Al campo de concentración de Mathaussen-Gusen
Ángel Alegría Mateo,
de la CNT, fue exterminado el 1-1-42 en el campo de concentración de Gusen, Austria.
Ángel Alegría (CNT), nacido en Mendavia el 3 de octubre de 1918, forzado a alistarse
en el Tercio, se evade y logra pasar a Francia con su amigo Félix Gonzalo y otros;
fueron enrolados en el ejército francés, integrados en compañías de trabajo para
labores defensivas del frente, apresados por los alemanes y conducidos al campo
de concentración de Gusen. Ángel enfermó, por lo que lo ejecutaron e incineraron
en Gusen, Austria, el 1 de enero de 1942.
Un año antes, el
1 de enero de 1941, los campos en Gusen y Mauthausen se habían convertido en los únicos campos de la categoría III, “campos sin
retorno”, en el Tercer Reich.
Todos los españoles
que acabaron en los campos de concentración nazis se habían exiliado en Francia
tras la victoria franquista de 1939. Los españoles que estuvieron recluidos en los
campos de concentración nazis, de los que hay constancia documental, ascienden a
9.328. De ellos murieron 5.185, sobrevivieron 3.809 y figuran como desaparecidos
334. La mayoría de ellos perecieron en Gusen, un subcampo situado a 5 kilómetros
de Mauthausen. A él fueron a parar 5.266 españoles de los que fueron asesinados
3.959.
Los primeros deportados
a Gusen sirvieron en las filas del Ejército francés durante la Segunda Guerra Mundial,
capturados por los nazis en junio de 1940; los primeros republicanos llegaron el
6 de agosto de 1940. Eran 400 hombres trasladados desde el campo de prisioneros
de guerra de Moosburg, cercano a la ciudad alemana de Múnich. En un plazo de poco
más de un mes llegarían otros cinco convoyes cargados con cerca de 900 españoles. El flujo prácticamente se detuvo hasta que en
diciembre de 1940 comenzó el gran desembarco. Entre el 13 de diciembre y el 27 de
enero de 1940 llegaron más de 3.000 españoles a bordo de tres grandes transportes.
Otros 1.300 lo harían entre marzo y abril de 1941. A partir de ahí, y hasta diciembre,
los ingresos se redujeron notablemente y apenas llegaron 600 hombres repartidos
en pequeños grupos.
En el plazo de un
año la población de Gusen creció de 800 a 4.000 internos a primeros de 1941. Debido
a la abundancia de trabajo en la cantera de Gusen, la DEST decidió a construir la
cantera más grande de Europa en ese sitio. El trabajo de construcción pesado fue
hecho por millares de presos españoles enviados a Gusen en 1941. En el momento en
que la cantera de piedra fue operativa, aproximadamente 2.000 españoles habían muerto
en su construcción.
La gran deportación
española a Mauthausen-Gusen concluyó el 19 de diciembre de 1941, con la llegada
del último convoy con más de 300 republicanos, procedentes del stalag XVII-B,
situado junto a la ciudad austriaca de Krems. Desde entonces y hasta el final de
la guerra seguirían entrando españoles con cuentagotas. La práctica totalidad de
ellos eran miembros de la Resistencia francesa capturados por la policía francesa
de Pétain y por la Gestapo y conducidos a los campos en 1942, 1943 y 1944.
El Régimen franquista
negoció con la cúpula del Reich y con el gobierno colaboracionista de Pétain el
traslado de todos ellos a campos de concentración donde debían ser exterminados.
Podría pensarse que los españoles recibirían el triángulo rojo de prisioneros políticos,
como de hecho ocurrió, años más tarde, en el resto de los campos. Sin embargo, en
Mauthausen, los republicanos españoles recibieron el triángulo azul que les distinguía
como apátridas. Un triángulo azul sobre el que aparecía escrita una «S» que les
definía como spanier, es decir, como apátridas españoles. Los españoles perdieron
la vida de todas las formas imaginables: fusilados, apaleados, gaseados, ahorcados,
con duchas frías… Sin embargo, la mayoría pereció por el hambre, el trabajo esclavo
y unas condiciones sanitarias deplorables que provocaban todo tipo de enfermedades.
