Mendavia:
el otro pueblo de las viudas
Hacemos
memoria de estas mujeres luchadoras. Fueron ellas las que tuvieron que salir
adelante tras haberlo perdido todo. Fueron ellas las que debieron defender sus
derechos para sus pequeños hijos, para el reconocimiento de sus propiedades y
bienes. Fueron ellas las que soportaron las vejaciones y difamaciones, no sólo
durante los primeros meses de terror, sino muchos años después, durante la larga
dictadura y en medio de una sociedad patriarcal que no daba mucho margen de
maniobra a la mujer sola, sin el “varón protector”. Fueron ellas las primeras
que mantuvieron viva la memoria de sus maridos asesinados.
Si
en Sartaguda, el pueblo de las viudas, fueron más de 60 mujeres las que perdieron
a sus maridos y los responsables se incautaron de sus propiedades, en Mendavia
la cifra absoluta es similar. Anoto aquí una lista provisional de las viudas de
Mendavia, esposas de asesinados represaliados (entre paréntesis anoto los
nombres de sus hijos e hijas).
1. Casimira Arróniz González (Víctor,
Gregorio, Pedro, Canuto, José )
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2. Margarita Miguel Pascual (Félix,
Margarita…)
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3. Victorina Sábada (Mari Santos)
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4. Romana Angulo Romero
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5. Felisa Gómez Salcedo (José,
Rosario, María, Josefina, Félix)
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6. Mª Cruz Villarreal Fernández
(Eladio…)
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7. Narcisa Aragón Arina
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8. Encarna Sainz Sainz (Tomás, José,
Fernando)
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9. Filomena Urquizo Sainz (José Luis, Enrique, Miguel, Javier, Roberto, María,
Prudencio)
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10. Caya Elvira Salcedo (Maria Carmen)
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11. Melchora Quijera Suberviola (José,
Felisa, Marina)
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12. Basi Suberviola Elvira (Rosario,
Pedro)
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13. Caya Campos González (Jesús,
Gloria, Elvira)
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14. Carlota López Fernández (José
Antonio, Blanca)
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15. Presentación Agreda (Tomás)
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16. Basilisa Moreno Gil (Ángel,
Adoración, Alfredo)
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17. Agustina Sagasti Martínez (María,
Carmen, Pilar)
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18. Benita Sainz (José Luis, Antonio)
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19. Fabiana Suberviola Elvira
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20. María Subero (Charín, Ascensión,
José)
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21. Fausta Uzqueda Aramendía (César,
Ángel, Javier)
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22. Margarita Martínez Sainz (José
Javier, María Carmen)
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23. Fermina Cenzano Ganuza (Teófilo,
Fermín - Burgos)
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24. Gabina Verano Ordóñez (Víctor,
José, Luis, Elisa, Julio, Teresa, Blas)
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25. María de los Ángeles Suberviola
Elvira (Pilar)
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26. Máxima Uzqueda Aramendía (Javier)
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27. María Ursúa Salcedo (Carmen,
Ángel)
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28. Daría Martínez Valerio
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29. Pascuala Cenzano Lecea (Angelita,
Pedro, Luis…)
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30. Guadalupe Suberviola Martínez
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31. Fermina Sainz Suberviola
(Margarita, Maura, María, Gregorio , Luis)
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32. Isabel Miquelez Sainz (Ludivina,
Begoña)
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33. Inocencia (Pilar)
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34. Alberta Verano Felipe (Luis,
Leonardo, Crucita…)
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35. Marcelina Suberviola Ocáriz (Mari)
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36. Sofía Jalón Elvira (Terencio,
Eleodora)
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37. Rufina Esteban Rueda (Manolo,
Jesús, Luis)
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38. Loreta Verano Martínez (Nicolás,
Sofía, Palmira)
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39. Lucía Sainz Resa (Julián Progreso)
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40. Rufina Martínez Ordóñez (Félix,
José, Roberto)
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41. Rufina Suberviola
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42. María Suberviola
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43. Francisca Sádaba Elvira (Amelia)
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44. Valentina Hernández Verano (Luis,
