Actualizado aquí: 2021
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Crisis del proyecto de Estatuto de Autonomía
En Navarra, el
proyecto de Estatuto fue aprobado en la Asamblea de Estella el 14 de junio de 1931. Un 83,3 % de los municipios de las cuatro
provincias se mostró favorable, tras pequeñas enmiendas. En nueva Asamblea de
Pamplona del 10 de agosto, tras el estudio de la propuesta por comarcas, el
89,83% (200 de 220) de los municipios navarros se mostraron a favor del
Estatuto Vasco-navarro. Tras la proclamación de la nueva Constitución
republicana, la unidad en torno al Estaturo se va resquebrajando. En la
asamblea intermedia del 31 de enero de 1932 la actitud de Comunión
Tradicionalista, que dejó libertad de voto a sus miembros, como la de un
importante sector de la izquierda navarra que se oponía al estatuto conjunto,
llevó a que un total de 69 ayuntamientos
de 229 se opusieran al estatuto conjunto (35% de oposición). A partir de
entonces fue creciendo la oposición. El PSOE y los liberales lo rechazaron en
Navarra por su carácter conservador en cuestiones sociales. Los carlistas, que
tenían un siglo luchando por el fuero vasco-navarro, también se opusieron. Unos veían
el estatuto como demasiado liberal y progresista. Otros pensaban ya en su
proyecto de rebelión contra la
república. Algunos republicanos, en cambio, lo apoyaban decididamente
entre otros motivos porque ya veían en Navarra un bastión del
ultra-conservadurismo, y la unión con las provincias vascas permitiría una
correlación de fuerzas de la izquierda más fortalecida.
En la polémica
asamblea definitoria del 19 de junio de 1932 en
el Teatro Gayarre de Pamplona los ayuntamientos navarros no aprobaron el
Estatuto común. Jurío afirma que en esta asamblea no se respetó la voluntad de
los municipios navarros. Según el acta oficial se pronunciaron contra el
estatuto el 53,04 % (123 ayuntamientos). Lo apoyaron 109 (39,72%) y se
abstuvieron 35 (8,24%), de los 267 municipios navarros. La Voz de Navarra, favorable al Estatuto, tras las investigaciones
municipales correspondientes, dio como datos “reales” (por tanto, no lo que sus
delegados votaron en la asamblea, sino lo que los municipios expresaban) 122 ayuntamientos a favor, 116 en contra y 29
abstenciones. Las denuncias de traición de los representantes y de cohecho no
lograron cambiar las cosas. Navarra siguió apegada al fuero de 1841. El Diario de Navarra fue el portavoz
principal en contra del Estatuto.
La asamblea de
ayuntamientos de Álava, Guipúzcoa y Vizcaya que tuvo lugar en Vitoria en agosto
de 1933 y la celebración del referéndum el 5 de noviembre del mismo año
cerraban las puertas a la posibilidad de que Navarra se reincorporase al
Estatuto Vasco antes de que éste llegara a las Cortes, en diciembre de 1933.
Para Jimeno
Jurío, entre otros, en base el estudio de lo sucedido en la asamblea de junio
de 1932, “Navarra nunca dijo no al Estatuto Vasco”. Sin embargo los datos más
optimistas daban un apoyo muy justo al Estatuto que no alcanzaba el 2/3
requerido. Es necesario preguntarse por qué había crecido el rechazo desde las
asambleas anteriores. Santiago de Pablo enumera algunas razones, que si bien no
explican totalmente el cambio habido, ayudan al análisis. Factor político: sólo
los nacionalistas estaban entusiásticamente interesados en la aprobación del
Estatuto. Factor cultural: la mayor parte de los municipios que más
rotundamente se oponían al Estatuto estaban situados en la Ribera. Factor
religioso: la iglesia católica se opuso al Estatuto. Factor particularista o
"navarrista": la tradición foral, la conciencia por parte de la población de la época de la existencia de una historia, unas instituciones y
una vida propia alimentada por el miedo al predominio de Vizcaya y Guipúzcoa,
provincias industriales, en una Comunidad autónoma en la que Navarra,
predominantemente agrícola, saldría perjudicada económicamente. Sin embargo, es
lícito preguntarse el motivo por el cual el navarrismo de derechas no aprovechó
la oportunidad, tras el rechazo al Estatuto vasco-navarro, para configurar un
nuevo marco de autogobierno para Navarra, cuando contaba con el apoyo del 70
por ciento del electorado. La derecha navarra, comprometida como estaba con el
derribo de la República, no estaba interesada en asumir los retos que entrañaba
la construcción de una entidad autonómica; se encontraba mucho más cómoda en el
marco conformado por la Ley de 1841, en el que una capacidad competencial
administrativa y fiscal relativamente amplia estaba en manos de sólo siete
personas que no estaban sometidas a prácticamente ningún control, pudiéndose
configurar así los entramados de intereses que se suscitaban entre las élites oligárquicas navarras.
En la Asamblea
de 1932, por Mendavia participó el socialista Jesús Pastor; y el voto del
ayuntamiento mendaviés fue en contra del Estatuto. Mendavia, probablemente por
la postura general de los socialistas en Navarra y por ser parte de la Ribera-frontera, siempre
estuvo en contra.
Elecciones a
cortes en Navarra (1936)
En las
elecciones a Cortes de febrero de 1936 los partidos de izquierda (IR, PSOE,
PCE, ANV e
independientes) se coaligaron en el Frente Popular, el PNV se presentó de forma aislada y el
"Bloque de Derechas" agrupó a carlistas, CEDA, los monárquicos
independientes con el influyente director del Diario de
Navarra, Raimundo García García "Garcilaso"
y el apoyo de Renovación Española, sin participación. Falange
Española dio libertad de voto. El Bloque de Derechas volvió a utilizar la
táctica que tan bien le había funcionado en 1933 y obtuvo las 7 actas de
diputado en juego para Navarra. En la elección, que era nominal y no por listas
cerradas, consiguió el Bloque de Derechas (Comunión Tradicionalista y Unión
Navarra) una media de 71,6% de los votos. El Frente Popular (de la izquierda,
que está vez sí acudió unida) obtuvo el 21,7% y el PNV, que presentaba a un
único candidato, Manuel de
Irujo, el 9,2%. Sin embargo en la Ribera y en algunos municipios como la capital y Tafalla, el Frente Popular
obtuvo resultados por encima de la media provincial, logrando mayoría en 15
municipios, entre ellos Mendavia.
Los resultados
electorales de Mendavia fueron los siguientes: En la Villa, de 819 inscritos:
434 votó por la derecha, 274 por la izquierda. En el Arrabal, de 987 inscritos:
319 por la derecha, 520 por la izquierda. El 39% en la Villa y el 62% en el
Arrabal votaron por la izquierda, mejorando la izquierda los resultados
electorales anteriores, principalmente en el Arrabal. La suma de votos, 1555
sobre los 1806 inscritos, dio un 86% de participación, aumentando sensiblemente
la participación. La relación de votos totales 794/753 dio la victoria a la
izquierda, con un 51%.
La
conflictividad en el campo mendaviés volverá a resurgir tras esta victoria
del Frente Popular, al reclamarse la aplicación de la paralizada Ley de
Reforma Agraria y el cambio inmediato de la Gestora provincial.
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