Entre los mendavieses liberados de campos de concentración se encuentran Teófilo
Elvira, liberado el 10/03/1945 (en este caso del campo de Sachsenhausen) y Félix Gonzalo Sainz, liberado el 05/05/1945 de Mauthaussen.
Los maquis en Glières
Entre los que lograron pasar a Francia, algunos se organizaron
para seguir manteniendo la guerra de guerrillas contra Franco. Era los llamados maquis. Victoriano Ursúa era
uno de ellos.
El 31 de enero de
1944, fue declarado el estado de sitio en la Alta Saboya. Cualquiera que fuera descubierto
en posesión de armas o ayudando a los maquis sería objeto de consejo de guerra y
ejecución inmediata. Buscados por la policía de Vichy y mal provistos, la mayoría
de los maquis se agruparon en la meseta de Glières para la creación de la base de
operaciones según lo previsto. Poco después, un centenar de resistentes comunistas
franceses y alrededor de 50 republicanos españoles se unieron a sus fuerzas para
conseguir refugio y obtener armas. El Teniente Tom Morel dio la bienvenida a todos
los voluntarios y no despreció a los combatientes comunistas como el gobierno de
Vichy intentaba para dividir la resistencia. Desde el 13 de febrero, los cuatrocientos
cincuenta maquis, bajo el mando de oficiales del 27 batallón de chasseurs alpins, fueron asediados por dos
mil Milicianos y la policía francesa. A pesar de que sufrían de hambre y frías condiciones,
recogieron tres abastecimientos paracaidistas que contenían de alrededor de trescientos
contenedores repletos de armas pequeñas (subfusiles Sten, fusiles Enfield, ametralladoras
ligeras Bren y granadas Mills) y explosivos. La gran desventaja de los maquis para
cualquier acción militar de envergadura era su falta de armas pesadas: en la meseta
de Glières, el batallón sólo tenía varias antiguas ametralladoras pesadas y dos
morteros de 81 mm.
Después de una sangrienta
escaramuza con las fuerzas de Vichy, habían llegado a un acuerdo por el cual ambas
partes se mantendrían neutrales temporalmente. Sin embargo, cinco maquis fueron
tomados prisioneros por la policía de Vichy. Indignado por dicha traición el Teniente
Tom Morel decidió tomar rehenes. Así, en la noche del 9/10 de marzo de 1944, ciento
cincuenta maquis rodearon el pueblo de Entremont y capturaron sesenta miembros del
GMR de Vichy (policía especialmente formada para luchar contra la Resistencia) pero,
en esta acción, el comandante en jefe, el Teniente Tom Morel, fue asesinado a traición.
El gobierno de Vichy
convino la intervención de fuerzas alemanas en el caso de que las fuerzas de Vichy
no hubiesen reducido rápidamente la rebelión abierta en Glières. El 12 de marzo
de 1944, después de tuviese lugar el mayor abastecimiento paracaidista Aliado, los
alemanes comenzaron a bombardear la zona con aviones de ataque terrestre. La RMG
y la Milicia francesa realizaron varios ataques, pero terminaron en fracaso. Finalmente,
el 23 de marzo, tres batallones de la 157ª División de Reserva de Wehrmacht y dos
batallones de policía alemana, con más de cuatro mil efectivos, ametralladoras pesadas,
morteros de 80 mm, cañones de montaña de 75 mm, obuses de 150 mm y vehículos blindados,
llegaron a la Alta Saboya.
La nueva situación
llevó al nuevo comandante en jefe, el Capitán Anjot, y a los maquis a retirarse
mientras que todavía tenían tiempo. Sin embargo, el 26 de marzo de 1944, después
de otro ataque aéreo y bombardeo, los alemanes tomaron la ofensiva. Estos dividieron
sus fuerzas de ataque en tres Kampfgruppen designados cada uno para un objetivo
concreto. El reconocimiento fue realizado por patrullas de esquí debidamente camufladas
por ropajes blancos. Una de las patrullas con un pelotón de Gebirgsjäger hizo un
ataque a la principal salida a la meseta y se apoderaron de un puesto avanzado en
la parte posterior. Sosteniendo el ataque de unos cincuenta soldados alemanes, dieciocho
maquis lucharon y resistieron durante toda la noche, pero finalmente fueron superados
y derrotados. A las diez del día siguiente, el Capitán Anjot, salvado el honor,
ordenó al batallón de Glières retirarse. En los días que siguieron, el Capitán Anjot
y casi todos sus oficiales, así como ciento cincuenta maquis fueron encontrados
muertos. Habían muerto en la batalla o, en el caso de caer prisioneros, habían sido
torturados, fusilados o deportados. El día 27 de marzo de 1944 el mendaviés Victoriano
Ursúa había muerto en este conbate.
