con otros líderes campesinos. Es posible que fuera acusado de esconder a su
sobrino Tomás Martínez Valerio. Puesto en libertad, y nuevamente detenido y
conducido a la prisión de "La Industrial", fue fusilado el 26 de
octubre de 1936 en La Barranca de Lardero.
Gloria Zalduendo estaba casada
con Gregorio Elvira Valerio, y
tenían cuatro hijos: Blanca, Dolores, Miguel y Rosario. Gregorio había nacido en
Mendavia el 11/03/1905 (12/03/1897), y era cuñado de Lorenza Sagasti. Fue
fusilado en Logroño el 30/07/1936. Era mecánico, y su localidad de residencia
era Nieva de Cameros (La Rioja).
Julia estaba casada
con Juan Ortiz Oroz, y tenían un
hijo: Valentín. Juan era nacido en Mendavia, hijo de José y Vicenta Oroz
Úzqueda, y residente en Rincón de Soto. Tenía 27 años cuando lo asesinaron en
Aldeanueva del Ebro en agosto de 1936. Era trabajador del campo y estaba afiliado
a la UGT. Su tío, Félix Oroz Úzqueda, residente en Mendavia, estaba afiliado al
Requeté.
Mujer de
represaliado, ya fallecida en 1936:
Casimira Arróniz
González
estaba casada con Juan Álvarez Martínez.
Se habían casado el 18/10/1909. En 1936 ya había fallecido Casimira.
Había tenido seis hijos (Isabel, Gregorio, Pedro, Agustín, José y Víctor). Juan
era Guarda municipal y miembro de la UGT. Un hermano de Casimira, Víctor
Arróniz González, murió en el frente. Casimira y Víctor eran hijos de Ángel
(Miguel) y Gregoria, y nietos de Romualdo, Juana Pérez, Esteban y María Ocáriz.
Los padres de Casimira habían vivido en la calle La Virgen, 25.
Viuda de
Policarpo Romero Martínez. Sin información.
Continúo estableciendo la relación de nueve parejas de
hermanas que hubieron de cargar con la muerte de sus hijos antes de tiempo. Si
bien, algunos de estos hijos murieron en el frente de guerra, he querido
traerlos también aquí porque en el contexto familiar-materno puede apreciarse
mejor hasta qué punto en muchos casos la participación en el frente fue
forzosa. Hago la acotación de que en algunos casos desconozco si las madres
estaban vivas en el momento de la muerte de sus hijos, por lo que este escrito
es apenas un esbozo, y una oportunidad para recoger algunas vivencias en torno
a este grupo de mujeres. Si logro al menos darle nombre a su dolor y, con el
nombre, rostro y memoria, habré dado por cumplido mi objetivo primario.
Madres de Eladio Elvira Asurmendi y Manuel Suberviola
Asurmendi, respectivamente.
Eladio Elvira Asurmendi era primo carnal de Felipa
Asurmendi, mujer del alcalde. La madre y el padre de Eladio y Felipa, Bárbara y
Cipriano, eran hermanos, hijos de Benito Asurmendi y Catalina Suberviola.
Eladio nació en Mendavia el 18-2-1898. Era hijo de Domingo y Bárbara. Estaba
casado con Basilisa Moreno Gil y tenían tres hijos: Ángel, Adoración y Alfredo.
Vivían en la calle San Bartolomé 31. El día 8 de agosto de 1936 lo trasladaron
a la cárcel de Pamplona, junto a un grupo de mendavieses. Fue sacado de la
cárcel y asesinado probablemente el 03/12/1936.
Manuel Suberviola Asurmendi. Su madre, Perfecta, era
otra de las hermanas de Bárbara y Cipriano, hija de Benito Asurmendi (Los
Arcos) y Catalina Suberviola. Manuel nació en Mendavia el 16-01-1881. Manuel
era hijo de Luis y nieto por padre, de Jeremías y Blanca Ochoa (Allo). Estaba
casado con Maura Palacios Martínez, y tenían cinco hijos: Juan, Teófilo,
Gabriela, Tomasa y Luis. Vivían en la calle El Prado. El 31 de agosto, a las
6.00 am, fue fusilado en la Vuelta de Castillo, Pamplona.
Madres de Apolinar Maiza García y Félix Perrella
García, respectivamente.
Apolinar Maiza García, nace en Mendavia el 26-01-02.
Es asesinado cuando contaba con 34 años. Casado con Máxima Úzqueda Aramendía,
hijo de Joaquín y María, tenía 1 hijo (Javier). Nieto de Julián, Lucía Navarro,
Gregorio y Cornelia Osinaga. Jornalero. A Apolinar lo matan en Pamplona el
06/11/1936. Su hijo Javier tenía apenas 11 meses cuando mataron a su padre.
Félix Perrella García, había nacido en Mendavia el
20-11-1884. Era hijo del italiano Nicolás y de Leandra. Estaba casado con
Loreta Verano Martínez y tenía tres hijos: Nicolás, Sofía y Palmira. Era nieto
de Vicente, Vicenta Martorella, Gregorio y Cornelia Osinaga. Vivían en la calle
San Juan. De oficio calderero. Pertenecía a la UGT. Félix Perrella García fue
sacado a fusilar desde Mendavia. El día 1 de agosto se documenta su asesinato
en Mues.
Madres de Víctor, Telesforo y Fermín Romero González,
y Martín Elvira González, respectivamente.
Tres hijos de Constancio Romero e Inocencia González
fueron asesinados pocos días después del Golpe de Estado. Los tres eran
jornaleros. Los padres vivían en la Calle Arriba (Primicias). Eran nietos de
Bernabé Romero, Francisca Ordóñez, León González y Benigna Peña.
Víctor Romero González nació en Mendavia el 17-10-04.
Estaba casado con Valentina Hernández Verano y tuvieron 2 hijos (Luis, Pilar).
Tenía 31 años y estaba incluido en la lista de jornaleros pertenecientes a la
UGT. Vivía en la calle Beraza 118. Víctor fue asesinado en torno al 25 de julio
1936, en término de Mendavia. Tenía 31 años. Era jornalero.
Telesforo Romero González (Teodoro, en algunas
fuentes) nació en Mendavia el 05-01-1910. Estaba casado con Francisca Sádaba
Elvira y tuvieron una hija (Amelia). Telesforo fue asesinado en torno al 25 de
julio de 1936, en término de Mendavia. Tenía 26 años. Era jornalero.
Fermín Romero González, nació en Mendavia el 11-03-12.
Era soltero. Ayudaba a sus padres en las tareas de su casa. Fue asesinado en
Pamplona el 02/12/1936. Tenía 24 años y estaba inscrito en la CNT.
El hermano más joven de todos, Pedro Romero González,
estaba haciendo la mili. Los falangistas se presentaron para detenerlo, pero el
capitán al cargo no dejó que se lo llevaran. Juan y José, dos hermanos más, de
31 y 19 años, respectivamente, también fueron reclutados al frente, en el 37 y 38,
respectivamente. Al terminar el servicio militar Pedro regresó a vivir con su
madre, Inocencia, que pronto quedó viuda. Mal terminó la vida de Inocencia por
tantos dolores juntos acumulados.
Martín Elvira González nació en Mendavia el 30-1-1894
(libro 14, 182), era hijo de Pablo Elvira Campos y Cándida González Peña, ambos
de Mendavia. Cándida era hija de León González y Benigna Peña, hermana de
Inocencia. Era nieto de José, Apolonia Campos, León (de Ausejo) y Benigna Peña.
En 1919, Martín se casó con Agustina Sagasti Martínez. Tuvieron tres hijas:
María, Carmen y Pilar. Vivían en la calle Augusto Echeverría 204. Martín era
jornalero, dueño de un bar y “Casa del pueblo”, y miembro de la UGT.
Como consecuencia del expediente que le abrió el
Tribunal Regional de Responsabilidades Políticas de Navarra, en 1938 el juez de
primera instancia e instrucción de Estella sacó a pública subasta sus bienes.
Un testimonio recoge que su pequeña hija Pilar lo
llegó a ver el primer día en el hospital, pero no lo dejaron ver por su mujer.
Al día siguiente, por la tarde, cuando los familiares solicitan verlo de nuevo,
ya no dejarán verlo más hasta el día que lo sacan en el camión. Estuvo herido
en el Hospital algo más de 20 días. El mismo día 20, antes de la instalación del
nuevo ayuntamiento golpista, Agustina acudió –inocentemente, esperado un mínimo
de legalidad- a Rufina la mujer del
alcalde Jesús Pastor. Ella le hizo ver la realidad: su marido Jesús no tenía
ningún poder y corría el mismo riesgo de ser asesinado.
Madres de Estanislao Lorenzo, Cosme e Hilario; y Juan
Martínez Martínez, respectivamente.
La familia Elvira Martínez fue otra de las que más
represalias sufrió. Fueron asesinados tres hijos de Pascual Elvira Suberviola y
Florentina (Flor) Martínez Romero, nietos de Marcos, Catalina Romero y Anselmo
Martínez: Estanislao Lorenzo, Cosme e Hilario. La casa familiar se encontraba
en la calle Primicia 22.
Juan Martínez Martínez, nacido en Mendavia el
27-12-04, era hijo de Andrés y Tomasa Martínez Romero. Fue labrador. Estaba
casado con Daría Martínez Valerio. Detenido en Mendavia, el 5 de agosto fue
ingresado, junto a un grupo de mendavieses, en la Cárcel de Pamplona. El día
02/12/1936 fue sacado a fusilar en Sengáriz (Ibargoiti-Aoiz). A Daría le
mataron: al marido, al hermano y a la madre. Ella se quedó en el pueblo y fue
mujer fuerte que ayudó a levantarse a la familia. Por los años 45, Daría se
casó con Marcos Estella. Isabel Martínez Valerio era hermana de Daría. Tomasa
Martínez Romero, la madre de Juan Martínez Martínez, vivió al lado de Daría e
Isabel al final de la calle Caralogroño. Eran dos casas. Isabel y Daría vivían
en una casa. Tomasa Martínez Romero en la otra.
Madres de Julián Albero Aramendía y Lucio González
Aramendía, respectivamente.
Julián Albero Aramendía, nació en Mendavia el
03/09/1917. Fue reclutado el 26/07/1936, incorporado a la falange y muerto en
el frente el 18-10-36. Era hijo de José María y Carmen Aramendía Canillas;
nieto de Lope Aramendía Martínez y Sebastiana Canillas García. Murió en el
Hospital de Vergara a consecuencia de heridas sufridas en el frente de Azpeitia
el día 17 de octubre, sus restos fueron trasladados al cementerio de Mendavia.
Según noticia de Diario de Navarra (21-10-36), tras un tiempo en el puesto de
vigilancia de Valcarlos, el 10 de octubre es enviado al frente de Vizcaya. Sus
paisanos Jesús García Sádaba y Teófilo Romero Sádaba trasladaron sus restos a
Mendavia.
