Consumo de abonos en España y Navarra, y rendimiento del trigo
Dada la escasez de fertilizantes
orgánicos, en un primer momento se pensó que el desarrollo de los abonos
artificiales traería la solución a los bajos rendimientos del secano. Su uso
creció espectacularmente. Véase especialmente el salto entre 1908 y 1931.
Gallego (1986) presenta los datos para España, separados por composión, y Virto
para Navarra, en forma general. El cálculo de incremento porcentual es propio.
Consumo de
abonos de origen mineral, 1908-1931
En miles de
toneladas
nitrogenados
|
potásicos
|
fosforosos
|
Total
en España
|
Navarra
|
|
1908, 1911
|
14
|
5
|
54
|
73
|
16
|
1930/5, 1931
|
71
|
25
|
166
|
262
|
50
|
Incremento (%)
|
507,14%
|
500,00%
|
307,41%
|
358,90%
|
312,50%
|
Puede notarse que el uso de los abonos
minerales se incrementa en apenas dos décadas, entre 3 y 5 veces, siendo un
poco menor el incremento en Navarra que en el promedio de España.
Es interesante observar los cambios en
la superficie sembrada y rendimientos del trigo en España.
1905-14
|
1926-35
|
|
Superficie
sembrada en miles de ha.
|
3,805
|
4,610
|
Producción
en miles de Tm
|
3,330
|
4,128
|
Rendimientos
en Tm/ha
|
0,88
|
0,90
|
Ìndice
de rendimiento
|
100
|
102
|
Índice
de uso de abonos
|
100
|
371
|
La superficie sembrada, dedicada al
trigo, aumentó levemente al igual que la producción. El consumo de abonos se
disparó, pero no logró ni con mucho el mismo efecto sobre el rendimiento, que
se mantuvo casi igual.
En mayo 1913, Ignacio Aramendía es representante
de ventas, en Mendavia, de azufre negro precipitado, usado para el tomate,
pimiento, patata y alubias.
Maquinarias agrícolas
El utillaje básico lo constituían azadas
o azadones, hoces y guadañas, trillos de pedernal, el arado romano en sus
distintas variantes, etc. Y eso que desde mediados de siglo se habían ensayado
con mayor o menor éxito las segadoras y sembradoras mecánicas, los arados y
otros artefactos. Se iba difundiendo con lentitud el uso de los arados de
vertedera y los trillos de discos.
Arados
de vertedera, segadoras y trilladoras, son los nuevos avances técnicos en el
campo, junto con el uso de los ya mencionados fertilizantes.
En Navarra, la evolución de la
maquinaria fue lenta y pasó por algunos traspiés. En 1910, en tan sólo una
pequeña región de Navarra, más de una docena de trilladoras Rushton Procter
& Cª fueron abandonadas, ya que resultaban demasiado complicadas, requerían
un mecánico experto para manejarlas y fueron consideradas no rentables. Muchas
se ponían a la venta, a menudo tras sólo un año o dos de uso, a la mitad del
precio original, o menos aún.
Poco después, el principal responsable
de la difusión de maquinaria iba a ser el movimiento cooperativo. Pronto hubo
unas 130 segadoras, atadoras y agavilladoras en el pueblo de Sesma, y "más
de 150" segadoras y atadoras pertenecían antes de la Primera Guerra
Mundial a los socios de la Caja de Carcastillo. La concentración de
cooperativas en el interior, y especialmente en regiones de pequeños
propietarios, ayuda a explicar por tanto la amplia difusión de segadoras
mecánicas, aunque las máquinas trilladoras siguieron siendo raras.
