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miércoles, 1 de marzo de 2017

EN MEMORIA DE ELLA…







Totalmente actualizado. Aquí: 


Mendavia: el otro pueblo de las viudas

Hacemos memoria de estas mujeres luchadoras. Fueron ellas las que tuvieron que salir adelante tras haberlo perdido todo. Fueron ellas las que debieron defender sus derechos para sus pequeños hijos, para el reconocimiento de sus propiedades y bienes. Fueron ellas las que soportaron las vejaciones y difamaciones, no sólo durante los primeros meses de terror, sino muchos años después, durante la larga dictadura y en medio de una sociedad patriarcal que no daba mucho margen de maniobra a la mujer sola, sin el “varón protector”. Fueron ellas las primeras que mantuvieron viva la memoria de sus maridos asesinados.
Si en Sartaguda, el pueblo de las viudas, fueron más de 60 mujeres las que perdieron a sus maridos y los responsables se incautaron de sus propiedades, en Mendavia la cifra absoluta es similar. Anoto aquí una lista provisional de las viudas de Mendavia, esposas de asesinados represaliados (entre paréntesis anoto los nombres de sus hijos e hijas).

1.      Casimira Arróniz González (Víctor, Gregorio, Pedro, Canuto, José )
2.      Margarita Miguel Pascual (Félix, Margarita…)
3.      Victorina Sábada (Mari Santos)
4.      Romana Angulo Romero
5.      Felisa Gómez Salcedo (José, Rosario, María, Josefina, Félix)
6.      Mª Cruz Villarreal Fernández (Eladio…)
7.      Narcisa Aragón Arina
8.      Encarna Sainz Sainz (Tomás, José, Fernando)
9.      Filomena Urquizo Sainz (José Luis, Enrique, Miguel, Javier, Roberto, María, Prudencio)
10.  Caya Elvira Salcedo (Maria Carmen)
11.  Melchora Quijera Suberviola (José, Felisa, Marina)
12.  Basi Suberviola Elvira (Rosario, Pedro)
13.  Caya Campos González (Jesús, Gloria, Elvira)
14.  Carlota López Fernández (José Antonio, Blanca)
15.  Presentación Agreda (Tomás)
16.  Basilisa Moreno Gil (Ángel, Adoración, Alfredo)
17.  Agustina Sagasti Martínez (María, Carmen, Pilar)
18.  Benita Sainz (José Luis, Antonio)
19.  Fabiana Suberviola Elvira
20.  María Subero (Charín, Ascensión, José)
21.  Fausta Uzqueda Aramendía (César, Ángel, Javier)
22.  Margarita Martínez Sainz (José Javier, María Carmen)
23.  Fermina Cenzano Ganuza (Teófilo, Fermín - Burgos)
24.  Gabina Verano Ordóñez (Víctor, José, Luis, Elisa, Julio, Teresa, Blas)
25.  María de los Ángeles Suberviola Elvira (Pilar)
26.  Máxima Uzqueda Aramendía (Javier)
27.  María Ursúa Salcedo (Carmen, Ángel)
28.  Daría Martínez Valerio
29.  Pascuala Cenzano Lecea (Angelita, Pedro, Luis…)
30.  Guadalupe Suberviola Martínez
31.  Fermina Sainz Suberviola (Margarita, Maura, María, Gregorio , Luis)
32.  Isabel Miquelez Sainz (Ludivina, Begoña)
33.  Inocencia (Pilar)
34.  Alberta Verano Felipe (Luis, Leonardo, Crucita…)
35.  Marcelina Suberviola Ocáriz (Mari)
36.  Sofía Jalón Elvira (Terencio, Eleodora)
37.  Rufina Esteban Rueda (Manolo, Jesús, Luis)
38.  Loreta Verano Martínez (Nicolás, Sofía, Palmira)
39.  Lucía Sainz Resa (Julián Progreso)
40.  Rufina Martínez Ordóñez (Félix, José, Roberto)
41.  Rufina Suberviola
42.  María Suberviola
43.  Francisca Sádaba Elvira (Amelia)
44.  Valentina Hernández Verano (Luis, Pilar)
45.  Gregoria Martínez Cenzano (Aurora, Javier, José Antonio, Ismael)
46.  Antonia García
47.  Victorina Ochoa Ganuza (Natividad - América)
48.  Encarnación Valerio García
49.  Hilaria Ordóñez Angulo (Agustín)
50.  Alberta López Rada (Luis, Carmen, Javier, Miguel, Blanca)
51.  Felisa Elvira Arróniz (José, María, Corona, Marina, Antonio)
52.  Felipa Asurmendi Armendáriz (Javier, Ángeles, María Jesús y Carmen)
53.  Rolindes
54.  Petra Sainz Elvira (Adoración, Rosario)
55.  Máxima Hilda Expósito (Angelina, Julián, Félix, María)
56.  Bonifacia Ocariz Arroniz (Emilio,  José Luis, Ángel)
57.  Maura Palacios Martínez (Juan, Teófilo, Gabriela, Tomasa, Luis)
58.  Caya Sádaba Elvira (Adelaida)
59.  Ricarda González García (Vidal, Carmelo, Florentino, Guadalupe, Rosario)
60.  Juana Fernández Suberviola
61.  Florentina Palacios (Germán, Carmelo, Encarna, Martina y Francisco)
62.  Martina Sagasti Lizanzu (Lucio, Cruz, Ángel, Carmen, Pilar, Marina)