Lucio González Aramendía, fue combatiente por el
requeté. Nacido en Mendavia el 26/06/1920. Era hijo de Gregorio y Juana
Aramendía Canillas; y nieto de Meliton González Verano, Plácida Sainz García,
Lope Aramendía Martínez y Sebastiana Canillas García. Vivía en la calle La
Virgen. Murió en combate el día 07/01/1939, posiblemente en Cataluña. Aunque en
las listas de combatientes aparece como requeté, resulta muy poco probable que
lo fuera; o si lo fue, sería presionado a serlo. Gregorio González Sainz, padre
de Lucio, era hermano de María González Sainz, madre de Segundo Salcedo
González; así que Lucio era también primo carnal de Segundo, asesinado como
dirigente de la izquierda. Gregorio, el padre de Lucio, había sido concejal por
la izquierda. Tras las elecciones municipales del 23 de abril de 1933,
convocadas para renovar los concejales proclamados según el art. 29 el cinco de
abril de 1931, son sustituidos los concejales nombrados por el Arrabal. Se
incorporan, representando a la izquierda: Víctor Suberviola, Guillermo
Canillas, Gregorio González Sainz, Jesús Elvira García y Esteban Maiza. El 31
de mayo de 1935, tras la destitución de los ayuntamientos republicanos en
Navarra, la Unión de los Republicanos convoca en Madrid a una Asamblea de
exconcejales. Se publican los Comités constituidos en pueblos convocados. La
Asamblea será el 5 de junio 1935. Gregorio González forma parte del Comité de
Mendavia. A pesar de la gestora provincial de la derecha, tras un año largo de
destitución del ayuntamiento, al restablecerse las garantías constitucionales,
por la presión nacional de los republicanos, y sin poder demostrar las
acusaciones contra el alcalde de Mendavia, se reponen todos los miembros del
ayuntamiento en el mes de enero de 1936.
Madres de Cesáreo Sainz García y Benigno Armendáriz
García, respectivamente.
Cesáreo Sainz García, mendaviés nacido el 25-2-1898,
hijo de Norberto y Justa, nieto de Francisco, Valentina Sainz, Andrés e Ildefonsa
Sainz (Borja-ZA). Era labrador y miembro de la UGT. Había sido acusado, con un
grupo de mendavieses, de desorden público y tenencia ilícita de armas. En junio
de 1933 se desarrolló el juicio contra Sandalio Estella Suberviola y Juan
Martínez Martínez, acusados de cortar la línea telefónica la noche anterior al
día de la convocatoria de la huelga, en 1932. Cesáreo Sainz es también acusado,
con otros más. El 27 de marzo de 1934 son detenidos los vecinos José, Cesáreo y
Ángel Sainz García, Doroteo Elorza y Benito Sádaba por segar forraje en los
montes (“fincas de propiedad particular”, según instala en su retórica el
Diario de Navarra). Es probable que por estas acciones le pasaran factura.
Detenido tras el golpe de estado, fue ingresado en la cárcel de Pamplona, y
“dejado en libertad” el 24 de noviembre. Varios mendavieses fueron fusilados en
las inmediaciones de Pamplona por estas mismas fechas. Ángel y Félix Sainz
García, hermanos de Cesáreo, fueron enviados al frente.
Benigno Armendáriz García, natural de Mendavia,
soltero, chofer, hijo de Pedro y Cesárea; y nieto de Toribio Armendáriz y
Teodora Aramendía (de Luquin), Andrés García e Ildefonsa Sainz. Benigno nació
el 13/02/1909. Con 28 años fue enviado forzoso al Tercio Sanjurjo el
16/08/1936. Murió el 11 de septiembre de 1936 en el Hospital de Teruel, a
consecuencia de heridas de fusil recibidas en Campillo, el día 5 del mismo mes.
Sus restos fueron enterrados en el Cementerio de Teruel. Amancio Armendáriz
García, hermano de Benigno, esquilador, con 24 años, también fue enviado
forzoso al Tercio Sanjurjo; fue dado de baja (por razones físicas) en el mes de
septiembre, tras la intercesión de su padre, y probablemente enviado de nuevo
al frente, por reemplazo, el 24/11/1936. Otro hermano, barbero, Nicolás
Armendáriz, fue apresado.
Madres de Leocadio Sádaba González y Pedro Zúñiga
González, respectivamente.
Leocadio Sádaba González nació en Mendavia el
09/12/1905. Era hijo de Maximino y Toribia; y nieto de Félix, Vicenta Sainz,
Pedro y Benita Martínez. Era jornalero y miembro de la UGT. Leocadio Sádaba
González había estado en unos trabajos de roturo con azada por la Sardilla (La
Vega), cerca de Imaz, con otros trabajadores, cuando un Teniente del piquete de
Asalto llegó a interpelarlos. ¿Quién es el jefe? –les preguntó. Contestaron:
Aquí todos somos iguales. Por esa ocasión los dejaron tranquilos. Tras el golpe
de Estado de julio de 1936, temiendo ser apresados, huyeron hacia Cervera del
Río Alhama. Primeramente, hubo unas palabras con los guardias desde el otro
lado del Ebro, frente a la Vega de Mendavia, en el sitio de la ermita dedicada
a la Virgen de Aradón. Luego se refugiaron en algún corral. Después salieron
hacia Cervera. El piquete salió en su busca y al conseguirlos, el 01/08/1936,
el teniente identificó a Leocadio, lo llamó y le dio un tiro sin más palabras.
Cuando se hicieron las exhumaciones, en el año 1979, un sobrino fue a sacarlo.
Un vecino de Cervera dio la información del lugar donde se encontraban los
restos. Actualmente reposan en el cementerio de Mendavia.
Pedro Zúñiga González nació en Mendavia el 18/11/1913.
Era hijo de Lázaro y Tiburcia; y nieto de Gregorio, Tomasa Álvarez, Pedro y
Benita Martínez. Fue incorporado con la falange. Pedro era soltero y labrador.
Murió el día 09/05/1937 en el frente norte, durante la batalla de Durango, por
heridas de fusil.
Madres de Romualdo Valerio Martínez y Miguel Ángel
Jalón Martínez, respectivamente.
Romualdo Valerio Martínez, nacido en Mendavia el
07-02-1900, era hijo de Carlos y Marceliana, y estaba casado con Juana
Fernández Suberviola. Era alguacil y miembro de la UGT. Vivía en la calle
Villoslada 21. Tenía cuatro hijos. Fue acusado junto al alcalde Dionisio Salcedo,
al sereno Blas Sádaba, al guarda jurado León Muguía y al vecino Isidoro Ochoa
de la muerte del joven falangista Martín Sainz en marzo de 1936. En el juicio,
sin embargo, fue absuelto. No obstante, el mes de agosto de 1936 es detenido y
llevado a la cárcel de Pamplona. El día 20 lo sacan y asesinan en Mues.
En la época republicana se apuesta por unos nombres
laicos y registro de nacimientos y matrimonios civiles. En los libros de
nacimientos del Ayuntamiento de Mendavia aparece registrado el nombre de Libertad
Valerio, como hija del alguacil Romualdo. Sin embargo, durante los primeros
meses de represión y terror, tras el golpe de estado, los familiares de
Libertad Valerio, cuyo padre fue asesinado, fueron obligados a bautizarla con
“nombre cristiano” (la bautizaron Romualda, como su padre –pero en femenino-, y
como su tía, madre de Laureano, quien murió luchando con los anarquistas). Sólo
en el año 1945 fue hecha la anotación al margen del libro de registro civil
“subsanando los errores”.
Miguel Ángel Jalón Martínez. Nieto de Francisco
Valerio, Aquilina Suberviola, Isidro Martínez y Damiana Ripa. Ángel Jalón era
nacido en Mendavia el 01-10-1908, hijo de Ambrosio y Evarista Martínez Ripa.
Sus abuelos: Lucio, Toribia Pascual, Isidro y Damiana Ripa. Fue el primer
mendaviés muerto en batalla. Murió el 18-8-36, a consecuencia de heridas
sufridas de fusil, en el frente de Behobia. Sus restos fueron llevados al
cementerio de Mendavia.
Madres de Pedro Ramírez Lizanzu y Isaías Úzqueda
Lizanzu, respectivamente.
Pedro Ramírez Lizanzu (UGT). Era hijo de Manuel y
Catalina, y nieto de Gregorio, Fernanda Cenzano, Eusebio y Juliana Vergara;
hermano de Rosa, también represaliada, fue fusilado en Pamplona el 02-12-1936.
Era jornalero y tenía 28 años de edad. Ingresó a la cárcel el 5 de agosto, y
aparece en los libros con fecha de salida de 30 de noviembre. Es del grupo
cuyos restos se exhumaron en el Alto del Perdón.
Isaías Úzqueda Lizanzu era hijo de Antonio U. Oroz,
María L. Vergara y nieto de Lino, Silvestra, Eusebio y Juliana. Los días 2-3 de
diciembre de 1936 se da la importante batalla de Villarreal, en Álava. El
soldado mendaviés Isaías Úzqueda Lizanzu murió el día 3 en este frente, a
consecuencia de heridas sufridas de fusil. Sus restos fueron enterrados en el
campo de batalla.
LAS QUINCE ENCARCELADAS, 1935-1949
En
esta entrada hago memoria más sistematizada de las mujeres que sufrieron
privación de libertad y maltratos corporales. Aunque no son muchos los
testimonios directos obtenidos, se pueden recoger organizadamente las
informaciones de que se dispone actualmente. Entre
julio y diciembre de 1936, principalmente, se sucedieron diversas humillaciones
a las mujeres de izquierda. Cortes de pelo a cero, forzamiento a beber aceite
de ricino, y a pasear por el pueblo con la bandera de la Falange cantando el
“caralsol”… Algunas más sufrieron abusos sexuales por parte de los carceleros
para poder visitar a sus maridos… Así lo indican diversos testimonios, pero
pocos ofrecen detalles particulares, por lo afrentosas de las situaciones. Tras
la guerra siguieron los abusos y la represión económica, aunque no de forma tan
directa y brutal sobre los cuerpos de las mujeres como en el año 1936. Presento,
en primer lugar, dos situaciones sobre las que tiene alguna documentación mayor
o múltiples testimonios: los encarcelamientos y los cortes de pelo a cero. Comienzo
por dar rostro a aquellas mujeres que sufrieron prisión y que, en buena parte,
junto con la prisión también sufrieron cortes de pelo y otras formas
represivas.
Julia Aramendía
Martínez,
nacida y residente en Mendavia, era hija de Ignacio e Hilaria. Ignacio
Aramendía era miembro de la CNT; fue apresado en Mendavia y se salvó de la
muerte por la fuerte intermediación de un hermano. Julia fue acusada de
esconder armas y proteger a perseguidos. Julia era una mujer grande en tamaño y
en fortaleza física y moral. Fue detenida y presa en el cuartelillo de Mendavia.
Allí le cortaron el pelo. Su hermana le subía comida. A la semana la llevaron a
Pamplona en un camión de Perfecto Ripa, uno de los concejales falangistas nombrados
por los golpistas en el pueblo. La llevaban en la cabina. Un vecino siempre le
agradeció su vida a Julia, pues en ese viaje no mataron a nadie para arrojarlo
en la cuneta, como ya habían hecho en otras sacas, pues ella estaba de testigo.
Les dio vergüenza frente a ella –decía. Los datos de ingreso y salida de la
cárcel de Pamplona indican que Julia entró el 27/07/1936 y salió el 01/11/1936.
Allí pasó, por tanto, más de 3 meses. En ese tiempo aprendió a leer. Tuvo como
compañera a la Delegada de Educación de la República, Rosaura López Marquínez,
emparentada con los Marquínez de Mendavia y con un sacerdote que finalmente les
ayudó a salir (había en Pamplona dos sacerdotes, hijos de quien fuera alcalde
de Mendavia Florencio Marquínez Elvira; Antonio Marquínez, de Mendavia, había
estado de párroco en Sartaguda antes de la República; pudiera tratarse de uno
de ellos). Julia contaba que durante el encierro tuvo el apoyo anímico de unas
religiosas. Rosaura la orientó para que en las declaraciones se mantuviera
firme y se resistiera a la presión. Con frecuencia le preguntaban que dónde
tenía la pistola el novio (que era Víctor Elvira Martínez, hermano de los tres
asesinados: Lorenzo, Cosme e Hilario). Ella negó en todo momento la existencia
de tal pistola. Se le creó un Expediente (Nº 45) que se conserva en
FDMHN_UPNA_EMG_APPP. 1936. Caja nº 1. Semestre 2º. Fue represaliado su primo
Emiliano Aramendía (muerto), su novio y su hermana (perseguidos), tres hermanos
de su novio (asesinados), su padre (detenido) y su madre (expoliada su tienda).