Pilar)
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45. Gregoria Martínez Cenzano (Aurora,
Javier, José Antonio, Ismael)
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46. Antonia García
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47. Victorina Ochoa Ganuza (Natividad
- América)
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48. Encarnación Valerio García
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49. Hilaria Ordóñez Angulo (Agustín)
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50. Alberta López Rada (Luis, Carmen,
Javier, Miguel, Blanca)
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51. Felisa Elvira Arróniz (José,
María, Corona, Marina, Antonio)
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52. Felipa Asurmendi Armendáriz (Javier, Ángeles, María Jesús y Carmen)
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53. Rolindes
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54. Petra Sainz Elvira (Adoración,
Rosario)
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55. Máxima Hilda Expósito (Angelina, Julián,
Félix, María)
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56. Bonifacia Ocariz Arroniz
(Emilio, José Luis, Ángel)
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57. Maura Palacios Martínez (Juan, Teófilo,
Gabriela, Tomasa, Luis)
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58. Caya Sádaba Elvira (Adelaida)
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59. Ricarda González García (Vidal, Carmelo, Florentino, Guadalupe, Rosario)
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60. Juana Fernández Suberviola
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61. Florentina Palacios (Germán,
Carmelo, Encarna, Martina y Francisco)
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62. Martina Sagasti Lizanzu (Lucio,
Cruz, Ángel, Carmen, Pilar, Marina)
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La represión
brutal sufrida
Entre
julio y diciembre se sucedieron diversas humillaciones a las mujeres de izquierda
del pueblo: cortes de pelo a cero, obligadas a beber aceite de ricino, y a pasear
por el pueblo con la bandera de la Falange y cantando el “caralsol”. Algunas
fueron forzadas a tener relaciones sexuales con los verdugos si querían ayudar a
sus maridos. Una cuadrilla de jóvenes falangistas eran el terror. Como sucedió
en otros pueblos, “les ponían una oveja modorra y los hinchaban a vino” (les
daban para que se comieran una oveja medio enferma y abundante vino) y luego se
encargaban de hacer todas las fechorías. Algunas de las mujeres falangistas
también las cuentan entre las peores. Se burlaban de las mujeres de izquierdas,
las golpeaban y rasgaban sus ropas a la vista pública.
Julia
Aramendía Martínez estuvo presa brevemente en la cárcel de Estella, y en la de Pamplona
durante tres meses (del 27 de julio al 1 de noviembre). Tomasa Verano Martínez y
Rosa Ramírez Lizanzu estuvieron en la cárcel de Estella. También estuvieron
Matilde y Julia Aramendía. Lina Verano, Valentina Hernández Verano, Melchora
Quijera Suberviola, Pascuala la Tina, entre otras muchas, fueron rapadas. Una
de las peor tratadas seguramente fue Felipa Asurmendi, mujer del alcalde
Dionisio Salcedo, de la que los antiguos dicen: “le hicieron de todo”.
Durante
los primeros meses de represión y terror los familiares de Libertad Valerio,
cuyo padre fue asesinado, fueron obligados a bautizarla con “nombre cristiano”
(Romualda); y así sucedió con muchos otros. Aunque sólo en el año 1945 fueron
hechas anotaciones al margen de los libros de registro civil “subsanando los
errores” –según se anota en uno de los registros. El miedo o tal vez la vergüenza
debieron ser tales que los coetáneos de los re-nombrados, en su mayoría, nunca supieron
de estos hechos. También es cierto que varios de ellos murieron a temprana edad.
Tres hermanas
viudas
Basi,
Fabiana y María de los Ángeles Suberviola
Elvira fueron tres hermanas viudas del pueblo a consecuencia del terror
impuesto.
Fabiana Suberviola Elvira estaba casada con Vicente S. Fernández Guruzaga, de Salvador
del Valle (Vizcaya), nacido el 05/10/1905, hijo de Cipriano y Francisca.
Vicente era Labrador. Tenían una hija. Vicente Fernández Guruzaga (el bilbaíno)
y Pedro Campos González (el fraile) al consumarse el golpe y sabiéndose en las
listas de los descartables, salieron
huyendo hacia la Rioja y llegaron hasta la Sierra de Ocón (en dirección a
Soria). Viendo difícil el paso, se refugiaron en la Sierra por unos días. En la
noche buscaban comida en el pueblo. Un grupo de falangistas hicieron una redada
con la guardia civil, los encontraron en la Sierra y los mataron. Los bajaron
en unas parihuelas y los llevaron al cementerio del pequeño pueblo al pie de la
Sierra, hoy desaparecido: Carbonera. Es la versión testimonial de los familiares
de Pedro Campos. La versión documental no coincide, pero la consideramos menos
probable. Según ésta habría sido llevado a la cárcel de Pamplona a primeros de
agosto y sacado a fusilar en jurisdicción de Estella, el 18/08/1936. Fabiana
quedo viuda y, tratando de rehacer su vida, salió del pueblo con su hija hacia
el País Vasco (Ochagavía).
