Vistas de página en total

jueves, 27 de octubre de 2016

HOMILÍA DE UN HIJO DE REPRESALIADO (Extractos)



Un amigo del pueblo me hizo llegar una Homilía, de la que he realizado un amplio extracto. Agrego, al final, un enlace de youtube con otra Homilía del cura de Lodosa, hijo también de represaliado.

El perdón no significa olvido. La historia debe ser reescrita. Los tenidos por malos fueron personas que defendieron la justicia en una sociedad de injusticia. Las autoridades civiles y religiosas mancharon sus manos con sangre inocente. Sólo en el amor, podremos construir una sociedad en Verdad, Libertad, Convivencia Pacífica y Justicia Social. 

Por aquí discurre el emotivo discurso -por directamente afectado- que aún hoy eriza la piel, y que ilumina la realidad de nuestros pueblos, tanto en la compleja actualidad política y social de España, como en la situación del pueblo venezolano, con un gobierno legítimamente constituido por sufragio popular, amenazado -sin embargo- por los intereses del capital nacional y transnacional.

HOMILÍA PRONUNCIADA EN PERALTA EN MEMORIA DE LOS ASESINADOS DEL 36

                                                                                                     8-10-78

Es, hermanos, un acto pura y llanamente de piedad filial, de oración, donde el odio y el rencor no tienen cabida por nuestra parte, y sí la tienen la reconciliación, el perdón, la fraternidad y la paz.
Pero, hermanos, reconciliación, perdón, fraternidad y paz con todos no quiere decir "olvido de los nuestros". ¿A título de qué se nos puede exigir o rogar que lo hagamos? ¿Es que acaso tenemos algo de qué avergonzarnos de nuestros muertos, cuyas vidas fueron dechado de honradez y hombría en el seno de las paredes domésticas, en su trabajo diario, en nuestras calles públicas?
Hombres que, como sabéis muy bien, y a pesar del analfabetismo, incuria y abandono de las masas populares (de las que ellos eran parte integrante) por la burguesía acaparadora de todos los privilegios, supieron ver con claridad meridiana que una SOCIEDAD construida sobre unas estructuras que agrandaban más las "diferencias", donde unos pocos lo tenían todo y los otros nada, no podía ser justa, ni humana, ni cristiana, ni nada de nada.
Decidme, hermanos, si defender estos valores de una mayor igualdad social entre los hombres, donde la Ley sea igual para todos, donde la explotación de unas minorías sobre el pueblo se vea erradicada, así como todo lo que huela a "trato especial", a "privilegios", decidme, repito, si defender estos objetivos es un delito?.
Al fin y al cabo estaban con el poder de la República, legítimamente constituida por sufragio popular. Y sus vidas, oídlo bien, fueron brutalmente cortadas por manos asesinas. Allí no hubo proceso, allí no hubo abogados, allí no hubo nada legal, porque no podía encontrarse razón ni motivos para ello. Por eso precisamente se hermanaron diabólicamente en nuestro pueblo (y en tantos y tantísimos pueblos de España) la oscuridad nocturna, la alevosía, el engaño y la envidia para quitárnoslos para siempre "acá abajo" de nuestros OJOS.
Nuestras familias de aquel entonces, hermanos todos, serían humildes, con escasísima cultura, analfabetas si queréis, pero no necias. Y aunque los tratados de ordenamiento jurídico son algo que les superaba, como es natural, sabían muy bien que las "RESPONSIBILIDADES" por los asesinatos de sus muertos eran también diversas: Los que componían la "JUNTA DE GUERRA LOCAL", los que ordenaron a quiénes había que matar, los ejecutores materiales, sus acompañantes, etc., etc...
Y responsables de nuestros muertos, duro es confesarlo, Señor, lo fueron las Autoridades CIVILES Y ECLESIASTICAS. La Iglesia, en zonas de España, y en Peralta se manchó las manos con sangre inocente de sus propios hijos, para más “INRI”, de todos cuantos humildemente nos declaramos "miembros de la misma". Ellos, que tenían que ser sembradores de paz, predicadores del EVANGELIO, que es ANUNCIO GOZOSO DE VIDA abundante, se convirtieron en instrumentos de discordia y de muerte.
Hermanos: Desde aquí yo, sacerdote de la iglesia, aunque pecador, hijo también como vosotros de uno de los 90 asesinados, os pido perdón; sí os pido perdón en nombre de la IGLESIA.
Tengo para mí como un "pecado monstruoso", sostenido a ciencia y conciencia desde las altas esferas del poder, a lo largo de estos 42 años, el hecho de no haber dado, "ellos”, ni un paso para "RECONCILIAR" a las dos ESPAÑAS, el haber hablado siempre como "VENCEDORES", el haberse apropiado del solar común en beneficio exclusivo y propio, el haber tergiversado deliberadamente la HISTORIA española, ocultando todo aquello que les denigraba y escarnecía, el habernos reducido a todos a 42 años de silencio y miedo, el haberse arrogado el título de "BUENOS", descargando sobre todos nosotros el de "MALOS".