Felipa
Asurmendi Armendáriz, natural y vecina de Mendavia, era hija de Cipriano y Federica. Estaba casada
con el alcalde Dionisio Salcedo Sádaba y tenían cuatro hijos: Javier,
Ángeles, María Jesús y Carmen. Felipa Asurmendi fue una de las mujeres de
Mendavia peor tratadas. Al estar su marido preso desde el mes de mayo, decidió bajar
desde su casa en las Eras de San Bartolomé, n. 46, a la casa de su padre
Cipriano, que era viudo (de Federica Armendáriz), y vivía en la Calle Doña
Blanca (Barrio Fuerte), n. 56. A su marido no lo volvió a ver. Murió asesinado.
Su hermano Juan fue llevado al frente el 16 de agosto de 1936. A principios del
año 1937 también se llevaron a su hermano Felipe, que murió en el Frente Norte.
Solo quedaron con ella su hermana Clara, su padre y sus cuatro niños. Los
represores del pueblo iban a su casa a sacarla y ofrecerla al escarnio público.
Su padre Cipriano salía con los cuatro niños, pero no por eso dejaban de
golpearla. Luego la recogían sangrando y todo maltratada. “A mi madre le
hicieron como al Señor” –cuenta Angelita. Los lugares de escarnio eran el cuartelillo,
donde estuvo detenida varios días (allí estuvo con Julia Aramendía); en la
calle La Virgen, entre el estanco y la cantina; la Plaza y la Carrera. Una
vecina, Ángela Elvira, “mujer beata, de misa diaria” -dice un testimonio de la familia
de Ángela-, que la vio siendo arrastrada y golpeada, exclamó: “¡Virgen de
Legarda! ¡Que no se vea esto!”. Un hombre armado la amenazó: “Señora, métase
para adentro y cállese la boca”. La llevaban en cierta ocasión por la Carrera,
llenándola de golpes e insultos, cuando una mujer de derechas, familia del
médico, viéndola en tan mala situación intervino y dijo: “hacedme a mí lo que
le estáis haciendo a ella” -y la recogió en su casa obligando a su marido a
curarla.
Otro testimonio recoge el Fondo J. Jurío: “…la arrastraron por todo y la
violaron, Hasta que fue una señora, la Carmen Unzu (¿), que ya murió, y les
dijo: ¡Cobardes! ¡Marchad al frente y no le peguéis a una mujer!”. Así como
estas mujeres intervinieron y hasta la protegieron, otras mujeres la ofendían,
la maltrataban y se ensañaban con ella. Se afirma que
en una ocasión la llevaron a la Barranca, y a punto estuvieron de fusilarla. Algunos
años después, las familias de viudas con hijos comenzaron a recibir algunos
pagos del Gobierno por cada hijo. La represión local se mantuvo con tal
intensidad en los años posteriores que incluso privaron a esta familia de uno
de los aportes por hijos huérfanos, que llegaban íntegros desde Pamplona y el
cura párroco se encargaba de repartir. Pues bien, el aporte para una de las
hijas no llegaba a la familia. Felipa se volvió a casar y tuvo tres
hijos más. Dedicada al comercio entre pueblos, fue perseguida y hasta multada
por vender alubias. Fue asesinado su marido. Y su hermano Felipe murió como
soldado forzoso.
Tres mujeres
jóvenes
de Mendavia fueron enviadas, en 1939, a la Prisión Provincial de Pamplona.
Según señalan algunos testimonios, dos de ellas fueron detenidas en el pueblo
por bañarse en el Ebro, en ropa íntima. Las encerraron en el cuartelillo, las
raparon, y las enviaron a Pamplona. A las jóvenes, en especial a las de
izquierda que consideraban más guapas, las cogían para cortarles el pelo
–explica un familiar. El testimonio de otro familiar de Nicolás Armendáriz
García, joven barbero, de 17 años, quien también estaba con ellas y fue
apresado, señala que las llevaba de paseo en una barquilla por el río, cuando
fueron detenidos.
Silvia Martínez
Martínez, hija
de Jesús y Cenona Martínez Rada, era la mayor de las tres. Había nacido en 1916.
A Silvia le abrieron el expediente Nº 384 y la retuvieron en la prisión
provincial de Pamplona (FDMHN_UPNA_EMG_APPP. 1939. Caja Única). Silvia se
casaría poco después con Eleuterio Cenzano Valerio, hermano de Francisco y
Leonardo. Francisco fue preso y torturado. Leonardo, torturado y asesinado.
Eleuterio había sido llevado al frente el 16-8-36, con 25 años de edad.
Aurora Martínez
Martínez,
prima de Silvia, había nacido en 1920, y era hija de Matías y Engracia, familia
de carpinteros. Matías era hermano de Cenona Martínez de Falcón Rada. A Aurora le
abrieron el expediente Nº 383 y la retuvieron en la prisión provincial de
Pamplona.
La
tercera chica detenida fue Jacinta Rada
Soto, mendaviesa, hija de Marcos y María. Con 17 años fue llevada a la
prisión de Pamplona, ese mismo año 1939, y le abrieron el Expediente Nº 401.
El Colectivo Altaffayya, en cuyo texto pionero: Navarra 1936. De la esperanza al terror,
menciona algunas mujeres de Mendavia que padecieron represión, recoge el nombre
de Rosa Ramírez Lizanzu como
detenida en la cárcel de Estella, en los primeros meses tras el golpe de Estado. Un testimonio señala que fue apresada
en Mendavia junto con Julia Aramendía, pero a Rosa la enviaron a Estella,
mientras que a Julia la llevaron a Pamplona. No están claras las razones por
las que se detuvo a Rosa en esta ocasión. Tal vez fuera por su relación con los
Muguía, con cuya familia se cebaron los falangistas (Abdón Muguía era su
marido); o tal vez para atrapar a su hermano Pedro. Rosa era hija de Manuel (quien
años más tarde aparece residenciado en Buenos Aires) y Catalina (n. 1884), que
siguió viviendo en el pueblo. Pedro, hermano de Rosa, jornalero inscrito en la
UGT, fue pronto detenido en Mendavia, y enviado a Pamplona el 5 de agosto. Fue
fusilado el 02-12-1936 en el Alto del Perdón. Parece ser que Rosa fue detenida
de nuevo, a juzgar por la declaración de Adbón, cuando fue detenido. En el
informe sobre Abdón que recoge González Gil, A. M., se lee que, cuando le correspondió su quinta, fue
destinado al Batallón de Guarnición de Pamplona 338 y estando prestando
servicio, desertó en los últimos meses de 1938 pasándose a Francia y de allí
voluntariamente por la parte de Cataluña a la zona roja, donde estuvo hasta que
fue hecho prisionero al liberar del todo la parte de Barcelona, por cuyo hecho la superioridad ordenó la
detención de su esposa, la que ha estado detenida hasta que fue capturado.(Diccionario
biográfico del socialismo histórico navarro, Pamplona, Universidad Pública de
Navarra = Nafarroako Unibertsitate Publikoa, 2007, vol. 4, pp. 380-381).
Lucía Salcedo Ruiz, mendaviesa, hija de Anacleto Salcedo Gil y Antonia Ruiz
Rada, fue apresada en la improvisada cárcel de Mendavia, en las escuelas de La
Villa. A Lucía le cortaron el pelo, y les decía a sus familiares: me tuvieron
detenida, pero “bajé entera”; confirmando de ese modo lo que había ocurrido a
otras, que “no bajaron enteras” (eufemismo que esconde la posibilidad real de
violación). Lucía trabajaba de modista para la familia Luco (a cuyo tronco
pertenecía el alcalde Fermín recién impuesto) y por su intermedio la sacaron de
la cárcel. Fue detenida junto con su esposo Hilario Díaz González, hermano de
Emilio. Emilio fue detenido y asesinado. José María Salcedo Ruiz (n. 1874),
hermano de Lucía, era el padre de Segundo Salcedo González, a quien también
detuvieron y asesinaron. A Lucía le mataron un cuñado y un sobrino.
Tomasa
Verano Martínez, nacida en Mendavia, había
sido apresada en 1936 en la cárcel de Estella (Colectivo Altaffayya). Probablemente
buscaban a su marido, Julián Martínez Valerio, que se evadió a Francia. Al
final de la guerra fue repatriado a España y, tras algún tiempo en la cárcel,
ambos fueron a vivir a Nájera. A Tomasa también le mataron, a primeros de
agosto, a su cuñado Félix Perrella García, casado con Loreta Verano Martínez. Y
fue detenido un sobrino, Cayetano, hijo de Melitón Verano, a final del mes de
agosto, por lo que pudo haber estado acusada de mantenerlo escondido. Dato
curioso: Tomasa Verano Martínez aparece como soldado del batallón Arapiles
(AGMG). Un hijo de Félix, Nicolás Perrella Verano, fue reclutado en ese mismo Batallón,
registrado en Vizcaya.
Aunque
no vivía en Mendavia, anoto aquí a una mendaviesa que fue líder importante de
la UGT de Navarra. Generosa Muguía Caspe
(aparece en otros medios digitales con el apellido Murgía o Munguía), residente
en Pamplona, había nacido en Mendavia el 17/06/1893. Era hija de Mateo y
Patricia. Era miembro de la UGT y estaba afiliada a la Agrupación Socialista de
Pamplona, siendo vocal del Comité Directivo de la Sección Femenina de la misma
en marzo de 1936. Tras el golpe de Estado fue detenida permaneciendo en la
prisión de Pamplona desde el 23 de septiembre al 10 de octubre de 1936. Su
expediente se encuentra en el AGN, CAJA 43398, DFN, CAJ. 12500 [1936] [Presos
Gobierno Militar]. Es reseñada en el Diccionario
biográfico del socialismo histórico navarro (IV). Pamplona (Navarra):
Universidad Pública de Navarra, 2019, pp. 478 y 479. Su hermano Fermín Muguía
Caspe, nacido en Mendavia, afiliado a la UGT y residente en Pamplona, logró
pasar a Francia, pero fue detenido en el Campo de Gurs. El padre de ambos, Mateo
Muguía Martínez, era hermano de Evaristo, padre de Santiago, Marino, Julián,
León y Abdón Muguía, los tres primeros asesinados, y los dos últimos presos.
Eran primos carnales de Generosa.
Anunciación
Sancho Saéz
(sic), mendaviesa, es mencionada en
lista de encarceladas de la página web http://www.euskalmemoria.eus/. Allí se
identifica como nacida en Mendavia y residente en Los Arcos. Indagando en el
pueblo, pude establecer que se trata de la hermana del concejal Salvador Sancho
Sainz. Anunciación se casó en Los Arcos, y en Mendavia es conocida su familia. Manuel
Sancho y Juana Sainz eran sus padres. Lo más probable es que fuera encarcelada
en Los Arcos o Estella en agosto de 1936. La causa de su detención pudo haber
estado relacionada con la persecución que sufrió su hermano, escondido durante
más de dos meses, hasta que fue asesinado en Álava en 1936.
