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viernes, 4 de septiembre de 2015

EL CONFLICTO POR LAS TIERRAS DURANTE LA SEGUNDA REPÚBLICA

Actualizado aquí: 2021

https://memoriamendavia.blogspot.com/2021/06/mendavia-1900-1936-revisado-y-ampliado.html




El problema social de base se encontraba entre los campesinos y propietarios agrícolas pobres, fundamentalmente en la Ribera. Los conflictos habían sido contenidos durante la dictadura primorriverista, pero no resueltos. La Iglesia, frente a la República, tomó partido con la Asociación de Propietarios y Terratenientes de Navarra, controlada ideológicamente por el carlismo. Con ello se oponían a la ley de Reforma Agraria de 1932.
En Mendavia, marzo de 1931, se reseña en la prensa que Lucio Romero Rada y otros hacen casas en el terreno “Las Viñas” propiedad de Ángel Jiménez. La ley se pone a favor de Lucio. En mayo se recogen firmas para pedir parcelamientos, empezando por Caralogroño, orillas del Ebro, La Hera, Sosal, Rincones…. Se alega que son tierras comunales y que se vendió el terreno cuando la gente del pueblo estaba luchando contra los ejércitos napoleónicos. Esta información aparece en un importante artículo de prensa  del 1-5-1931 que refleja la conciencia histórica de un problema con las tierras en el pueblo, que viene de más de 100 años atrás. Firman el petitorio los dirigentes del Sindicato de Fomento: Martín Suberviola y Juan Sagasti; la UGT: Cesáreo Salmantino y Lorenzo Elvira; y el Comité Republicano: Jesús Pastor, Lorenzo Urquizu y Prudencio Cámara. Se agregan firman de 400 vecinos.
En esos días de mayo de 1931 llega en auto al pueblo el concejal de Pamplona Corpus Dorronsoro Arteta (PSOE), que sería asesinado en Pamplona tras la sublevación de 1936. Lo reciben en el salón de don Félix Sádaba. Lo presenta Martín Gonzalo.
El 21 de mayo los nuevos concejales del ayuntamiento piden parcelas para los pobres en terrenos ocupados por los terratenientes, pero que habían sido terrenos comunales. Con ello lo que hacen es aplicar el reglamento de terrenos comunales: las parcelas que pertenecen a los municipios sólo corresponde trabajarlas a las familias de menos recursos.
En julio se dan nuevas roturaciones de tierras baldías, con aprobación del Ayuntamiento, mas sin contar con el apoyo de la Diputación de Navarra, que recomienda paciencia. Uno de los decretos de Largo Caballero proponía el laboreo forzoso de la tierra, abriendo las puertas para la ocupación de tierras improductivas y evitando el boicot de los grandes propietarios contra el programa  agrario del gobierno nacional.
Con el nuevo Ayuntamiento en funciones, el 25 de agosto se convoca huelga general y se entregan tierras a los campesinos. Los obreros del campo querían una solución al problema de los comunes y las corralizas y no estaban dispuestos a esperar a la aprobación de la Ley de Reforma Agraria. Ante la presión de los jornaleros, se firma en este mes un convenio ante el Ayuntamiento de Mendavia por el que las corralizas vuelven a posesión completa de los municipios, para que las reparta entre los trabajadores, con el acuerdo de indemnizar a los detentadores de acuerdo a lo que establezca la nueva ley. El acuerdo era un paso importante que, sin embargo, encontró la oposición frontal del Diario de Navarra, y de la Voz de Navarra, que vieron en ello un mal ejemplo a seguir por otros pueblos.
Al poco los propietarios José María Modet, Pedro Fernández de Piérola y Ángel Jiménez, que había firmado el acuerdo, dan marcha atrás y, como consecuencia, Diputación acuerda devolver los escritos al municipio hasta que acrediten debidamente estar autorizados para el otorgamiento o cesión de los ejidos o parte de éstos. Sin embargo los roturos y ocupaciones se siguen dando.
Ángel Jiménez, dueño del lote de Imaz, tierras del Monasterio benedictino de Irache hasta la desamortización de Mendizábal, escribe un telegrama el 23-10-1931 a la Comisión Gestora informando de roturos y daños en sus tierras.
