(Escrito en construcción, con informaciones nuevas, a partir de la entrevista realizada por Félix Ángel Valerio a la hija de José Gurucharri, Carmen Abáigar Zalduendo, en noviembre de 2019).
José Gurucharri
Martínez nació, probablemente, en Morentin, Navarra, en el año 1899. Contrajo matrimonio
con la mendaviesa Crescencia Abáigar Zalduendo el día 2 de octubre de 1929 (Diario de Navarra, 26-9-29).
Familiares de
Crescencia en el pueblo eran sus hermanos Moisés y Soledad, y sus padres, tíos
y primos. La familia de José vivía en una casa de la Plaza de los Fueros, y al
frente vivía una tía de Crescencia, Manuela Zalduendo, que era dueña de una
carnicería. Otra tía era Marcelina. El padre de Crescencia murió joven, pero su
madre y su hermano vivieron con ella durante bastantes años después.
Su hija Carmen
recuerda, con alguna duda, que José había estudiado en algún colegio religioso
(tal vez de maristas, en Pamplona desde 1905). Una vez obtenida esta formación consiguió
el cargo de Secretario del Ayuntamiento de Mendavia, en tiempos de la dictadora
primorriverista; cargo en el que se mantuvo, durante los años 1929 y 1930.
Instalada la
Segunda República en Mendavia, fue Prudencio Cámara Ripa quien lo sucedió como
Secretario y Juez desde 1931 hasta 1934. Julián Sainz Martínez fue Juez en el
bienio republicano de la derecha, entre 1934 y 1936; y también durante la
guerra, hasta 1938. Fermín Leza también fue Juez, temporalmente, durante 1935,
1936 y 1939. Sin embargo, en los momentos de crisis institucional, del período
1934 a 1936, aparece de nuevo como secretario José Gurucharri, con carácter de
interino, en dos ocasiones, en 1935 y 1936. Su presencia se revela con la firma
de los libros de Registro de nacimiento y defunción.
Durante estos años
de la República, el matrimonio de José y Crescencia tuvo tres hijos: José
(n.1932), María Celia (n. 1933) y Carmen (n. 1935); los tres nacieron en
Mendavia.
El Golpe de estado
sorprendió a José en su función de Secretario Municipal. Ante la destitución
del alcalde y los nuevos nombramientos, protestó el procedimiento, advirtiendo
que la autoridad militar no tenía atribuciones para hacer tales nombramientos.
Ellos se impusieron por la fuerza. Este detalle es documentado por SAINZ I. y
ELVIRA Á. (2017): Mendavia, su pasado.
Ayuntamiento de Mendavia; y VVAA. (2008). Navarra
1936. De la esperanza al terror. Tafalla: Altaffayya Kultur Taldea.
Su hija Carmen
mantuvo la memoria, narrada por su madre, de las dificultades por las que hubo
de pasar su padre. Fue él mismo quien pidió el traslado del cargo a Sangüesa.
Decía para sí: “No hay por qué matar a la gente. Yo me he jugado la vida por
defender a los de la derecha durante la República, y ahora resulta que vienen
los de derechas, y empiezan a matar a los otros. Yo me marcho de aquí. No
quiero sufrir tanto”. Así que solicitó el traslado, y consultó la posibilidad
de ir a Sangüesa, donde el Secretario de allá aceptó venir a Mendavia, y se
realizó el intercambio.
En coherencia con
su postura de salvar vidas, José escondió a algunos paisanos de izquierda que
estaban en peligro. Se puede conjeturar que fueran algunos familiares por parte
de la madre, pues varios de los Zalduendo eran de izquierda.
Apenas dos o tres
años después de su traslado a Sangüesa con la familia, se presentó una
situación inesperada para él. El mes de mayo de 1939 (¿1938? ¿1940?) se sucedió
un incendio en el Ayuntamiento de Sangüesa, durante cierta noche. Avisaron a
José, y pensando en salvar los papeles de los Archivos, acudió allí. Algunos
vecinos echaban agua, mientras él entraba y salía resguardando documentos.
Entre el humo, las
llamas y el agua, resultó afectado gravemente y hubo de ser atendido por el
médico que no supo cómo salvarlo. Fue llevado a Pamplona, pero tampoco pudieron
salvarlo. Así murió este hombre, que intentó mantenerse fiel a sus ideales y
principios. Era un hombre joven, de apenas 40 años.
Su mujer
Crescencia, decidió trasladarse a Pamplona, con sus tres hijos, pues allí vivía
la familia de José. El hijo mayor murió pronto, a los doce años, en 1944.
El hermano de
Crescencia, Moisés Abáigar Zalduendo, soltero, de 29 años, fue enviado a la
guerra el 03/12/1936. Estuvo en el frente de Teruel. “Fue con el pelo negro y
volvió con el pelo blanco” –repite su sobrina. Regresó de la guerra cuando ya
José Gurucharri había muerto. Se quedó viviendo en Pamplona con su hermana y su
madre. “Llegó tan roto que no se casó”.
Esta es la
historia que nos queda de un hombre que, siendo de derechas por formación, supo
tender puentes hacia sus paisanos de izquierda, rechazó las matanzas, y trató
de cumplir con rectitud su papel de Secretario Municipal, allá donde estuvo.
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