Blasa
Valerio García había nacido en
Mendavia en 1877, hija de Juan y Agustina. Con su título recién estrenado de
maestra, graduada en Zaragoza, ejerció en el pueblo por un breve periodo
(1900-1906). Tras diversos destinos se asentó como maestra en Torrevelilla
(Teruel) donde conectó con el proceso de Escuela Moderna que se iba
desarrollando en España. La revista La
Asociación, del magisterio de Teruel incentivó los procesos de renovación
pedagógica y de compromiso social. A ese colectivo que la dirigía se adhirió
Blasa. Llegada la guerra, participó en la experiencia de las Colonias
Escolares, en Cuenca. Su sobrina-nieta Pilar Martínez, nos había señalado que
Blasa se casó con un maestro, y no tuvieron hijos; que, al terminar la guerra,
ambos fueron detenidos y estuvieron en la cárcel; y que luego vivieron en
Zaragoza. Se tiene constancia del maestro, compañero de Blasa en Torrevelilla,
que fue detenido en 1939. Estoy por confirmar que él fuera su marido. En todo
caso, es muy probable que Blasa sufriera un destino común con él. Tras sus años
juntos en Torrevelilla y en el Palacio de Cuenca, se tiene información de la
detención del maestro en 1939, el “Sumarísimo de urgencia por adhesión a la
rebelión contra Andres Ferreruela, Pedro”, en el que se le condena a muerte, en
Alcañiz (Teruel), con fecha de la sentencia del 1939/10/18. Fue encarcelado en la Prisión Provincial de
Zaragoza (Torrero), y trasladado a la Prisión Central de Burgos en 1941. Aunque
aún no lo he podido documentar, es casi seguro que Blasa estuvo encarcelada, al
menos, en Zaragoza. Blasa era hermana de la mendaviesa asesinada Martina
Valerio, y era tía del también asesinado Tomás Martínez Valerio.
Una joven que sufrió la prisión en
Estella, en 1935, fue Victorina Sádaba
Sainz. Nació en Mendavia en 1917, y era hija de Félix y Vicenta. En sus años de ancianidad, recordaba
que, siendo muy joven, fue detenida en Mendavia y enviada a la cárcel por
gritar: “Viva el comunismo”. Y que, como buena republicana, no se había casado
por la iglesia con Ceferino. Su detención la he encontrado referida
en la prensa de la época, en algunos artículos de interés, que permiten dar
unidad a los hechos. El primero es un artículo del semanario Trabajadores, del 28-4-1935, que relata
lo sucedido en un enfrentamiento del 22 de abril de 1935. Extracto algunos
fragmentos del conocido suceso, poniendo de relieve la participación de una
mujer joven que grita: ¡Viva la
república!
En la noche del
22 del actual, alrededor de las ocho y media de la noche un grupo de fascistas
irrumpió en local taberna que el señor Verano tiene establecida en la calle de
la Carrera, en actitud nada pacífica dando vivas al fascio que fueron
contrarrestados con “abajo” y vivas a la República. Apaciguado este incidente
con la presencia de una pareja de la guardia civil retirándose los fascistas,
no tardando en reaparecer un número mucho mayor… Inopinadamente surge el primer
disparo del grupo fascista… se repiten éstos hasta más de veinte, uno de los
cuales fue a herir al vecino Germán Hernández… Cuando mayor era la algarabía de
gritos, una muchacha irritada ante tal espectáculo contestó con voz vibrante
con un viva la República y rápidamente el juez municipal, pistola en mano, se
atrevió a intimidar a la muchacha, amenazándola primero y ordenándola después
que subiría a la cárcel; y la muchacha, protestando ante dicha autoridad de los
gritos fascistas y de su impunismo, creyó prudente hacer caso omiso de una
autoridad que ella misma se desautorizada y continuó dando vivas a la República…
El epílogo es el siguiente: Doce detenciones, de las cuales once son de
elementos de izquierda…
Varios periódicos más reseñan los
hechos, pero interesan especialmente algunas notas de El Pensamiento Navarro (20-6-35) y el Diario de Navarra (23
y 24-4-35; 16 y 20- 6-35), al dar informe de la Audiencia en tribunales, en las
que son mencionados algunos de los implicados. Allí se reportan los gritos de
“Viva el Fascio” y “Abajo Lerroux”. Y “Abajo el Fascio”, en la cuesta del
Portillo. Anacleto González Verano y Pablo Leza Verano efectuaron disparos sin
licencia. Julián Sainz Jalón y José María Jalón entraron con pistolas en la taberna… José Verano Campos, Fulgencio
Elvira, Dionisio Salcedo Sádaba, Julián Angulo, Severiano Mateo, Leocadio
Sádaba, Luis Sainz, Cesáreo Salmantino, Bonifacio Verano, Victoriano Sádaba, Segundo Martínez y Bernardino Romeo fueron
detenidos y enviados a la cárcel de Estella. El 16 de junio se ve la causa
contra once de estos mendavieses. Se les acusa de desorden público y posesión
de arma de fuego. Son abogados defensores Borja, Goñi y Moreno. Declaran 52
testigos. Todos los acusados fueron liberados. Entiendo que el cambio del
nombre de Victorina por Victoriano, sucede por no creer los redactores que
fuera una mujer la acusada. Sin embargo, el apellido Sádaba despeja las dudas. Fue
Victorina la mujer detenida. Así ella lo recordaba. Victorina formó pareja con
el lodosano Ceferino Antón Zalduendo, y tuvieron una hija: Mari Santos (n. el
20-12-1936). Vivían en la calle San Bartolomé. Una nota al margen, en el
registro de bautismo de Mari Santos indica: “Fusilado. No está casada” (Fondo
J. Jurío). Efectivamente, Ceferino, jornalero y de la CNT, fue detenido, logró
escapar y tras entregarse en Mendavia, fue fusilado a mediados del mes de
agosto de 1936. También fue asesinado
uno los sobrinos de Victorina, hijo de su hermano Maximino. Victorina residía
en la calle San Bartolomé. Se casó en segundas nupcias con Cándido Sádaba y
llegó a vivir, en Mendavia, más de 100 años.
También he encontrado en las redes el caso de Sabina Martínez Romero, que fue
apresada. Era natural de Mendavia y residenciada en Logroño (http://www.euskalmemoria.eus). No tengo más información sobre ella. ¿Sería hermana de los Martínez
Romero represaliados en Mendavia?
Y en http://www.euskalmemoria.eus aparece como apresada Dionisia
Subero Suberbiola ¿Hermana del músico de Mendavia, Serafín?
Añado
otro caso, y es el referido una mendaviesa encarcelada en la postguerra. Juana Aragón Arina; de
treinta y un años, casada, hija de Justo y de Jacinta, natural de Mendavia,
Vecina de Bilbao; procesada en causa 105 de 1949, por estafa. Con frecuencia
aparecen los pobres, en la década de los cuarenta, y más si son de familias de
izquierda, juzgados por robo u otros delitos económicos, y condenados con un
rigor extraordinario. Aquí se trata de estafa. En el BOE se lee: “comparecerá
en término de diez días ante el Juzgado de Instrucción número 1 de San
Sebastián para ingresar en prisión”. Juana era hermana de Narcisa, mendaviesa,
mujer del fusilado lodosano Narciso Barquilla. Es probable que fuera
prestamista como lo era Jerónima “Mima” Arina Sainz, nacida y vecina de
Mendavia, residenciada en la c. La Virgen; y abuela de un represaliado.
Saturnino Arina y Juana Sainz eran los padres de Jerónima, Felipa, Blasa, Juliana…
y probablemente Jacinta.
https://www.boe.es/datos/pdfs/BOE//1949/292/C02255-02268.pdf
Mujeres encarceladas de
Mendavia (1935-1939)
|
|
|
|
Nacimiento
|
Prisión
|
Padres
|
Notas
|
1
|
Aramendía
|
Martínez
|
Julia
|
1915
|
Pamplona
27-7 a 1-11 1936
|
Ignacio-Hilaria
|
|
2
|
Asurmendi
|
Armendáriz
|
Felipa
|
1900
|
Mendavia
jul-sept 36
|
Cipriano-Federica
|
Mujer del Alcalde
|
3
|
Martínez
|
Martínez
|
Silvia
|
1916
|
Pamplona 1939
|
Jesús-Cenona
|
|
4
|
Martínez
|
Martínez
|
Aurora
|
1920
|
Pamplona 1939
|
Matías-Engracia
|
|
5
|
Muguía
|
Caspe
|
Generosa
|
17/06/1893
|
Pamplona 1936
23-09 a 10-10
|
Mateo-Patricia
|
Dirigente UGT
|
6
|
Rada
|
Soto
|
Jacinta
|
1922
|
Pamplona 1939
|
Marcos-María
|
|
7
|
Ramírez
|
Lizanzu
|
Rosa
|
1910
|
Estella 1936
|
Manuel-Catalina
|
|
8
|
Sádaba
|
Sainz
|
Victorina
|
1918
|
Estella 1935
|
Félix-Vicenta
|
|
9
|
Salcedo
|
Ruiz
|
Lucía
|
1905
|
Mendavia 1936
|
Anacleto-Antonia
|
|
10
|
Sancho
|
Sainz
|
Anunciación
|
1905
|
¿Los Arcos-
Estella? 1936
|
Manuel-Juana
|
Hermana de Concejal
|
11
|
Valerio
|
García
|
Blasa
|
1877
|
Zaragoza 1939
|
Juan-Agustina
|
Maestra
|
12
|
Verano
|
Martínez
|
Tomasa
|
1900
|
Estella 1936
|
Leonardo-Micaela
|
|
13
|
Martínez
|
Romero
|
Sabina
|
|
|
|
|
14
|
Subero
|
Suberbiola
|
Dionisia
|
|
|
|
|
15
|
Aragón
|
Arina
|
Juana
|
1918
|
San Sebastián 1949
|
|
|
DETENCIONES EN MENDAVIA Y CORTES DE PELO A CERO, 1936
Otro
grupo de mujeres mendaviesas no sufrieron la prisión prolongada, pero existen
testimonios de su retención en Mendavia y de sus cortes de pelo.
Lina Verano, nació el 24-9-1869 en Mendavia, hija de
Andrés
Verano Etayo y Ciriaca Cenzano Sádaba. Casada en
Mendavia el 9-12-1890 con Felipe Hernández Fernández, era madre de Víctor
Hernández Verano, jornalero y afiliado a la UGT, asesinado, fue una de las que
les cortaron el pelo a cero (Colectivo Altaffayya). Lina era también madre de
Valentina.
Valentina Hernández Verano nació en
Mendavia. Estaba casada con Víctor
Romero González y tuvieron 2 hijos (Luis y Pilar). Vivían en la calle
Beraza 118. Víctor era jornalero y pertenecía a la UGT. Fue asesinado en torno
al 25 de julio 1936, en término de Mendavia. A los pocos días, Valentina, con
el marido recién fusilado, estaba haciendo las labores del campo, cuando vio
venir una persona con la cabeza cubierta y vestida de negro. Pensó que sería
algún cura. Al acercarse reconoció a su suegra Inocencia, con la cabeza rapada,
que venía llorando. Al intentar consolarla, esta le dijo: No lloro por mí sino
por ti, porque mañana tienes que presentarte al cuartelillo y te harán lo
mismo. A Valentina Hernández Verano le mataron al marido, al hermano (Víctor) y
a dos cuñados (Telesforo y Fermín). Valentina murió en el pueblo, en un
accidente. Un hijo de Valentina (Luis) se fue a Canadá. La hija, Pilar, se
quedó en Mendavia.
La suegra de Valentina a quien habían rapado era Inocencia González Peña, hija de León González y Benigna Peña, casada con Constancio
Romero Ordóñez. Tres de sus hijos fueron asesinados. La familia Romero González
fue una de las que más represalias sufrió. Inocencia vivía en la Calle Arriba
(Primicias). Inocencia González y Valentina Hernández fueron algunas de las
mujeres a las que las hicieron ir al cuartelillo, les cortaron el pelo, y con
toda probabilidad las injuriaron y les obligaron a tomar aceite de ricino.
Melchora Quijera Suberbiola (n. 1902),
hija de Ángela y Ezequiel Quijera, estaba casada con Guillermo Canillas Romero y tenían tres hijos: José, Marina y
Felisa. Vivían en calle Beraza. A Melchora le cortaron el pelo a cero y debía
presentarse en el cuartel recibiendo ofensas incontables. Le mataron al marido
y a dos hermanos. Melchora fue mujer valiente, que mantuvo la memoria viva de
las injusticias sufridas. El Fondo Jimeno Jurío ofrece los testimonios de M.Q.,
recogidos en septiembre de 1979.