La represión brutal sufrida

Entre julio y diciembre se sucedieron diversas humillaciones a las mujeres de izquierda del pueblo: cortes de pelo a cero, obligadas a beber aceite de ricino, y a pasear por el pueblo con la bandera de la Falange y cantando el “caralsol”. Algunas fueron forzadas a tener relaciones sexuales con los verdugos si querían ayudar a sus maridos. Una cuadrilla de jóvenes falangistas eran el terror. Como sucedió en otros pueblos, “les ponían una oveja modorra y los hinchaban a vino” (les daban para que se comieran una oveja medio enferma y abundante vino) y luego se encargaban de hacer todas las fechorías. Algunas de las mujeres falangistas también las cuentan entre las peores. Se burlaban de las mujeres de izquierdas, las golpeaban y rasgaban sus ropas a la vista pública.
Julia Aramendía Martínez estuvo presa brevemente en la cárcel de Estella, y en la de Pamplona durante tres meses (del 27 de julio al 1 de noviembre). Tomasa Verano Martínez y Rosa Ramírez Lizanzu estuvieron en la cárcel de Estella. También estuvieron Matilde y Julia Aramendía. Lina Verano, Valentina Hernández Verano, Melchora Quijera Suberviola, Pascuala la Tina, entre otras muchas, fueron rapadas. Una de las peor tratadas seguramente fue Felipa Asurmendi, mujer del alcalde Dionisio Salcedo, de la que los antiguos dicen: “le hicieron de todo”.
Durante los primeros meses de represión y terror los familiares de Libertad Valerio, cuyo padre fue asesinado, fueron obligados a bautizarla con “nombre cristiano” (Romualda); y así sucedió con muchos otros. Aunque sólo en el año 1945 fueron hechas anotaciones al margen de los libros de registro civil “subsanando los errores” –según se anota en uno de los registros. El miedo o tal vez la vergüenza debieron ser tales que los coetáneos de los re-nombrados, en su mayoría, nunca supieron de estos hechos. También es cierto que varios de ellos murieron a temprana edad.

Tres hermanas viudas

Basi, Fabiana y María de los Ángeles Suberviola Elvira fueron tres hermanas viudas del pueblo a consecuencia del terror impuesto.

Fabiana Suberviola Elvira estaba casada con Vicente S. Fernández Guruzaga, de Salvador del Valle (Vizcaya), nacido el 05/10/1905, hijo de Cipriano y Francisca. Vicente era Labrador. Tenían una hija. Vicente Fernández Guruzaga (el bilbaíno) y Pedro Campos González (el fraile) al consumarse el golpe y sabiéndose en las listas de los descartables, salieron huyendo hacia la Rioja y llegaron hasta la Sierra de Ocón (en dirección a Soria). Viendo difícil el paso, se refugiaron en la Sierra por unos días. En la noche buscaban comida en el pueblo. Un grupo de falangistas hicieron una redada con la guardia civil, los encontraron en la Sierra y los mataron. Los bajaron en unas parihuelas y los llevaron al cementerio del pequeño pueblo al pie de la Sierra, hoy desaparecido: Carbonera. Es la versión testimonial de los familiares de Pedro Campos. La versión documental no coincide, pero la consideramos menos probable. Según ésta habría sido llevado a la cárcel de Pamplona a primeros de agosto y sacado a fusilar en jurisdicción de Estella, el 18/08/1936. Fabiana quedo viuda y, tratando de rehacer su vida, salió del pueblo con su hija hacia el País Vasco (Ochagavía).

