Se muestra con frecuencia el discurso sobre los tiempos de la guerra civil en Álava como tiempos idílicos de armonía y contención. Es cierto que deben hacerse diferencias con otros territorios, pero idealizar lo sucedido no hace ningún favor a la verdad de los hechos. Concuerdo con Iñaki Gil Basterra cuando afirma (Araba en 1936. Guerra y Represión, artículo en pdf online):
Hay una serie de falsedades y mentiras en torno a la Guerra Civil y la Provincia de Álava que de tan repetidas son tomadas por verídicas, y son las que sostienen que en nuestro territorio las consecuencias de la Guerra Civil fueron mínimas y que no hubo episodios de represión dignos de mención. Según los documentos que hemos ido recopilando tras años de arduo trabajo de investigación son más de 350 las personas asesinadas en Álava, cerca de 2000 las que conocieron las cárceles franquistas y miles las que fueron sancionadas económicamente. Es por eso que estos trabajos dejan constancia de una realidad que, según tantos, no tuvo lugar, y pretende desbrozar un camino que habrá de recorrerse: el de la recuperación de la memoria histórica de nuestro pueblo sobre los oscuros años de la guerra Civil y la dictadura fascista que le sucedió.
Lo sucedido con al menos cuatro mendavieses sobre los
que se tienen constancias testimoniales suficientemente claras, y documentales
en el caso de tres de ellos, refuerzan estas conclusiones. Se trata de los
hermanos Estanislao Lorenzo e Hilario Elvira Martínez, asesinados en Ozaeta; Salvador Sancho Sainz,
asesinado en Alegría; y de Roque
Ruiz Ruiz, perseguido ¿y asesinado? en Elciego. En los cuatro casos se avala
básicamente lo referido por Gil Basterra:
El modus operandi de las partidas de requetés fue el mismo en todos los casos. Las detenciones y fusilamientos no eran nunca realizados por gentes del mismo pueblo. Los ejecutores provenían de Nafarroa… de Rioja… de Miranda de Ebro... y de Gasteiz. Estos requetés, pese a ser foráneos, conocían perfectamente los pueblos y disponían de un listado de las personas a ejecutar. El listado era confeccionado por los fascistas locales, quienes lo transmitían al Requeté provincial sito en Gasteiz y desde allí se enviaba a los comandos ejecutores. El trámite habitual en el caso de los fusilados sin juicio alguno era una orden de libertad o traslado dictada por el delegado de Orden Público. El Director de la Prisión cumplía la orden entregando los prisioneros al pelotón de requetés o falangistas portadores de la orden. (negrita y subrayado míos).
Los testimonios recogidos en Mendavia indican que una cuadrilla de falangistas del pueblo se desplazaba hasta el lugar, bien para detener o bien para identificar a los detenidos, y participar en su ejecución. El matiz que se debe aportar es que tal pelotón o cuadrilla de mendavieses eran falangistas y no requetés, a juzgar por la memoria borrosamente transmitida y, sobretodo, por la escasa militancia mendaviesa en el requeté. En algún caso, muy probablemente fueron ellos los brazos ejecutores de los fusilamientos o asesinatos. El otro matiz es el que respecta a las órdenes de libertad: al menos en los casos de Roque y Salvador, no parece que estas se formalizaran, pues lo más probable es que no hubiera ni siquiera prisión. Y en el caso de los hermanos Elvira, que sí pasaron por prisión, dado que se hicieran documentos de “libertad” sería después de ocurrida su ejecución.
El tiempo en el que sucedieron los asesinatos de estos
mendavieses, debe inscribirse en el contexto de la “represión más sanguinaria” ocurrida
en Araba, y cito a Gil Basterra:
los fusilamientos, comenzaron en las diferentes comarcas de Araba el mismo día 19 de julio y se extendieron, prácticamente, hasta octubre de 1936… Las primeras ejecuciones comenzaron en el mes de agosto, teniendo lugar la primera el día 14 en la tapia del cementerio de Santa Isabel de Gasteiz, tras juicio sumarísimo, de tres mendigoizales capturados en el monte Gorbeia el día 25 de julio.