Uno
de ellos con respecto a los terrenos
socializados en Imaz: Mi marido venía
contentísimo cuando venía de trabajar de allá. Decía: ¡Tenemos un fruto! No sé
qué va a salir allí. Eso era de Jiménez; pero hicieron un contrato, lo pasaron
por la ley. Todos los que estaban reunidos en la Sociedad bajaban a trabajar,
por lista, a regar, hedrar, se avisaban. Iba a ser para todos.
En
otro, detalla la detención de su marido: Escaparon
y volvieron a casa un día Guillermo y Segundo
Marro; aquí estuvieron unos días sin darse a ver a nadie. Marro se salvó.
Estuvieron doce o quince días. Yo les daba de comer y, “No os asoméis, no os
asoméis”, les decía. ¡Era tanto el miedo que teníamos! Bajé a decirle a la
madre de Segundo que no se preocuparía, que estaba aquí, pero que no subiría
para que nadie sospechara nada. La mujer se conformaba con los recados que yo
le bajaba.
Era el tiempo que estaban
trillando; mi padre se encontraba trillando él solo en la era, y a Guillermo no
le sufría la paciencia. Lo veía al pobre hombre agotau, sin ayudas, él solo… y
salió a ayudarle a la era. Lo vio un vecino que habían sido toda la vida
amigos, y enseguida bajó al cuartel a dar conocimiento. Subieron y se lo
llevaron. Los sacaron de la cárcel de Mendavia, los montaron en un camión y los
llevaron, con Marino, Lorenzo Lecea, el Rubio, Eustaquio el de la Carlota.
Llevaron a siete ese día. Los mataron en término de Urbiola y Luquin, debajo de
una higuera, en el campo, al lado de la carretera.
Y
agrega: los falangistas del pueblo fueron
a las casas de los detenidos a que les daríamos ropa y dinero, porque los
llevaban a Pamplona. Les dimos ropa y dinero, y en el camino los mataron. Eran
del pueblo y vecinos, los que los mataron. Uno de ellos había sido amigo de
toda la vida de Guillermo y vino a su casa a pedir. La esposa de Guillermo
(sic) les dio un traje de pana nuevo, porque es lo que más aguanta sin
mancharse ni romperse, una manta nueva de cama, pa dormir, porque ya
refrescaba, y todo el dinero que tenía. Me quedé sin nada. Total, dinero y ropa
pa ellos.
Las hermanas María y Julia Martínez González fueron rapadas por los falangistas
en 1936. Eran hijas de Constancia
González Luri y Basilio Martínez Ordóñez. Detuvieron a su tío político Bruno
Quijera, cuñado de Basilio, y a los pocos meses lo mataron. María y Julia vivían
en la Villa y tanto Constancia como sus hijas pudieron presenciar la violencia
de las sacas en camiones desde la cárcel-Ayuntamiento del pueblo, a fusilar, al
Tercio Sanjurjo, o a las cárceles de Pamplona o Estella. María se casó con
Venancio Sainz, que en ese entonces escribía en prensa y era de tendencia
comunista. La detención de las dos hermanas pudo estar relacionada con sus
vínculos con Bruno y con Venancio.
El Colectivo
Altaffayya menciona entre las “rapadas” a Pascuala La Tina. Se trata de Pascuala Cenzano Lecea (n. 1907), nieta
de Florentina Tiberio (Tina). Pascuala era hija de Isidora Lecea Tiberio y
Antonio Cenzano Zalduendo. Estaba casada con Pedro Martínez Armendáriz, y
tenían cuatro hijos: Luis, Angelita, Jesús y Pedro. Pedro, el menor de los
hijos, nació el 18-11-1936, cuando su padre ya había sido asesinado. Pascuala y
Pedro, con sus hijos, vivían en la calle Beraza. Pedro era sereno y miembro de
la UGT. Fue apresado en la cárcel de Estella y fusilado en Villatuerta el
07/09/1936. Durante los meses de la detención de Pedro, Pascuala estaba
embarazada, y fue sometida a ese trato injuriante, con intención de doblegarla
y silenciarla.
Florentina Ursúa Mateo
(Tina) también está entre aquellas a las que cortaron el pelo a cero. Era hija
de José Mª Ursúa Samaniego y Dorotea Mateo Ganuza. Su padre, José María, había
muerto el 16 de octubre de 1918 en la conocida epidemia de gripe española, a
los 39 años. Su madre Dorotea tenía una panadería registrada, en 1929-1930. Era
prima carnal de Ángel Alegría Mateo, asesinado en el campo de concentración de
Gusen, en 1942. Pedro, hermano de Florentina, fue sacado a fusilar el 29 de
julio de 1936. Su hermano Jesús fue enviado forzoso al Tercio de Sanjurjo. La
acusación de haber cortado campos sembrados que hicieron a sus hermanos, vino
aparejada con la represión que sufrieron las mujeres de la familia, en
particular Tina, que fue conducida al cuartel para ser rapada e injuriada. Tina
se casó más tarde con Ángel Elvira. Ella y su madre se dedicaron a la matanza
de cerdos y fábrica de embutidos en las casas del pueblo.
Victorina
Marañón Alonso,
nacida en Mendavia, hija de Prudencio Marañón Hernández y Carmen Alonso
Valerio, se cuenta entre las mujeres a quienes cortaron el pelo y sufrieron
represalias. Cuando Félix Aznal salió de la cárcel, en libertad condicional,
ambos se casaron (en 1940). Tuvieron una niña que murió a temprana edad, por lo
que su padre, de nuevo encarcelado, ni la vio nacer, ni la vio morir. Luego tuvieron
dos hijos más. A Victorina le mataron a tres hermanos. Su detención y maltrato
es probable que estuvieran asociados a la militancia de su hermano Eleuterio en
la CNT, y a los tiempos de su persecución y captura, que se dio a finales de
julio. Eleuterio fue trasladado a la cárcel de Pamplona y sacado a fusilar a
primeros de diciembre de 1936.
Vicenta Sainz
Elvira
(n. 1914) era hija de Julia y Pedro y estaba casada con León Sainz Zalduendo
“Corera”. A Petra, hermana de Vicenta, le mataron al marido y concejal,
Salvador Sancho. La persecución de Salvador trajo como consecuencia las
represalias contra su hermana de Los Arcos, y contra su cuñada Vicenta. Además,
León militaba en la CNT y había manifestado públicamente sus creencias. Su boda
con Vicenta había sido civil y habían puesto a su hijo, nacido en junio de
1936, el nombre de Bladimiro Lenin. Llegado el Golpe de Estado, todo eso eran
motivos para la represalia. La nieta de Vicenta, Asun Miquélez, testimonia: Mi abuela Vicenta se vio obligada en
múltiples ocasiones a subir al cuartel para raparle el pelo, como escarnio
público.
Otras mujeres conducidas al cuartelillo:
Julia Elvira, con sus hijas (Vicenta, Petra y Delfina) y con dos nietas
pequeñas (Adora y Rosario), y Filo Cenzano (con otro niño pequeño), de las Eras
de San Bartolomé, habían pasado al otro lado del Ebro al llegar las fuerzas
golpistas a Mendavia. Se refugiaron en la finca de San Martín. Al regresar de
la finca, no sin antes haber sido recibidas con disparos, las detuvieron e
injuriaron. Al tener niños pequeños las soltaron. Aunque las hicieron
presentarse más tarde al cuartelillo.
Dos hermanas Suberviola Cadarso, Benita Sainz La Parda y Basi
Moreno La Castellana, durante
esos mismos días habían salido hacia los montes del secano. Allí las
atraparon, las llevaron al cuartelillo y las sometieron a ofensas.
Corte de pelo a cero,
de algunas mujeres mendaviesas
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Padres
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Notas
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1
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Verano
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Cenzano
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Lina
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Andrés-Ciriaca
|
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2
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Hernández
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Verano
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Valentina
|
Felipe-Lina
|
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3
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González
|
Peña
|
Inocencia
|
León-Benigna
|
|
4
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Quijera
|
Suberviola
|
Melchora
|
Ezequiel-Ángela
|
|
5
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Martínez
|
González
|
María
|
Basilio-Constancia
|
|
6
|
Martínez
|
González
|
Julia
|
Basilio-Constancia
|
|
7
|
Cenzano
|
Lecea
|
Pascuala
|
Antonio-Isidora
|
La Tina, nieta de
Florentina
|
8
|
Ursúa
|
Mateo
|
Tina
|
José María-Dorotea
|
|
9
|
Sainz
|
Elvira
|
Vicenta
|
Pedro-Julia
|
|
10
|
Marañón
|
Alonso
|
Victorina
|
Prudencio-Carmen
|
|
REPRESIONES ECONÓMICAS Y OTROS ABUSOS CONTRA MUJERES, DURANTE LA GUERRA Y
POSTGUERRA
Hago
mención aquí de varios grupos de mujeres que sufrieron otras formas de
represión. El conjunto da una idea de los sufrimientos que vivieron las
familias de Mendavia, principalmente la que tenían alguna simpatía por la
izquierda, o eran familias de jornaleros y pequeños propietarios de tierras. Me
fijo aquí, con más detalle, en lo que estos sufrimientos entrañaron para las
mujeres.
Viudas, que se vieron forzadas a emigrar, con sus
hijos
Mª Cruz Villarreal
Fernández,
viuda de Martín Artola Morrás, salió con sus hijos a Bilbao.
Máxima Úzqueda Aramendía, viuda de
Apolinar Maiza García, marchó a Vitoria
con su hijo.
Pascuala Cenzano Lecea, viuda de Pedro Martínez Armendáriz, emigró a Donosti con sus cuatro
hijos.
Antonia García, viuda de Blas Sádaba, emigró a Donosti.
Filomena Urquizo Sainz, viuda de Prudencio Cámara Ripa, emigró con sus hijos a Donosti.
Fabiana
Suberviola Elvira,
viuda de Vicente S. Fernández Guruzaga, salió del pueblo con su hijo hacia el
Norte de Navarra (Izalzu).
Teófila Mangado Esteban, viuda de Carmelo Rada Romero, fue a vivir a Lerín con sus dos hijos.
Fermina Cenzano Ganuza, viuda de Francisco Lecea Sancho, se fue a vivir a Burgos con dos hijos.
Caya Sádaba Elvira, viuda de Lorenzo Urquizo
Sainz, salió del pueblo, y a los pocos años se fue con su hija a París.
Marcelina Suberbiola Ocáriz vendió el solar
de El Calvario a uno de sus familiares, de apellido Ordóñez; el 1-7-1946
inscribió en el registro de defunciones de Mendavia la muerte de Teófilo (fol.
26, 55); tomó a su hija y emigró a Cataluña. Dos hermanas de Teófilo salieron
del pueblo: Guadalupe, a La Coruña; y Adela, a El Busto.
Hijas de represaliados, que también emigraron
Mari Carmen Campos, hija de Caya Elvira Salcedo y Pedro Campos González (asesinado) emigró a
Argentina.
Felicidad
Salmantino,
hija de Rolindes y Cesáreo (asesinado) emigró a Brasil en 1963.
Otras mujeres emigrantes
Son muchas más que las que aquí incluyo. Anoto una
muestra:
Pilar Fernández Puente, nacida en Santiago y residente con
su familia en Colunga (Asturias), viuda del médico Francisco Pando, que ejerció
en Mendavia; y madre del mendaviés Emilio Pando. Le mataron al marido y al hijo
mendaviés el 5 de enero de 1938. A dos hijos más los llevaron al campo de
concentración de Muros y luego a Camposancos, en Pontevedra. Pilar, con otros
cuatro hijos, emigró a Francia.