Aunque perdieron la batalla contra los alemanes y en la región de Saboya la resistencia había sido totalmente destrozada, Glières fue un
referente moral para la lucha antifascista en Francia. Un poema de Valente se encuentra
plasmado en el Cementerio de Morette-Glières en memoria de los que murieron.
Cementerio de Morette-Glières, 1944
No reivindicaron
más privilegio que
el de morir
para que el aire
fuese
más libre en las
alturas
y los hombres más
libres.
Ahora yacen,
con su nombre o anónimos,
al pie de Glières
y ante la roca pura
que presenció su
sacrificio.
Hombres
de España entre los
muertos
de la Alta Saboya:
ellos lucharon por
su luz visible,
su solar o sus hijos,
más vosotros
sólo por la esperanza.
La nieve aún dura
prodigiosamente
viva en el aire mismo
donde morir fue un
puro
acto de fe o de supervivencia.
¿Quién podría decir
que murieron en vano?
Al cielo roto y a
la tierra vacía,
a los pueblos de
España,
a Hervás, a Mula,
a todas
las islas Baleares,
a Mendavia, Viñuelas,
Ambrán, La Almunia,
Terrecampo, Tembleque,
devuelvo el nombre
de sus hijos:
Félix
Belloso Colmenar,
Patricio
Roda, Gabriel Reynes
o Gaby, Victoriano
Ursúa, Pablo Hernández,
Avelino Escudero,
Paulino Fontava,
Florián Andújar,
Manuel Corps Moraleda.
Otros duermen tal
vez
bajo una cruz desnuda,
lejos
de su país, de su
memoria, donde
todos los muertos
son
un solo cuerpo ardiente:
carne nuestra, palabra,
historia nuestra
que no conocimos,
sangre sonora de
la libertad.
J. A. Valente
La División Azul
Algunos se enrolan en la División Azul, un
contingente de “voluntarios” que promovió el franquismo para apoyar al ejército
nazi en su campaña contra Rusia; entrecomillo lo de “voluntarios”, porque muchos
se enrolaban por los beneficios económicos o por limpiar su pasado familiar reciente
de izquierdista. Salen de España en julio de 1941, entran en combate en octubre
del mismo año; muchos mueren de frío, otros en los combate, algunos regresan a España
en 1944, otros son apresados y enviados a la cárceles soviéticas.
La División constaba inicialmente de cuatro
Regimientos, que luego se reagruparon en tres, nombrados de acuerdo a los coroneles,
Pimentel, Vierna y Esparza; 262, 263 y 269.
Cuando en Octubre de 1941 la División Azul
entró en línea, el I Batallón se desplegó en Kretshewizkije; el II en la separación
de los dos brazos del río el Wolchow y el pequeño Wolchow; y el III en Derewjiszy.
Teodoro Lacalle Verano, de Mendavia, enrolado
en la División Azul, cayó herido o enfermo y fue trasladado al cuartel de retaguardia
en Grigorowo el 25 de Enero de 1942. Era soldado de la Plana Mayor del Rgto. 263.
En el cementerio consta como fecha de su muerte el día 31 de enero. Fue enterrado
en el Cementerio de Grigorowo, fila LL. Los restos fueron trasladaron posteriormente
al cementerio de Pankovka en Novgorod. Su nombre está escrito en las lápidas que
recuerdan la División Azul en esa ciudad.
Según otras fuentes no confirmadas, de Mendavia
participaron además en la División Azul y murieron en combate Jesús Elvira Ripa
y Luis Suberviola Albero, según se ha señalado con anterioridad.
En octubre de 1943 se anuncia el regreso
de la División a España, quedando una pequeña fuerza de 1.800 hombres, llamada la
Legión Azul al mando del Coronel García Navarro. En marzo de 1944, llega la orden
de repatriación. Un Lacalle de Mendavia, residenciado en la calle La Lechuga, pudo
regresar entre ellos; además de otro de nombre José.