Así pues, después de estudiado este contexto territorial, me inclino a pensar -salvando nuevas pruebas o testimonios- que la fecha en que Roque fue perseguido en Elciego debe situarse en este marco temporal, y no en 1937 como había supuesto en base a otros indicios documentales. Los otros tres mendavieses también fueron asesinados en Álava en los meses de septiembre y octubre de 1936.
Por su parte, Jesús Pablo Domínguez Varona y Aiyoa Arroita Lafuente, en el blog: Crónicas a pie de fosa, se refieren a estos hechos de represión alavesa, destacando el papel de algunos personajes “asesinos”, como el caso emblemático de Apodaca que, además, está relacionado la población Elciego.
La carrera “asesina” de Apodaca y su partida le hace regresar a Elciego, el 16 de octubre de 1936, para llevarse hasta el terreno conocido como La Pilastra, en Zambrana, a… (seis paisanos del Elciego), a los que asesinó allí mismo. Lo más horrible de este caso es que las víctimas habían sido detenidas tras ser convocadas en el ayuntamiento con motivo de la vendimia. Una vez allí se encontraron que el tal Ruiz de Apodaca y sus secuaces los aguardaban en el vestíbulo, acompañados de un clérigo. A medida que entraban las víctimas eran maniatadas y conducidas a un local para subirlos más tarde a una furgoneta en dirección a Zambrana. Uno de los vecinos de Elciego, Pedro Osés, consiguió huir y cruzar el Ebro, pero al intentar tomar un tren en marcha se hirió y tuvo que ser ingresado en el hospital de Cenicero, La Rioja, adonde fueron a buscarlo para matarlo un día antes de que le fueran a dar el alta.
En la descripción de este caso se encuentran cercanos referentes con lo ocurrido al mendaviés Roque Ruiz, pues los testimonios escasos sobre su persecución lo ponen en contexto de viñas y en la población de Elciego y, además, era correo de Mendavia que buscaba la correspondencia en el tren, al otro lado del Ebro.
Junto con el papel “asesino” de algunos personajes, también ponen de relieve los autores del blog nombrado, el papel de las “Cuadrillas” acompañantes. En particular se refiere a la Cuadrilla de Rioja-Alavesa. Podría decirse que en Mendavia también se forma una Cuadrilla similar, encargada de perseguir a los que habían salido del pueblo tras el golpe de estado. Los testimonios hacen pensar que esta cuadrilla actuó en la persecución de mendavieses en Álava, La Rioja, e incluso en Aragón (Galluz). Aquí se presentan exclusivamente los casos de mendavieses asesinados en Álava.