María Milagros Martínez Verano (nacida en
Mendavia en 1930), hija de Gregorio y Francisca, residente en Barcelona, se
reúne con Máximo Sádaba, mendaviés, que había emigrado a Brasil, en 1956.
Margarita y Encarnación Angulo. Salieron del
pueblo.
Niñas exiliadas
Está
accesible en las redes el Annexe 1: Liste
des enfants qui ont séjournés à la Citadelle de Saint-Jean-Piedde-Port entre
juin 1937 et avril 1939. De acuerdo a esta lista se conoce el nombre de dos
niñas mendaviesas, que pasaron la frontera, sin sus padres, y llegaron a la
ciudad francesa de Saint-Jean-Piedde-Port el día 24/06/1937: Ardaraz Manso Josefina, de 13 años; y Ardaraz Manso Pilar, de 10. Se da como
fecha de salida de la segunda el 13/08/1937. El apellido Ardaraz no se reconoce
como típico mendaviés en esa fecha, pero sí navarro, mientras que el Manso sí
era mendaviés; es posible que el padre de las niñas no fuera de Mendavia, aunque
la madre probablemente lo fuera. No he
podido recoger testimonios sobre este exilio de niñas.
Represión económica
Mujeres de izquierda que regentaban bares o tiendas
sufrieron particulares represivos de índole económica:
Agustina Sagasti Martínez, viuda de
Martín Elvira, hubo de afrontar la
subasta de sus bienes, como consecuencia del expediente que le abrió el
Tribunal Regional de Responsabilidades Políticas de Navarra, a su marido
asesinado. En 1938, el juez de primera instancia e instrucción de Estella sacó
a pública subasta sus bienes. El bar, sobre el que pesaba una deuda, no se
subastó, así que pudieron recuperarlo más de una década después con la ayuda de
su yerno Anastasio Gonzalo (Tasio).
María Subero Campos, viuda de Marcos García,
hubo de salir adelante con su trabajo en un bar arrendado y mediante el
comercio, teniendo que soportar en el bar las ofensas de los mismos que habían
detenido, torturado y asesinado a su marido. Así lo relata, por escrito, S., un
familiar cercano: Por su parte, María
siguió en el pueblo, se dedicó a criar a sus hijos, y arrendó un bar, el actual
“Las Vegas”, organizando bailes en fiestas, partidos de pelota de jugadores
profesionales, etc. Ni que decir tiene que, durante años aquellos, quienes
hicieron la represión en Mendavia pasaban por el bar sin el menor remordimiento
y con chulería.
Hilaria Martínez Romero, casada con Ignacio
Aramendía, tenía una tienda, que quitó durante la guerra, pues los “vencedores”
se creían dueños de la mercancía. Ignacio era de izquierda y a punto había
estado de fusilarlo. A su hija Julia la tuvieron encarcelada durante varios
meses en Pamplona.
Represión religiosa: bautizos y matrimonios con
presiones
Se recordará que
en la Segunda República algunas familias decidieron no bautizar a sus hijos, sino inscribirlos
civilmente en los libros de Registro de Nacimientos.
Igualmente
sucedió con respecto a los matrimonios. Hubo quienes realizaron matrimonios
civiles, o incluso hubo algunos que prefirieron no realizar ningún acto formal
de compromiso matrimonial, y comenzaron a vivir como pareja.
Muchos de los
hombres implicados en estas decisiones fueron asesinados. Las mujeres sufrieron
represalias y se vieron obligadas a bautizar a sus hijos o a casarse, si los
maridos se habían salvado.
A la hija de Caya Elvira, nacida el 24-08-1936, la
bautizaron a los pocos días, mientras el padre estaba preso en Estella.
De los hijos de María Ursúa, Carmen nació en 1934, y
Ángel nació el 2-11-1936, cuando su padre estaba en la cárcel de Pamplona. El
6-11-1936 la madre fue presionada a bautizar a los dos niños.
El hijo de Máxima Úzqueda, Javier, había nacido el
3-12-1935, y fue bautizado el 12-8-1936. Su padre estaba preso en Pamplona.
El niño de Basi Suberbiola, Pedro, había nacido el
19-1-1934. Fue bautizado el 30-9-1936, mientras su padre estaba preso en
Logroño.
Fabiana Suberbiola tenía dos hijos. Luis Carlos, el
menor, nació en Mendavia el 30-6-36, y fue bautizado el 6-8-36, mientras su
padre era perseguido por la Sierra de Ocón. Este niño murió el 22-7-1937, con
un año de edad.
Los dos últimos
hijos de Gregoria Martínez, nacidos
el 18-4-32 y el 8-8-35, fueron bautizados el 7-11-36, cuando su padre ya había
sido asesinado.
El hijo menor de
Ricarda González, Carmelo, nació el
16-7-1936 y fue bautizado, con el padre ya asesinado, el 31-8-1936.
La hija de Juana Fernández, Libertad, había nacido
el 27-1-1934 y fue bautizada el 19-12-1936, cuando a su padre ya lo había
asesinado. No le permitieron a Juana darle el nombre de Libertad. La bautizaron
Romualda, como su padre –solo que en femenino-, y como su tía, madre de
Laureano, quien murió luchando con los anarquistas.
El hijo de Presentación Ágreda, nombrado Tomás,
nació en Mendavia el 22-10-1936, cuando ya su padre había sido asesinado. El
niño fue bautizado a los nueve días.
El hijo de Pascuala Cenzano, Pedro, nació el
18-11-1936, cuando su padre ya había sido asesinado. El niño fue bautizado a
los tres días.
La hija de Rufina Suberbiola, María Pilar Ramírez
Suberbiola, nacida el 7-12-1936, fue bautizada en Mendavia el 21-12-1936,
cuando a su padre ya lo habían matado.
Tomasa Sagasti
Úzqueda, Rosario Salvatierra Rubio, Dolores Elvira Navarro, Magdalena Cenzano
Valerio y Saturnina Caspe González, entre otras mujeres de izquierda, con
los maridos presos, escondidos o en el frente, también tuvieron que bautizar a
sus hijos entre agosto y octubre de
1936. Magdalena tuvo que cambiar el nombre del niño, pero la resistencia
familiar se impuso. Siempre lo llamaron Germi, hasta hoy.
Gabina Verano Ordóñez estaba casada con Manuel Lecea
Sancho y tenían siete hijos: Víctor, José Luis, Elisa, Julio, Teresa, Blas y
Rosa. Su hija menor, Rosa, había nacido el 15-3-1936 “gravemente enferma”. Fue
bautizada, casi un año después, el 20-2-1937.
Una
ficha del Fondo Jimeno Jurío, recoge una lista de 25 bautizos entre agosto y
diciembre de 1936, en buena parte forzados, y buen número de ellos “tardíos”
(19 con más de un mes de diferencia respecto al nacimiento, cuando lo habitual
entonces era hacerlos a los dos o tres días).
Sobre
Lorenza Sagasti Alegría, cuyo hijo/a
fue bautizado en octubre, se sabe algo de sus cuñados Cayo, Primitivo y
Teófilo. Cayo Sainz González (n. 1884, hijo de Luis y Matilde), era propietario
una taberna en la calle La Virgen. Consta, en Boletines del Estado, un herido
mendaviés, dado de alta en enero de 1939 y puesto a disposición del General
Jefe del Ejército de Levante: el sargento don Primitivo Sainz González, del
Regimiento San Marcial 22, alta del Hospital de Logroño y residente en
Mendavia. Firma el General Luis Valdés Cavanillas, en Burgos, a 27-1-1939.
Había sido reclutado el 16/8/1936. Tenía 27 años. Era soltero y obrero
industrial. Su hermano Teófilo Sainz González fue reclutado el 4/2/1939. Y
también fue apresado (http://www.euskalmemoria.eus).
https://www.boe.es/datos/pdfs/BOE//1939/031/A00566-00573.pdf
Un
hermano de Lorenza estuvo en el frente, por los falangistas. Era Faustino
Sádaba Alegría, casado, de 39 años, obrero agrícola.
Sobre
Ana Arróniz y su marido José
Fernández, cuyo hijo fue bautizado también en octubre, se conserva la ficha de
combatiente de José Fernández Suberviola,
de 30 años, casado, obrero agrícola, con 1 hijo, en el frente desde el
12-04-1937, reclutado para la operación militar de alto riesgo sobre Bizkaia.
Sobre
Francisca Ochoa Sainz y su marido Félix
Romero Elvira, cuyo hijo fue bautizado también el 3-8-1936, habiendo nacido el
21 de mayo, se conserva la ficha de combatiente del hermano de Francisca, José
Cipriano Ochoa Sainz, de 32 años, casado, con un hijo, e inscrito en la
falange.
Guadalupe
Armendáriz Ocáriz,
de 28 años, casada con Máximo Romero Maiza, de 34 años (calle Beraza), tuvo una
hija, Mª Ildegarda, bautizada el 18 de septiembre de 1936; en cuya partida se
anota: «Desaparecido rojos». Máximo “se salvó; murió hace unos años” (Testimonio
en el Fondo Jimeno Jurío).
Isabel Carmen
Sagasti Sádaba,
hermana de Cayo (fusilado, “sobreviviente de los rastrojos”) y Gregorio, estaba
casada con Máximo Romero Elvira. Les nació un hijo el 23-5-1935, que decidieron
no bautizar entonces, pero fueron forzados a hacerlo el 10-10-1936.
De
los matrimonios civiles o uniones libres de los que existe algún testimonio,
resultaron viudas por asesinato de sus maridos: Rufina Martínez, Inocencia Verano y Victorina
Sádaba. Por
otra parte, Filo Cenzano, Vicenta Sainz
y Rosa Ramírez fueron presionadas para casarse, además de haber sufrido otras represalias,
tanto ellas como sus familiares.
Muertes tempranas de viudas y niños, aceleradas por
la presión social
Gregoria Martínez Cenzano, viuda, murió
pocos años después del fin de la guerra.
Caya Campos González, viuda, a consecuencia de
la situación por la que pasó la familia, murió en 1947 a los 42 años (Pensamiento Navarro, 01-6-1947).
Lucía Sainz perdió a su
hijo Julián Progreso, Fabiana Suberbiola
a Luis Carlos, y Vicenta Sainz a su
hijo B. Lenin. Francisca Alonso tuvo
un aborto en los mismos días del Golpe.
Otros modos de presión psicológica
Valentina Hernández Verano y Francisca Sádaba Elvira, sufrieron el
acoso de los falangistas. Después de asesinados sus maridos los falangistas
siguieron vigilando la vivienda familiar de los Romero durante unos días más,
preguntando por ellos para detenerlos. Entre los falangistas que pasaban
estaban algunos de fuera del pueblo. Esto hacía presuponer a la familia que aún
estaban vivos. Es muy probable que se tratara de una medida de intimidación y
acoso a los sobrevivientes.
Francisca Sádaba Elvira, entre otras viudas,
recibió unas cartas en inglés, de remitente desconocido y de tono muy general,
enviadas desde Estados Unidos a varias mujeres de Mendavia entre 1os años 1949
y 1950, hicieron albergar la esperanza de que tal vez sus maridos estuvieran
vivos, pero su interrupción brusca y la relectura cuidadosa de los textos
recibidos, les quitó esta idea. Parece más una treta del gobierno de Franco
para hacerles desistir de las búsquedas, y hacerse propaganda de “generoso”,
pues junto a las cartas enviaban alguna comida.
Represión legal
Felisa Elvira Arróniz, viuda de Pedro
Salcedo para librar de la mili a Antonio, su hijo menor, por los años 50,
necesitaba el acta de defunción. A pesar de que debía pagar al cementerio de
Logroño anualmente por el derecho del terreno de su marido asesinado, no les
emitían tal acta. De la cárcel les negaban la información sobre la fecha de
salida. Y en el Registro Civil de Logroño no aceptaban la posibilidad de
incluirlo. Finalmente, tras la muerte de Franco, lograron registrar la
defunción presentando los recibos de los pagos realizados al cementerio. El
hijo menor recordaba haber sido rechazado en el Auxilio Social que se abrió en
el pueblo para atender con comida a los niños más necesitados.