Para el año 1932 el de las trilladoras
se había extendido notablemente. Veáse los datos para España en la tabla
siguiente:
Distribución
regional de la maquinaria de recolección de cereal, 1932
Mediterráneo
|
Andalucía
|
Interior
|
ESPAÑA
|
|
Superficie
de cereales
miles ha
|
761
|
1.331
|
5.640
|
7.943
|
Nº
de segadoras
|
3.153
|
5.711
|
61.447
|
70.341
|
Nº
de trilladoras
|
624
|
567
|
3.000
|
4.999
|
Ha/segadora
|
241
|
233
|
92
|
113
|
Ha/
trilladora
|
1.219
|
2.347
|
1.880
|
1.589
|
Fuente AEPA, año
1932
Según otros cálculos, a cada segadora
moderna en 1932 le correspondían 23,9 hectáreas en Navarra y 111,2 en España.
Además, cada trilladora y cosechadora trillaban un total de 2.337 quintales
métricos de cereal en Navarra y 14.065 en España.
De dos tablas más correspondiente a
Navarra se pueden inferir algunos otros datos más. Aunque con algunas
divergencias con los anteriores, ofrecen bases para los propios cálculos.
Año
|
1932
|
1936
|
1942
|
Segadoras agavilladoras
|
739
|
566
|
939
|
Segadoras atadoras
|
5604
|
5470
|
5353
|
Cosechadoras
|
98
|
111
|
98
|
Empacadoras
|
243
|
225
|
259
|
Trilladoras
|
813
|
932
|
1070
|
Aventadoras
|
580
|
532
|
551
|
Desgranadoras
|
400
|
529
|
657
|
Seleccionadoras de granos
|
288
|
236
|
246
|
Máquinas
agrícolas en 1931
Tractores
|
298
|
Sembradoras
|
2.294
|
Arados romanos
|
22.203
|
Trilladoras
|
595
|
Segadoras-atadoras
|
5.212
|
Trillos ordinarios
|
2.061
|
Si en Mendavia en 1930 había 3,12 miles
de Ha. de secano, según cálculos propios y datos anteriores, podrían estimarse,
considerando ambas tablas, en torno a 40 segadoras, y 14 limpiadoras de cereal
y grano (trilladoras y otras). Faltaría contrastar estos datos con fuentes
orales y escritas del propio pueblo, hasta ahora imprecisas.
Riego a motor
Hacia 1916, la mayor parte de las
superficies regadas en Navarra se basaban en el principio de gravedad. Entre
1916 y 1932 la mecanización del riego había adquirido dimensiones
espectaculares, y continuaría en esa línea, vertebrada en torno a las
alternativas técnicas del motor eléctrico y del motor de combustión interna,
durante los años treinta, decantándose claramente durante la postguerra por la
opción del motor de gasolina. Obsérvese el salto:
Sistema
|
1895
|
1916
|
1932
|
1942
|
1959
|
máquinas de
vapor
|
3
|
0
|
0
|
0
|
0
|
turbinas
|
4
|
5
|
0
|
0
|
0
|
motores eléctricos
|
0
|
4
|
132
|
173
|
152
|
motores de gasolina
|
0
|
0
|
111
|
132
|
381
|
motores de gas
pobre
|
0
|
0
|
2
|
6
|
0
|
motores de
aceite pesado
|
0
|
0
|
21
|
9
|
69
|
total de
bombas elevadoras
|
7
|
9
|
266
|
320
|
602
|
ruedas
hidráulicas
|
4
|
4
|
-
|
-
|
-
|
norias
|
-
|
-
|
163
|
143
|
115
|
molinos de
viento
|
-
|
-
|
10
|
24
|
2
|
A este incremento ayudó, qué duda cabe,
el «plan de auxilios a obras hidráulicas con destino a riegos», en vigor entre
el 5 de julio de 1923 y el 17 de diciembre de 1927. Con ello la Diputación
había asumido la promoción de obras hidráulicas mediante la exención temporal
de recargos en las contribuciones, la concesión de subvenciones de hasta el 25%
de lo presupuestado y la entrega de anticipos sobre el mismo, reintegrables en
dos años a partir de la finalización de la obra.
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