María de los
Ángeles Suberviola Elvira estaba casada (aunque no consta su matrimonio en
los archivos de Mendavia) con Pedro
López González, nacido en San Asensio el 26/11/1913, quien era hijo de
Marcelino y María. Tuvieron una hija: Pilar. Pedro era jornalero. Fue detenido
y sacado a fusilar en Estella el 20/08/1936. Se asentó su defunción en el
Registro de Mendavia en 1979. Dos hermanos de Pedro fueron llevados al frente:
Justo (en el 38, con 20 años) y Felipe (en el 37, con 23 años).
Basi Suberviola
Elvira
estaba casada con Leonardo Cenzano
Valerio, nacido en Mendavia el 06/11/1905. Leonardo era hijo de Doroteo y Anacleta. Tenían dos hijos: Rosario y Pedro. Leonardo
era jornalero. Fue detenido en la cárcel de Logroño. Hay testimonios de las
torturas que sufrió Leonardo Cenzano a manos de falangistas mendavieses que
subían a darles palizas de muerte. Si no lo mataron en esos momentos fue por
los carceleros. Cuando su familia lo fue a visitar, de la ropa no quedaban sino
jirones. Leonardo pertenecía a la UGT. Finalmente fue fusilado el 24/11/1936 y
enterrado en La Barranca de Lardero.
Francisco Cenzano
Valerio era
hermano de Leonardo. A Francisco Cenzano lo cogieron por La Hilera, y en
cercanías de Lazagurría le interrogaron sobre los cenetistas. Lo apaleaban,
colgado y atado por las muñecas, y le preguntaban si iba a hablar; él
finalmente accedía, y cuando lo soltaban les hacía ver que no sabía nada, así
que vuelta a empezar, otra paliza. Debieron intervenir el cura y el alcalde de
Lazagurría para detener lo que hubiera sido una muerte segura. Luego pasó por
la cárcel de Estella; y más tarde fue ingresado en la cárcel de Pamplona el
23/02/1937, durante un mes.
Un
hermano de estas tres mujeres mendaviesas, Cipriano
Suberviola Elvira, fue llevado al frente antes de la fecha que le
correspondía. Era casado, con dos hijos y 32 años de edad, y fue reclutado el 03/08/1937.
Otra
mujer relacionada con esta familia fue Silvia
Martínez Martínez, hija de Jesús y Cenona, nacida en 1916. Se casaría poco
después con Eleuterio Cenzano Valerio, hermano
de Francisco y Leonardo. A Silvia le abrieron un expediente y la retuvieron en
la prisión provincial de Pamplona en el año 1939, a sus 23 años (ver detalles la web de UPNA). Eleuterio había
sido llevado al frente el 16-8-36, con 25 años de edad.
Julia Aramendía, en la cárcel de Pamplona
Julia
Aramendia Martínez, era prima de Emiliano. Ignacio Aramendía era su padre. Ignacio
fue subido al camión y lo llevaban a fusilar. Se salvó por la intermediación de
su hermano. Julia, sin embargo, no se salvó de la cárcel. Julia era grande en tamaño
y en fortaleza física y moral. Estuvo presa en el cuartelillo de Mendavia y le cortaron
el pelo. Su hermana le subía comida. Después la llevaron a la cárcel de Estella
y más tarde a la de Pamplona. En uno de los traslados la llevaba en el camión
uno de los concejales nombrados por los golpistas en el pueblo. La llevaban en la
cabina. Un vecino siempre le agradeció su vida a Julia, pues en ese viaje no mataron
a nadie para arrojarlo en la cuneta, como acostumbraban, ya que ella estaba de testigo.
Les dio vergüenza frente a ella –decía.
Los
datos de ingreso y salida de la cárcel de Pamplona indican que Julia entró el 27/07/1936
y salió el 01/11/1936. Allí pasó más de 3 meses. En ese tiempo aprendió a leer.
Estuvo con la que era delegada de educación de la república, Rosaura López Marquínez,
emparentada con gente de Mendavia y con un sacerdote que finalmente les ayudó a
salir. Julia contaba que tuvo el apoyo de unas religiosas. Rosaura la orientó para
que en las declaraciones se mantuviera firme y se resistiera a la presión. Con frecuencia
le preguntaban que dónde tenía la pistola el novio (que era Víctor Elvira Martínez,
hermano de los tres asesinados Lorenzo, Cosme e Hilario). Ella negó en todo
momento la existencia de tal pistola.