Similar situación vivió María Subero Campos. Relata un familiar cercano, S.:
Uno de los grandes problemas que creó a la familia el desdén institucional
hacia los represaliados, al paso de los años, fue cuando el hijo de María,
José, entró en quintas para realizar el servicio militar. Quisieron presentar
que José era hijo de viuda para poder librarse de la mili, pero no constaba en
ningún sitio que su padre hubiera fallecido o desaparecido. Sin embargo, gracias
a la actitud fuerte y luchadora de María, José se libró del servicio militar.
Represión
laboral
En
otras entradas se ha detallado la represión laboral que sufrieron las maestras Rafaela Álvarez de Eulate, Esmeralda
Llorente y Blasa Valerio. Rafaela era hermana por
parte de madre del telegrafista José Bello García asesinado en Viana en los
días de la república. Al igual que a la maestra Esmeralda Llorente Dueñas (de
Logroño, nacida en 1900, casada con el industrial zapatero Florentino Alonso, y
madre en 1922, y a quien le había sido asignado el cargo de maestra de Mendavia
en 1934) fueron obligadas a ratificar el Manifiesto de adhesión Patriótica. En 1937
Esmeralda Llorente pide excedencia y es sustituida en su cargo. Rafaela Álvarez
de Eulate García, fue “desterrada” a Zaragoza. Puede regresar a Mendavia tras
participar el concurso de consortes que se abre en Mendavia (Madrid, 26 de
junio de 1945). Así, pasa de Escatrón (Zaragoza) a Mendavia, en párvulos. En
1934, su esposo Amadeo Díaz Piñán había sido nombrado como maestro por concurso
de consortes; once años después es Rafaela la que puede regresar al pueblo por
ese tipo de concurso.
https://www.boe.es/datos/pdfs/BOE//1945/293/A02443-02446.pdf
https://www.boe.es/datos/pdfs/BOE//1945/180/A05387-05391.pdf
Desarrollo aparte requiere la historia de la maestra
Blasa Valerio.
LA MAESTRA BLASA VALERIO Y LAS COLONIAS ESCOLARES
Blasa
Valerio García, hermana de Martina Valerio (mujer asesinada en Armañanzas por
los falangistas de Mendavia, tras el Golpe de Estado de 1936), nació en
Mendavia en 1877. A los 20 años, se nombra en El Mortero, Semanario Ilustrado
de Primera Enseñanza, de Madrid 20-12-1897, por el Instituto Superior de
Zaragoza, de Primera Enseñanza, como maestra con Título superior y Servicios
interinos. Comenzó a ejercer como
maestra interina, auxiliar, en Mendavia en 1900; en 1906 es asignada a Beriain;
en 1907-1908 a Villafranca de Navarra; en 1910 es asignada a Fuentebella
(Soria).
En
1912-1913 está en Castejón de Tornos (Teruel); la Junta provincial de
Instrucción pública de Teruel, Sesión ordinaria de 30 de Abril de 1913, concede
45 días de licencia para asuntos propios a Dña. Blasa Valerio, maestra de
Castejón de Tornos[i]. Es posible que aquí conociera a su compañero maestro,
Pedro Andrés Ferreruela, nacido en este pueblo. Es trasladada a Puente de Montañana
(Huesca), en ese mismo año de 1913. Le reconocen 6 años, 3 meses y 21 días de
servicio, y le asignan 550 ptas. de sueldo[ii]. En 1914 va para Torrevelilla
como Interina. Le ajustan los años de servicio, y ya le reconocen 12 años y 24
días de servicio, a fecha de 30-08-1914[iii]. En 1916, es nombrada como Maestra
propietaria de Torrevelilla.[iv] En 1917 aparece en una suscripción del
Magisterio a favor de un maestro de Tetuán, con el aporte de 1 pta.[v]. En 1927
sigue en Torrevelilla. Se nombra en una “Relación de los Maestros que
pertenecen a la Sección de Socorros mutuos de la Asociación”. “Los Consejos
administrativos y de redacción, dieron solución, proponiendo y aprobando el
establecimiento de dos cuotas; la de dos pesetas y la de una”. Blasa aportará
una cuota de 2 ptas[vi].
Varias
de estas informaciones de traslados, sueldos, y solidaridades del magisterio,
se hallan en una revista de Teruel: La Asociación. Herminio Lafoz Rabaza, por
un lado, y M.ª Lourdes Alcalá Ibáñez y José Luis Castán Esteban, por otro,
hacen las siguientes observaciones sobre ella:
Quizá
una de las razones de esta abierta defensa de la afiliación política del
magisterio turolense haya que buscarla en el hecho de que La Asociación no
fuese propiedad de ningún particular, sino de todos los maestros de la
provincia[vii].
A
partir de 1912 La Asociación, pasó de ser una revista de iniciativa privada del
Jefe de la Sección Administrativa del Ministerio de Instrucción Pública, Germán
Docásar, a convertirse en el órgano oficial de expresión de la Asociación
provincial de los maestros.
La
publicación tuvo continuidad hasta 1936. Por un lado las actas y acuerdos de
las asociaciones de maestros, secciones noticias de la Inspección y noticias de
la sección nos ha permitido conocer el día a día de las gestiones
administrativas de la provincia: graduación de escuelas, nombramientos,
expedientes[viii].
Torrevelilla
y la revista La Asociación serán puntos de encuentro de la Maestra Blasa con el
maestro Pedro. En 1933, les dan a ambos plenitud de derechos sobre la escuela
de Torrevelilla.
Conforme
anunciamos, el pasado lunes se verificó la última prueba de los maestros de la
4ª. zona, a cargo de la inspectora doña María Teresa Coloma. La Comisión
calificadora ha propuesto para la plenitud de derechos a los maestros y
maestras siguientes: Doña Blasa Valerio García y don Pedro Andrés Ferreruela,
de Torrevelilla.[ix]
Al
año siguiente, Blasa pasa a Primer Escalafón.
El
Ministerio ha resuelto declarar con plenitud de derechos para su ingreso en el primer
Escalafón a los siguientes Maestros y Maestras que, conforme al artículo 9.° de
dicho Decreto, serán incluidos en el grupo de los aprobados del curso escolar
de 1932-33, por el orden que determinan los números que a continuación se
expresan, que son los que tienen en el segundo Escalafón de 1931: doña Blasa
Valerio, 1.214[x].
Siendo
maestra propietaria de Torrevelilla le sorprende la guerra. En febrero de 1938
se emite una Orden para incremento de sueldo para los maestros “en zona leal”.
Allí son incluidos los dos maestros de Torrevelilla: Blasa y Pedro[xi].
Vista
la propuesta de Maestros y Maestras de la provincia de Teruel aprobados con
derecho al pase del segundo al primer Escalafón, según el Decreto de 14 de
Enero último… 4.° Que asciendan al sueldo de 5.000 pesetas anuales con efectos
económicos del 1.° de mayo de 1937, en las 4.500 vacantes creadas en dicha
categoría por la Orden ministerial de 30 de Abril último (Gaceta del 1.° de
mayo), las siguientes Maestras nacionales que prestan servicio en zona leal:
Blasa Valerio García, n. 13.888. Pedro Andrés Ferreruela, n. 16.202.
Ese
mismo año 1938, Blasa Valerio García y Pedro Andrés Ferreruela son asignados
por el gobierno republicano, para que presten sus servidos en la Colonia
Escolar El Palacio, de Cuenca.
Las
colonias escolares durante la guerra cumplieron varias funciones, entre ellas
la de dar acogida a los niños situados en zonas de guerra. La “Delegación
Central de Colonias”, oficializada por el Gobierno de la República fue el
organismo encargado de canalizar, organizar y resolver todos los problemas
relacionados con los niños evacuados y acogidos en estos centros. Para hacernos
una idea del trabajo que se realizaba en estas Colonias, sugiero estos dos
textos: Colonias Escolares. Visiones y relatos, de José Luis González Geraldo y
Silvia Moratalla Isasi, con un enfoque iconográfico, y con amplio recorrido
histórico, desde principios de siglos XX[xii]. Y el más específico, Las
colonias escolares durante la Guerra Civil. (1936-1939), de Rosalía Crego
Navarro, de fácil acceso en las redes, en formato pdf. En ocasiones, refiere,
Crego Navarro, “los lugares que se habilitaron fueron palacios abandonados por
sus dueños, hoteles, casas de campo, cuarteles de la Guardia Civil o Colegios
de congregaciones religiosas requisados para este fin”. Parece ser que este fue
el caso de la Colonia Escolar El Palacio, de Cuenca, en la que trabajaron Blasa
y Pedro.
Una
página web permite detallar, con foto incluida, de qué Palacio se trataba: El
Palacio de los Gosálvez en Casas de Benítez, Cuenca. En el recorrido histórico
que se hace en ese artículo, se anota[xiii]:
Los negocios de
la familia Gosálvez fueron cayendo en quiebra gradualmente y durante la Guerra
civil, perdieron toda su fortuna. Tras la contienda, el palacio se utilizó como
maternidad y también como albergue de niños desplazados, hasta su abandono en
la década de los 60.
La
presencia en el Palacio de Cuenca de Blasa y Pedro se ve confirmada en Gaceta
de Gaceta de la República. — Núm. 232[xiv]. En ella se otorgan algunos
beneficios a los maestros, en los que se incluyen Blasa y Pedro:
Según lo
dispuesto en la Orden de la Presidencial del Consejo de Ministros de 11 de
noviembre último. (GACETA del 13); oída la Sección de Contabilidad, este
Ministerio ha acordado: Primero. Que se considere comprendidos en el apartado
segundo del número primero de la citada disposición a los siguientes maestros:
Cuenca: Don Pedro Andrés Ferreruela, maestro propietario de Torrevelilla
(Teruel). Actualmente presta su servicio en la Colonia Escolar El Palacio. Doña
Blasa Valerio García, maestra propietaria de Torrevelilla (Teruel), actualmente
prestando sus servicios en la 'Colonia Escolar El Palacio. Barcelona, 13 de
agosto de 1938. P. D., J. Puig Elías, Iimo. Sr. Director general de Primera
Enseñanza.
Así
sabemos que desde 1933 hasta 1938 Blasa estará con el maestro Pedro Andrés,
tanto en Teruel como en Cuenca. La página web mencionada sobre el Palacio de
Cuenca no nos dice que el Gobierno de la Segunda República lo utilizó como
Colonia Escolar, pero ya lo sabemos: Blasa estuvo allí.
Su
sobrina-nieta Pilar Martínez, nos había señalado que Blasa se casó con un
maestro, y no tuvieron hijos; que, al terminar la guerra, ambos fueron
detenidos y estuvieron en la cárcel; y que luego vivieron en Zaragoza.
Todo
esto se corresponde bien con la figura del maestro Pedro, según las fuentes
documentales halladas. Pedro Andrés Ferreruela era natural de Tornos. Se
conserva su Expediente nº 3.330 como estudiante del Instituto de Segunda
Enseñanza de Teruel. En el Boletín oficial de la provincia de León, 7-12-1910,
Distrito Universitario de Oviedo, aparece en lista de maestros aspirantes al
concurso de entrada, como Maestro Elemental, para la población de Orones, con
500 ptas[xv]. En 1916 aparece en una lista de Maestros que pasan de Interinos a
Propietarios, aunque no se indica el lugar preciso, pero corresponde a la
Provincia de Teruel[xvi]. También se encuentra en una asignación para Ventosa
de la Sierra, en Soria, en 1918[xvii]. En 1919, se reclaman documentos para sus
expedientes personales a D. Pedro Andrés Ferreruela, entre otros[xviii]. En
1929 participa como opositor a ingreso en el Magisterio nacional de La
Enseñanza en concurso de Lectura comentada. Pedro Andrés Ferreruela califica
con 65[xix]. Poco después de este concurso, son ascendidos para un sueldo de
2.500 pesetas (con Antigüedad de 1° de Julio de 1929), los dos maestros de
Torrevelilla, Andrés Ferreruela y Valero García[xx].