En aquel entonces (yo contaba 5 añitos), y en los años que siguieron a la guerra civil, al convivir con vosotros y vosotras: madres, hermanas, primos, tíos, y ver cómo erais, capté vivencialmente que todos nuestros seres queridos ni eran unos rojos, ni unos ateos, ni unas malas personas. Convicción profunda que iba agrandándose más en mí, cuando con el correr del tiempo mi santa madre (como las que todavía vivís hoy y las que ya murieron), nos repetía en casa, de memoria (¡Cuántas veces no lo habría releído!) un comunicado que le hizo llegar nuestro padre, como lo hubiera podido remitir y decir en verdad cualquiera de sus 89 compañeros. Estos ni tan siquiera unas horas estuvieron encarcelados. Fueron sacados de la cama y llevados a la muerte.
"No sé qué suerte será la mía. Sólo me tranquiliza el pensar que a nadie he hecho daño y así me lo recompensarán. Si por error de la justicia ocurriera lo contrario, quereos y ayudaos todos mucho. Besos y abrazos para todos. Adiós. Valentín".
Nosotros, Señor, vamos a ofrecerte en esta Eucaristía, siguiendo le exhortación de tu Apóstol, el dolor de la separación violenta e injusta de nuestros muertos, los trabajos y artículos de consumo sin remunerar, y las cosechas expoliadas en aquellos meses de infierno; la afrenta de cuantas mujeres fueron rapadas, tratándolas como vulgares mujerzuelas indeseables, y paseadas así varias veces y en diferentes días por el pueblo; la vida arrastrada de todas nuestras madres por campos, fábricas y casas para sacar adelante a sus hijos huérfanos; la carencia de pensiones de viudez para nuestras madres, entonces jóvenes y cargadas de criaturas pequeñas, la "marginación sistemática" a que hemos sido sometidos a la hora de acceder a puestos o mejoras de niveles de vida... En fin, Señor, te ofrecemos la dilación y la demora -¡no por nuestra parte!- en llevar a efecto estas honras fúnebres en el régimen anterior por constituir un delito contra la seguridad del Estado.
Estoy esperanzado cara al futuro, hermanos. Pienso que los descendientes de nuestros muertos han ido uniendo sus vidas con compañeros, con compañeras, descendientes a su vez de hombres que, llevados por la ceguera la envidia y la pasión, o incitaron a matar, o mataron, o se alegraron de sus muertes, o simplemente fueron del bando contrario. Jóvenes parejas así formadas, mi enhorabuena, mi felicitación por el camino elegido para acabar con esta separación. No hay otro. Solo el AMOR.
Hermanos: Vamos a pasar a celebrar la Liturgia de la Eucaristía, lo que quiere decir comulgar con el programa de VIDA, de Jesucristo: LIBERTAD, JUSTICIA, RESPETO a la PERSONA, ENTREGA GENEROSA a los demás, alejando de nuestras vidas los odios, las rencillas, las envidias, los egoísmos.
…damos las gracias a cuantos de Andosilla, Berbinzana, Caparroso, Cáseda, Falces, Funes, Gallipienzo, Marcilla, Milagro, Monreal, Muruarte de Reta, San Martín de Unx, Tafalla y Unzué han estado a nuestro lado mientras desenterrábamos a los nuestros con su trabajo, con sus informaciones, con sus lágrimas, con su oración, con su propio dolor por los suyos.
Damos las gracias a cuantas autoridades nos han facilitado este retorno o nos han dejado medios eficaces de búsqueda de los cadáveres; a nuestro ilustre AYUNTAMIENTO de Peralta por la cesión de terrenos para el mausoleo y por su ayuda en metálico; al clero de nuestra Parroquia, a tantos peralteses que con tanto AMOR y SACRIFICIO han preparado este día y a cuantos sacerdotes de dichos pueblos han hecho gestiones para hacer realidad este día, nos han acompañado en esos emocionantes momentos por barrancos y cunetas, exteriores e interiores de cementerios. GRACIAS, compañeros en el ministerio sacerdotal, por hacer "letra viva" cuanto el Concilio Vaticano II dice sobre la IGLESIA en el mundo actual:
"Los gozos y las esperanzas de los hombres de nuestro tiempo sobre todo de los pobres y de cuantos sufren, son a la vez gozos y esperanzas, tristezas y angustias de los discípulos de Cristo".
PERALTESES: Hoy, de nada nos serviría esta EUCARISTIA, si no salimos de aquí "mejores personas" de lo que hemos entrado, y firmemente convencidos y decididos a no repetir NUNCA, NUNCA, NUNCA esta escena. Virgen de NIEVAS, Madre de un ajusticiado, que sufriste también las amarguras del asesinato de tu hijo inocente, contágianos de tu perdón, de tu unión con Dios y con los hermanos en un servicio permanente a la VERDAD, a la LIBERTAD, a la CONVIVENCIA pacífica y a la JUSTICIA social por un Peralta cada vez mejor y más justo. Así sea.
Peralta, Octubre 1.978


Puede escucharse esta otra homilía del cura de Lodosa, hijo también de represaliado.


https://www.youtube.com/watch?v=Iisnbqj5SEQ

No hay comentarios:

Publicar un comentario