María de los Ángeles Suberviola Elvira estaba casada (aunque no consta su matrimonio en los archivos de Mendavia) con Pedro López González, nacido en San Asensio el 26/11/1913, quien era hijo de Marcelino y María. Tuvieron una hija: Pilar. Pedro era jornalero. Fue detenido y sacado a fusilar en Estella el 20/08/1936. Se asentó su defunción en el Registro de Mendavia en 1979. Dos hermanos de Pedro fueron llevados al frente: Justo (en el 38, con 20 años) y Felipe (en el 37, con 23 años).

Basi Suberviola Elvira estaba casada con Leonardo Cenzano Valerio, nacido en Mendavia el 06/11/1905. Leonardo era hijo de Doroteo y  Anacleta. Tenían dos hijos: Rosario y Pedro. Leonardo era jornalero. Fue detenido en la cárcel de Logroño. Hay testimonios de las torturas que sufrió Leonardo Cenzano a manos de falangistas mendavieses que subían a darles palizas de muerte. Si no lo mataron en esos momentos fue por los carceleros. Cuando su familia lo fue a visitar, de la ropa no quedaban sino jirones. Leonardo pertenecía a la UGT. Finalmente fue fusilado el 24/11/1936 y enterrado en La Barranca de Lardero.

Francisco Cenzano Valerio era hermano de Leonardo. A Francisco Cenzano lo cogieron por La Hilera, y en cercanías de Lazagurría le interrogaron sobre los cenetistas. Lo apaleaban, colgado y atado por las muñecas, y le preguntaban si iba a hablar; él finalmente accedía, y cuando lo soltaban les hacía ver que no sabía nada, así que vuelta a empezar, otra paliza. Debieron intervenir el cura y el alcalde de Lazagurría para detener lo que hubiera sido una muerte segura. Luego pasó por la cárcel de Estella; y más tarde fue ingresado en la cárcel de Pamplona el 23/02/1937, durante un mes.

Un hermano de estas tres mujeres mendaviesas, Cipriano Suberviola Elvira, fue llevado al frente antes de la fecha que le correspondía. Era casado, con dos hijos y 32 años de edad, y fue reclutado el 03/08/1937.

Otra mujer relacionada con esta familia fue Silvia Martínez Martínez, hija de Jesús y Cenona, nacida en 1916. Se casaría poco después con Eleuterio Cenzano Valerio, hermano de Francisco y Leonardo. A Silvia le abrieron un expediente y la retuvieron en la prisión provincial de Pamplona en el año 1939, a sus 23 años (ver detalles la web de UPNA). Eleuterio había sido llevado al frente el 16-8-36, con 25 años de edad.

Julia Aramendía, en la cárcel de Pamplona

Julia Aramendia Martínez, era prima de Emiliano. Ignacio Aramendía era su padre. Ignacio fue subido al camión y lo llevaban a fusilar. Se salvó por la intermediación de su hermano. Julia, sin embargo, no se salvó de la cárcel. Julia era grande en tamaño y en fortaleza física y moral. Estuvo presa en el cuartelillo de Mendavia y le cortaron el pelo. Su hermana le subía comida. Después la llevaron a la cárcel de Estella y más tarde a la de Pamplona. En uno de los traslados la llevaba en el camión uno de los concejales nombrados por los golpistas en el pueblo. La llevaban en la cabina. Un vecino siempre le agradeció su vida a Julia, pues en ese viaje no mataron a nadie para arrojarlo en la cuneta, como acostumbraban, ya que ella estaba de testigo. Les dio vergüenza frente a ella –decía.
Los datos de ingreso y salida de la cárcel de Pamplona indican que Julia entró el 27/07/1936 y salió el 01/11/1936. Allí pasó más de 3 meses. En ese tiempo aprendió a leer. Estuvo con la que era delegada de educación de la república, Rosaura López Marquínez, emparentada con gente de Mendavia y con un sacerdote que finalmente les ayudó a salir. Julia contaba que tuvo el apoyo de unas religiosas. Rosaura la orientó para que en las declaraciones se mantuviera firme y se resistiera a la presión. Con frecuencia le preguntaban que dónde tenía la pistola el novio (que era Víctor Elvira Martínez, hermano de los tres asesinados Lorenzo, Cosme e Hilario). Ella negó en todo momento la existencia de tal pistola.