Los hermanos Estanislao Lorenzo e Hilario Elvira Martínez. tras el golpe de Estado, estuvieron un mes escondidos en Mendavia. Tomo el relato de un sobrino:
Hilario había estado con unos frailes de Valencia, junto con otros del pueblo, Ángel y Miguel Castillo, y otros más. Pero para el año 1936 estaba en casa. Y ya tenía una novia en el pueblo, hija de Florencio. Lorenzo e Hilario estuvieron en un corral del abuelo Pascual, en la casa de la novia de Hilario y en diversos otros lugares, hasta que se fueron a la casetilla del guarda del Pontón, en el Río Nuevo. La familia les llevaba alimentos. Allí permanecieron unos días. Otro día estuvieron donde Matilde Aramendía, hermana de Julia. Eso sería ocasión para que apresaran a Matilde y la llevaran a la cárcel de Estella. Cuando vieron cerrarse la persecución y aumentar las matanzas, decidieron salir del pueblo buscando el frente norte republicano, en Gipuzkoa. A finales de agosto tomaron la vía de Vitoria, intentando salvar la ciudad por el este. Ya pasada Vitoria los atraparon en Ozaeta (Álava), mientras pescaban cangrejos para sobrevivir. Un alférez de Oyón estaba al frente del pelotón que los atrapó. Sería hacia el 7 de septiembre. Habían reunido con la familia cierta cantidad de dinero para intentar el paso al frente norte y parece ser que un pastor, al que dieron parte del dinero para que los orientara, los delató. Los tuvieron en la iglesia de Ozaeta presos y la madre de un tal Pío les llevaba comida. Supieron que había llegado la orden de fusilarlos. Así que el día antes de cumplirse el fusilamiento, cuando los sacaron esposados a un paseo, intentaron escapar echando a correr. Saltaron sobre una alambrada para meterse en un campo de carrizo. Los perseguidores dispararon e hirieron a Lorenzo en la pierna. Los siguieron por el rastro de la sangre hasta que de nuevo los sometieron. Entre golpes y disparos los dejaron casi muertos, y los verdugos festejaban en su borrachera. Al día siguiente aún alentaban los cuerpos de los dos hermanos. Con azadonados en la cabeza los terminaron de asesinar. Luego los enterraron en el cementerio. La fecha probable de su muerte puede situarse entre el 7 y el 12 de septiembre, pues una vez detenidos esperaron la orden para fusilarlos. Algunos falangistas de Mendavia acudieron a verificar el fusilamiento. Fue notorio que desde principios de septiembre dejaron de buscarlos en las casas de las familias del pueblo, señal clara de su coordinación con los asesinos.
Jacinto – Lorenzo, Hilario-María-Víctor, Cosme-Ezequiel
(Composición fotográfica. Hermanos Elvira Martínez)
Estanislao Lorenzo, nacido en Mendavia el 13-09-04, soltero, camionero, documentado como desaparecido desde el mismo 19-07-1936, con 31 años. Fue miembro de la UGT en 1931, y luego miembro fundador de la CNT. Es tratado por los falangistas y la Guardia Civil como individuo peligroso. Hilario, nacido en Mendavia el 09-05-17. Soltero, jornalero. Asesinado con 19 años. Era miembro de la CNT. Hijos de Pascual Elvira Suberbiola y Florentina Martínez Romero, nietos de Marcos, Catalina y Anselmo. La casa familiar se encontraba en la calle Primicia 22.
Estanislao Lorenzo eran camionero, y conocía la ruta hacia el norte por sus viajes con el camión. Con Pedro Campos como socio, habían comprado el primer camión del pueblo. Con el trabajo del primer año lo pagaron, así que decidieron comprar otro. Sortearon el primero entre los dos, y le tocó a Lorenzo. Lorenzo pagó su parte a Pedro y Pedro compró otro en sociedad con Florencio Elvira Salcedo, su cuñado. Cuando deciden salir del pueblo, después de recoger entre la familia algún dinero, Estanislao toma la decisión de salir hacia el norte, dejándose guiar por las rutas que él conocía mejor. Su hermano menor lo sigue.
Todo esto se supo por testimonios de vecinos de Ozaeta y alrededores, en el año 1979, cuando en el contexto de la Operación Retorno, se exhumaron sus restos. El cura del pueblo de Ozaeta, al llegar los familiares convocó a concejo tocando las campanas y favoreciendo el proceso de exhumación. Allí se recabaron los testimonios. El párroco de Mendavia, José Fidel, ayudó al procedimiento mediante el envío de una carta al cura de Ozaeta. Cuando se exhumaron los restos, aparecieron con los cráneos destrozados, tal como señalaban los testigos. Finalmente fueron trasladados al cementerio de Mendavia.
Salvador
Sancho Sainz
nació el 15-12-1903. Se casó con Petra
Sainz Elvira y tuvieron dos hijas (Adoración y Rosario). Vivían en la calle
San Bartolomé. Salvador era jornalero y miembro de la UGT. Durante la
república, Salvador fue elegido concejal. Tras su destitución en el “bienio de
la derecha”, el 31 de mayo de 1935 la Unión de los republicanos convocó en
Madrid a una Asamblea de exconcejales, que se realizó el 5 de junio 1935.