En
1931, con la llegada de la República, consta que Pedro se inscribió en la
FETE. Así lo señala Herminio Lafoz
Rabaza:
Considerando que
los primeros maestros que vislumbraron la posibilidad de ingresar en la Casa
del Pueblo fueron turolenses, no debe de sorprender demasiado que la afiliación
a la FETE fuera muy nutrida en estos primeros momentos de la Segunda República.
En La Asociación, se publicó la lista de maestros que habían ingresado en la
esta organización y se insertó, además, un boletín de inscripción para quienes
deseasen ingresar en sus filas. Pedro Andrés Ferreruela, de Torrevelilla,
estaba entre los inscritos. En la Asamblea General que se celebró los días 14,
15 y 16 de junio de 1931 en la Casa del Pueblo de Madrid, se produjo la
transformación de la Asociación General de Maestros en Federación Nacional de
Trabajadores de la Enseñanza (FNTE). Contaba entonces ya con 1.500 asociados[xxi].
En
octubre de 1931 Pedro aparece en una lista de Maestros en la que se solicita la
Remisión de hojas de servicios[xxii].
Tras
sus años en Torrevelilla y en el Palacio de Cuenca, se tiene información de su
detención en 1939. Se conserva el “Sumarísimo de urgencia por adhesión a la
rebelión contra Andres Ferreruela, Pedro”, en el que se le condena a muerte, en
Alcañiz (Teruel). Fecha de la Sentencia: 1939/10/18. Consejo de Guerra
Permanente nº 4. Número de procedimiento: 3085-39. Es encarcelado en la Prisión
Provincial de Zaragoza (Torrero), y trasladado por la Guardia Civil a la
Prisión Central de Burgos en 1941. Se tiene copia del traslado[xxiii].
La
política de revisión de condenas, se amplió en 1942-1943. Se conserva en el
archivo de Guadalajara, en la caja 13, expediente 962, lo relativo a su
causa[xxiv].
En
1948 y 1955 se publica en el boletín del estado su situación como maestro
jubilado. En 1948 le reconocen solo 1000 ptas. Le han rebajado el sueldo base
del cálculo a 2500 ptas. (siendo que su sueldo anterior era de 5000 ptas.) y
además le han aplicado el 40% como jubilación. En las listas de jubilados puede
apreciarse el rasero aplicado, por la enorme diferencia de pagos a otros
maestros jubilados. Le reconocen la jubilación desde el 24-2-44 y el pago lo
percibe por Huesca[xxv]. En 1954 le aumentan a 1200 ptas. El cálculo lo hacen
sobre 3000 ptas. base, manteniendo el 40%. Le reconocen el aumento desde el
13-9-54, y sigue cobrando por Huesca[xxvi].
De
la postguerra no he encontrado información en la red acerca de Blasa, pero
viendo la trayectoria de Pedro y la información de la sobrina Pilar, sobre su
tía Blasa, podemos tener una idea aproximada de lo sucedido con ella.
--
[i] El Centinela, Teruel
2-4-1913.
http://bibliotecavirtual.aragon.es/bva/prensa/i18n/catalogo_imagenes/grupo.cmd?path=3704543
[ii] El Centinela,
Teruel, 30-7-1913.
http://servicios3.aragon.es/bva/i18n/catalogo_imagenes/grupo.cmd?path=3704556
[iii] http://bibliotecavirtual.aragon.es/bva/i18n/catalogo_imagenes/grupo.cmd?path=3703691
[iv] La Asociación,
Teruel 4-8-1916.
http://bibliotecavirtual.aragon.es/bva/i18n/catalogo_imagenes/grupo.cmd?path=3703697
[v] La Asociación,
Teruel 2-2-1917. http://bibliotecavirtual.aragon.es/bva/i18n/catalogo_imagenes/grupo.cmd?path=3703612
[vi] La Asociación,
Teruel 17-12-1927.
http://bibliotecavirtual.aragon.es/bva/i18n/catalogo_imagenes/grupo.cmd?path=3703989
[vii] Herminio
Lafoz Rabaza, La Federación Española de Trabajadores de la Enseñanza
durante la II República.
[viii] M.ª Lourdes Alcalá Ibáñez y
José Luis Castán Esteban. Documentos para la Historia de la Educación
en España. La Provincia de Teruel (1845-1930).
[ix] Acción, Diario
de Teruel y su provincia, 19-7-1933. https://core.ac.uk/download/pdf/147311111.pdf
[x] La Asociación, Teruel
6-1-1934.
[xi] Gaceta de la República.
Núm. 39, 8-2-1938, pp. 709 y 724.
https://www.boe.es/datos/pdfs/BOE//1938/040/B00742-00771.pdf
[xii] https://www.museodelnino.es/wp-content/uploads/2016/05/Cuaderno21_Colonias-Escolares.pdf
[xiii] https://saposyprincesas.elmundo.es/actividades-ninos/cuenca/aire-libre/rutas-y-excursiones/
palacio-de-los-gosalvez/
[xiv] 20-8-1938, p. 851, https://www.boe.es/datos/pdfs/BOE//1938/232/B00851-00851.pdf
[xv] https://bibliotecadigital.jcyl.es/es/catalogo_imagenes/grupo.cmd?path=10087695
[xvi] La Asociación,
Teruel 7-1-1916.
http://bibliotecavirtual.aragon.es/bva/i18n/catalogo_imagenes/grupo.cmd?path=3703667
[xvii] Gaceta de Madrid. -
Núm. 227, 14-8-1918.
https://www.boe.es/datos/pdfs/BOE//1916/227/C00401-00424.pdf
[xviii] La Asociación,
Teruel 2-1919. https://core.ac.uk/download/pdf/147310698.pdf
[xix] Teruel 23-3-1929. La
Asociación y El Mañana.
http://bibliotecavirtual.aragon.es/bva/i18n/catalogo_imagenes/grupo.cmd?path=3704046
http://servicios3.aragon.es/bva/i18n/catalogo_imagenes/grupo.cmd?path=3701340
[xx] Teruel 17-9-1929.
http://bibliotecavirtual.aragon.es/bva/i18n/catalogo_imagenes/grupo.cmd?path=3704064
[xxi] Herminio Lafoz
Rabaza, La Federación Española de Trabajadores de la Enseñanza durante
la II República. Teruel, La Asociación, 21-2-1931. http://www.cazarabet.com/idea/coloquios/esi2/index.htm. Teruel, La Asociación,
21-2-1931.
[xxii] El
Sol, Madrid 17-10-1931.
[xxiii] https://connombreyapellidos.es/wp-content/uploads/2020/05/AHPZ_A_007468_0001.pdf
[xxiv] https://es.scribd.com/doc/54429581/6-Expedientes-Person-Ales-Penas-Muerte-as
[xxv] https://www.boe.es/datos/pdfs/BOE/1948/337/A05435-05437.pdf
[xxvi] https://www.boe.es/datos/pdfs/BOE//1955/262/A05712-05714.pdf
Se
podrían agregar algunos casos más, como la negación o retraso de pensiones de
viudez u otros beneficios económicos, situaciones de las cuales me he hecho eco
en otras entradas de mi blog. O este otro caso al que no me he referido aún: hijas o viudas de represaliados que fueron conminadas, más o menos
violentamente, según los casos, a casarse con falangistas. No para todas,
ciertamente, la suerte fue la misma. La presión de la situación económica fue
un importante factor en la toma de estas difíciles decisiones que la vida les
ponía por delante.
HISTORIAS DE RESISTENCIA DE LAS MUJERES
Las mujeres promotoras de
expedientes
Que
fueron ellas las que mantuvieron viva la memoria de sus maridos asesinados, es
incluso verificable en documentos conservados. La Universidad de Navarra ha
hecho público algunos en los que se muestran los nombres de quienes promovieron
los expedientes de sus familiares asesinados en Estella, de 1939 a 1942. De los
17 que he podido identificar, 12 de ellos los promovieron las mujeres que
habían quedado viudas. En el caso de los represaliados solteros, encontramos 4
madres y un padre, como promotores de dichos expedientes. La lista de mujeres
promotoras de expedientes en Estella entre 1939 y 1942 es esta:
1. Francisca Vergara Larrión - madre
2. María Martínez Romero - madre
3. Felisa Gómez Salcedo - esposa
4. Caya Elvira Salcedo - esposa
5. Margarita Martínez Sainz - esposa
6. Gabina Verano Ordóñez - esposa
7. Fermina Sainz Suberviola- esposa
8. Fermina Sainz Suberviola - madre
9. Isabel Miquélez Sainz - esposa
10. Loreta Verano Martínez - esposa
11. Rufina Martínez Ordóñez - esposa
12. Alberta López Rada - esposa
13. Gregoria Martínez Cenzano - esposa
14. Fausta Úzqueda Aramendía - esposa
15. Juana Elvira Zurbano - madre
16. Martina Sagasti Lizanzu - esposa
Se
cuentan historias de resistencia de las valientes mujeres mendaviesas. En la
procesión de la Virgen de Fátima por el pueblo, en el año 1948, una mujer a la
que le habían matado a su hijo, gritó desde la ventana de su casa: Virgen de
Fátima, haz un milagro y vete de los hombros de estos criminales. Otra mujer,
durante un encierro de fiestas y al ver que uno de los implicados en la muerte
de su marido se metía en el portal de su casa, gritó: ¡criminal, encima que
mataste a mi marido te metes en mi casa! La palabra se volvía resistencia
pública y esperanza de un futuro con justicia.
En
la cotidianidad muchas historias de resistencia y desenmascaramiento de los
matones se relatan. Algunas mujeres creyentes eran conminadas a ir a misa.
Decían: cómo voy a ir a misa con ese que mató a mi padre y pasa a comulgar. Una
mujer de derechas hablaba de las enfermedades y la muerte. Todos vamos al hoyo
–decía. Otra hija de represaliado le contestó: Pero cuántos años lleva ya mi
padre en él! Un matón entró a pedir cebollas a la finca de los hijos y nietos
del asesinado, haciéndose pasar por inocente. Lo echaron de allí, y una de las
hijas lo despidió con fuertes palabras... Eran expresión de la dignidad. Una
mujer, hija de un matón, dándose de simpática, le dijo a su vecina: voy ahí
adelante a robar un poco de ciemo. Le dijo su vecina, hija de represaliado:
mataron a los honestos y dejaron a los que roban. Mi lengua era un poco larga
–dice una mujer en su testimonio.
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Cercana
la fecha del Día de la mujer, honramos la memoria de estas mujeres, almas de
nuestro pueblo, cuyos nombres y luchas hubo quienes pretendieron dejar en el
olvido. Son suficientes las muestras de los modos represivos
más frecuentes y notorios vividos por las mujeres de Mendavia, que permiten
dejar constancia del panorama de injusticia, crueldad y maltrato hacia las
mujeres, particularmente las más pobres, o más cercanas a la izquierda
política, que marcó esta época en el pueblo. Queda claro que se trató de una
perversión sistémica y no de casos aislados o aleatorios; cada hecho reportado
hizo parte de un engranaje profundo de exclusión, invisibilización y
silenciamiento, que marcó especialmente los años de la guerra y la primera
década de la postguerra. Dejo constancia, aunque más sutil y menos declarada,
por el contexto de violencia extrema al que eran sometidas, de la resistencia
que estas mujeres sostuvieron.