Otras mujeres con expedientes abiertos

La Universidad pública de Navarra, en su web oroimena, ha señalado la existencia de varios expedientes de mujeres mendaviesas que sufrieron prisión provincial. Se refiere a ellos con la abreviatura: FDMHN_UPNA_EMG_APPP. Además del de Julia, de 1936, y del de Silvia, mencionada con anterioridad, dos más son referidos al año 1939. Éstos son los cuatro:
1936. Caja nº 1. Semestre 2º. Expediente Nº 45 de Aramendia Martinez, Julia.
1939. Caja Única.
Expediente Nº 383 de Martínez Martínez, Aurora, hija de Matías y Engracia, de 19 años.
Expediente Nº 384 de Martínez Martínez, Silvia, hija de Jesús y Cenona, de 23 años. Expediente Nº 401 de Rada Soto, Jacinta, hija de Marcos y María, de 17 años. Llama poderosamente la atención la edad de Jacinta, pues al momento del Golpe apenas contaría con 14 años.

Las mujeres y la memoria

Que fueron ellas las que mantuvieron viva la memoria de sus maridos asesinados, es incluso verificable en documentos conservados. La Universidad de Navarra ha hecho público algunos en los que se muestran los nombres de quienes promovieron los expedientes de sus familiares asesinados en Estella, de 1939 a 1942. De los 17 que he podido identificar, 12 de ellos los promovieron las mujeres que habían quedado viudas. En el caso de los represaliados solteros, encontramos 4 madres y un padre, como promotores de dichos expedientes.

Mujeres promotoras de expedientes en Estella (1939-1942)

1.      Francisca Vergara Larrión
madre
2.      María Martínez Romero
madre
3.      Felisa Gómez Salcedo
esposa
4.      Caya Elvira Salcedo
esposa
5.      Margarita Martínez Sainz
esposa
6.      Gabina Verano Ordóñez
esposa
7.      Fermina Sainz Suberviola
esposa
8.      Fermina Sainz Suberviola
madre
9.      Isabel Miquélez Sainz
esposa
10.  Loreta Verano Martínez
esposa
11.  Rufina Martínez Ordóñez
esposa
12.  Alberta López Rada
esposa
13.  Gregoria Martínez Cenzano
esposa
14.  Fausta Úzqueda Aramendía
esposa
15.  Juana Elvira Zurbano
madre
16.  Martina Sagasti Lizanzu
esposa


Historias de resistencia de las mujeres

Se cuentan historias de resistencia de las valientes mujeres mendaviesas. En la procesión de la Virgen de Fátima por el pueblo, en el año 1948, una mujer a la que le habían matado a su hijo, gritó desde la ventana de su casa: Virgen de Fátima, haz un milagro y vete de los hombros de estos criminales. Otra mujer, durante un encierro de fiestas y al ver que uno de los implicados en la muerte de su marido se metía en el portal de su casa, gritó: ¡criminal, encima que mataste a mi marido te metes en mi casa! La palabra se volvía resistencia pública y esperanza de un futuro con justicia.

En la cotidianidad muchas historias de resistencia y desenmascaramiento de los matones se relatan. Algunas mujeres creyentes eran conminadas a ir a misa. Decían: cómo voy a ir a misa con ese que mató a mi padre y pasa a comulgar. Una mujer de derechas hablaba de las enfermedades y la muerte. Todos vamos al hoyo –decía. Otra hija de represaliado le contestó: Pero cuántos años lleva ya mi padre en él! Un matón entró a pedir cebollas a la finca de los hijos y nietos del asesinado, haciéndose pasar por inocente. Lo echaron de allí, y una de las hijas lo despidió con fuertes palabras... Eran expresión de la dignidad. Una mujer, hija de un matón, dándose de simpática, le dijo a su vecina: voy ahí adelante a robar un poco de ciemo. Le dijo su vecina, hija de represaliado: mataron a los honestos y dejaron a los que roban. Mi lengua era un poco larga –dice una mujer en su testimonio.

Cercana la fecha del Día de la mujer, honramos la memoria de estas mujeres, almas de nuestro pueblo, cuyos nombres y luchas hubo quienes pretendieron dejar en el olvido.



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