Salvador Sancho pertenecía al Comité de Mendavia. Su participación política
durante la república fue suficiente para asesinarlo sin juicio alguno, en torno
al 14-10-36, según consta en el registro de defunción. En un primer momento,
Salvador, y León, su cuñado, pasaron al otro lado del Ebro, a la Rioja,
creyendo que allí el Golpe de Estado no se habría consumado. A los días
regresaron y se refugiaron en casas de familiares, donde pensaron que podrían
estar a salvo.
Relata Teresa Lecea: Salvador, que era primo de los Lecea, estuvo escondido con Gabina,
después de que le mataron a su marido, Manuel Lecea Sancho. En el primer piso
estaba la cocina. Cuando venía alguien, Salvador subía desde la cocina al
pajar. Su mujer venía a estar con Salvador, en horas de la noche. Después dejó
de visitarlo, por los comentarios que se podían ocasionar. Uno de esos primeros
días fue a casa de Gabina una mujer falangista. Salvador creyó que lo había
visto, y al otro día, como no estaba tranquilo, Salvador se fue.
Asun Miquélez transmite otro testimonio de Petra,
hermana de su abuela y mujer de Salvador: Petra
contaba que llevaba a las chiquillas a la casa de Gabina a peinarlas para que
las viera su padre que estaba escondido en el pajar; por un descuido, una de
las chiquillas vio a su padre, y dijo: ‘hay un hombre’; él, por miedo a que las
chiquillas hablaran, se marchó.
Son testimonios complementarios, que hacen ver el
riesgo que sintió Salvador de ser descubierto, y que apresuró su decisión de
salir del pueblo. Seguía contando Petra: Se
fue de Mendavia a buscar trabajo a un caserío al lado de Vitoria. Por algún
chivatazo, no se sabe de quién, fue una furgoneta de falangistas de Mendavia.
Él, al verlos llegar y conocerlos echó a correr y allí mismo lo mataron.
En el Libro de
registro de defunciones de Mendavia, se anota la fecha y el lugar probable
del hecho fatídico: 14 de octubre de 1936, en Alegría (Álava). Sin embargo, sus
restos no fueron encontrados.
La ruta que escogió Salvador, fue la del norte, y menos poblada, probablemente por Lazagurría (y no Los Arcos), Bargota, Santa Cruz de Campezo… evitando poblaciones de más habitantes. Luego se arriesgó a trabajar en Alegría, creyendo estar a una distancia prudencial de Mendavia. Pero no fue así. No contaba con la delación que acabó con su vida.
Salvador Sancho, a la derecha: en el
servicio militar.
Roque Ruiz Ruiz, había nacido en Mendavia el 16/08/1908. Era soltero, cartero, hijo de Elías y Genara. Roque era hijo del también cartero Elías Ruiz. Tanto el padre como el hijo se habían encargado de llevar el correo hasta el pueblo. Disponían de una diligencia con varios caballos. Las diligencias hacían el recorrido desde el pueblo hasta la Barca (y la estación del tren al otro lado del río Ebro), llevando y trayendo el correo y pasajeros.
En 1936 Roque sale de Mendavia. Aunque no ha sido
fácil recabar testimonios entre familiares, los pequeños datos que se han ido
obteniendo, situándolos en el contexto de la represión en Álava, permiten
presentar como más factible la siguiente hipótesis: Roque fue apresado en
Mendavia y logró escapar a sus captores cuando lo llevaban a fusilar (memoria
familiar). Se dirigió hacia Elciego en torno al mes de septiembre de 1936
(diversos testimonios lo sitúan allí). Nada mejor que Elciego, un pueblo
pequeño, para pasar desapercibido, pensaría tal vez. Allí se quedó, creyendo
sobrevivir, al menos durante el tiempo de la vendimia, escondido en alguna
cabaña, y si viera la oportunidad podría trabajar y recibir algún dinero, o
comida, a cambio de su trabajo. Allí le dieron comida y le liberaron de sus
esposas. Se sabe que unos falangistas mendavieses lo buscaron allí.