Otras mujeres
con expedientes abiertos
La
Universidad pública de Navarra, en su web oroimena, ha señalado la existencia
de varios expedientes de mujeres mendaviesas que sufrieron prisión provincial.
Se refiere a ellos con la abreviatura: FDMHN_UPNA_EMG_APPP. Además del de
Julia, de 1936, y del de Silvia, mencionada con anterioridad, dos más son
referidos al año 1939. Éstos son los cuatro:
1936.
Caja nº 1. Semestre 2º. Expediente Nº 45 de Aramendia Martinez, Julia.
1939.
Caja Única.
Expediente
Nº 383 de Martínez Martínez, Aurora, hija de Matías y Engracia, de 19 años.
Expediente
Nº 384 de Martínez Martínez, Silvia, hija de Jesús y Cenona, de 23 años. Expediente
Nº 401 de Rada Soto, Jacinta, hija de Marcos y María, de 17 años. Llama
poderosamente la atención la edad de Jacinta, pues al momento del Golpe apenas
contaría con 14 años.
Las mujeres y la
memoria
Que
fueron ellas las que mantuvieron viva la memoria de sus maridos asesinados, es
incluso verificable en documentos conservados. La Universidad de Navarra ha
hecho público algunos en los que se muestran los nombres de quienes promovieron
los expedientes de sus familiares asesinados en Estella, de 1939 a 1942. De los
17 que he podido identificar, 12 de ellos los promovieron las mujeres que habían
quedado viudas. En el caso de los represaliados solteros, encontramos 4 madres
y un padre, como promotores de dichos expedientes.
Mujeres
promotoras de expedientes en Estella (1939-1942)
1.
Francisca Vergara Larrión
|
madre
|
2.
María Martínez Romero
|
madre
|
3.
Felisa Gómez Salcedo
|
esposa
|
4.
Caya Elvira Salcedo
|
esposa
|
5.
Margarita Martínez Sainz
|
esposa
|
6.
Gabina Verano Ordóñez
|
esposa
|
7.
Fermina Sainz Suberviola
|
esposa
|
8.
Fermina Sainz Suberviola
|
madre
|
9.
Isabel Miquélez Sainz
|
esposa
|
10. Loreta Verano Martínez
|
esposa
|
11. Rufina Martínez
Ordóñez
|
esposa
|
12. Alberta López Rada
|
esposa
|
13. Gregoria Martínez
Cenzano
|
esposa
|
14. Fausta Úzqueda
Aramendía
|
esposa
|
15. Juana Elvira Zurbano
|
madre
|
16. Martina Sagasti
Lizanzu
|
esposa
|
Historias de resistencia de las mujeres
Se cuentan historias de resistencia de las valientes mujeres mendaviesas. En la procesión de la Virgen de Fátima por el pueblo, en el año 1948, una mujer a la que le habían matado a su hijo, gritó desde la ventana de su casa: Virgen de Fátima, haz un milagro y vete de los hombros de estos criminales. Otra mujer, durante un encierro de fiestas y al ver que uno de los implicados en la muerte de su marido se metía en el portal de su casa, gritó: ¡criminal, encima que mataste a mi marido te metes en mi casa! La palabra se volvía resistencia pública y esperanza de un futuro con justicia.
En la cotidianidad muchas historias de resistencia y desenmascaramiento de los matones se relatan. Algunas mujeres creyentes eran conminadas a ir a misa. Decían: cómo voy a ir a misa con ese que mató a mi padre y pasa a comulgar. Una mujer de derechas hablaba de las enfermedades y la muerte. Todos vamos al hoyo –decía. Otra hija de represaliado le contestó: Pero cuántos años lleva ya mi padre en él! Un matón entró a pedir cebollas a la finca de los hijos y nietos del asesinado, haciéndose pasar por inocente. Lo echaron de allí, y una de las hijas lo despidió con fuertes palabras... Eran expresión de la dignidad. Una mujer, hija de un matón, dándose de simpática, le dijo a su vecina: voy ahí adelante a robar un poco de ciemo. Le dijo su vecina, hija de represaliado: mataron a los honestos y dejaron a los que roban. Mi lengua era un poco larga –dice una mujer en su testimonio.
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