Una nota puede aclarar el contexto de represión en
esta región de Elciego y cercanías de Logroño y el riesgo que había desde un
principio para los mendavieses que pudieron tomar la ruta de Álava, intentando
evadirse del acorralamiento falangista en el pueblo:
La comarca
de Rioja, junto con la capital Gasteiz, era la zona de más arraigada tradición
republicana de Araba. Ello era debido fundamentalmente a la existencia de un
proletariado rural muy concienciado, tanto en Rioja alavesa, como en las zonas
limítrofes. A pesar de esta circunstancia, la mayoría de los ayuntamientos se
hallaban en manos de la derecha carlista. La sublevación del 18 de julio de
1936 incidió de forma muy desigual en los distintos pueblos de Rioja. Así,
mientras las requisas, incautaciones, multas y detenciones fueron prácticamente
generales en toda la comarca, los fusilamientos, con algunas excepciones, se
circunscribieron casi exclusivamente a Bastida, Biasteri y Elciego. Por lo que
respecta a la zona oriental, al estar muy cerca de Nafarroa y Logroño, fue el
mismo día 18 de julio cuando se comenzó a ver movimiento de requetés de la
zona, principalmente navarros, de Biana. Aparte de la represión ejercida por
requetés foráneos, los locales también realizaron sus labores de delación y
apedreamiento de casas de convecinos a los que se adjudicaba ideología
republicana o izquierdista. Todas estas acciones estaban dirigidas por los
caciques de los pueblos, la mayoría dirigentes de la junta de la Hermandad de
Labradores y Ganaderos y con grandes intereses en cuanto a terrenos y poder.
Esa misma labor de delación se realizó en Mendavia,
por lo que puede apreciarse.
Con respecto a Roque, lograron avisarle de la llegada de los falangistas de Mendavia, salió de Elciego y se dirigió al frente Norte, donde posiblemente se incorporó como miliciano al batallón 3 Larrañaga (MAOC 1). Era un batallón organizado por el PCE, compuesto por 645 hombres (III-37), con 295 (II-37) militantes del PC. Se ha encontrado una lista de milicianos de este batallón que lo incluye, junto a José Ruiz Ruiz.
Al caer Bizkaia, este batallón Larrañaga de la 11ª Brigada, se transformó en la 164 Brigada de la 50 División de Ibarrola. La nueva unidad vio mucha acción tanto en Santander como en Asturias, y pagó un duro precio. Ningún testimonio o documento revela detalles sobre la muerte de Roque ni el lugar de su enterramiento. Podría suponerse que murió en el campo de batalla o fue fusilado al ser detenido, posiblemente a finales de 1937. La UPNA y la Enciclopedia del Anarquismo lo dan por “muerto en Asturias durante la guerra”, en 1937.
Esta es la hipótesis más verosímil, con los datos hasta ahora recabados, aunque no se descartan otras. En particular, alguna memoria aislada señala el asesinato de Roque en la misma población Elciego, con lo que habría que desplazar la fecha, hasta después de la caída de Bilbao.
Fuentes utilizadas:
Jesús Pablo Domínguez Varona
y Aiyoa Arroita Lafuente. Blog: Crónicas
a pie de fosa,
https://cronicasapiedefosa.wordpress.com/2016/10/29/bruno-ruiz-de-apodaca-asesino-franquista-alaves/
Iñaki Gil Basterra. Artículo: Araba en 1936. Guerra y Represión.
http://arturocampion.com.ar/libros/Guregandiks/gure5/5.%20gil.pdf
Universidad de Navarra. UPNA, web oroimena.
Miguel Íñiguez. Enciclopedia histórica del anarquismo
español.
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