La tensión que había ido en aumento por la lentitud con que las promesas de reforma agraria se iban realizando y porque las esperanzas abiertas tras el triunfo electoral de abril y junio de 1931 comenzaban a desvanecerse, entró en un período de calma ante la inminente aprobación de la Ley de Reforma Agraria. La UGT, cuyo crecimiento como organización entre los trabajadores del campo era grande, había animado a sus asociados a poner en marcha, incluso por la fuerza, su programa de octubre de 1931. Un mes más tarde se reseña en prensa que cerca de quinientos campesinos (parece algo exagerado, pues esos serían casi el total del pueblo) intentaron roturar las corralizas de Mendavia, siendo desalojados por la Guardia Civil. El día 8-12 de 1931, día de la Inmaculada, se suspenden las procesiones para evitar altercados. Al día siguiente, 9 de diciembre de 1931, las Cortes aprueban la Constitución de la República Española.
A primeros de enero numerosos ayuntamientos de la Ribera recibieron la invitación del de Valtierra para tratar sobre las corralizas. La reunión tuvo lugar en el Palacio foral, en Pamplona, el 24 de enero de 1932 y a ella asistieron representantes de 24 municipios de la zona media y Ribera. Acordaron pedir la reintegración de los comunes y corralizas de Navarra a los municipios respectivos, recabando una ley especial si fuera necesario y que cada pueblo elaborara una memoria con la historia de las ventas y enajenaciones de corralizas y comunes. Este movimiento municipalista, iniciado por primera vez para tratar problemas de corralizas, se repetirá en años posteriores.
El 17 de febrero de 1932, se convoca la huelga de trabajadores desde la UGT y la CNT. Ocupan las calles del pueblo y proclaman el comunismo libertario. La pareja de Guardias Civiles es sitiada junto al alcalde.  La línea de teléfono es cortada en 6 puntos. En la noche llegan desde Los Arcos dos camiones con 56 Guardias Civiles. El alcalde Salcedo y el Juez de Paz logran calmar la situación, y se re-establece el orden. Los 2 Guardias Civiles regresan al cuartel. Hay 12 detenidos de la UGT y CNT, y se cierran sus locales.
Los periódicos informan sobre lo sucedido. La Región de Logroño titula el día 18: Graves desórdenes en el pueblo de Mendavia. Por creer que estaba declarada la revolución social. El Día de Palencia titula el día 19: Encierran al alcalde en un pajar. Y la Libertad, el 19: Alborotos en Mendavia. Algunos de estos periódicos culpan de lo sucedido, sin el menor análisis de la base del conflicto, a elementos extremistas llegados de Logroño.
Para calmar los ánimos se acuerda esperar la aprobación de la Ley de Reforma Agraria prevista para el 30 de junio de 1932. Se otorgan, además, corralizas por 4000 ptas. en arriendo. Esto sirvió de poco. Aunque se frenan las acciones de roturo, por el momento.
Los terratenientes se oponen a la Ley de Reforma Agraria de junio de 1932 que no pudo ponerse en obra. El desamparo social del jornalero era creciente.
El asesinato del telegrafista José Bello en Viana, en este mismo mes de junio de 1932,  encuentra a los sindicatos unidos. Carteles de “Guerra a la guerra”, ”Amnistía” (para los detenidos de febrero) y “Viva el Frente Único” son portados unitariamente en las marchas de repudio.
Entre tanto la Gestora seguía regulando el disfrute de los comunales. El 1 de diciembre de 1932 sale en subasta para arriendo de corralizas o ejidos en La Vega, Majaelpozo, San Bartolomé, Las Viñas, El Pontón, Calabazas y El Encimero, entre otros.
Siguen las roturaciones. En febrero de 1933 la Guardia Civil detiene en el Fabrigal a 15 vecinos con 6 caballerías y aperos de labranza roturando tierras. Son puestos a disposición del juzgado (El Pensamiento Alavés, 18-02-33).
En Mendavia, el alcalde Salcedo, socialista, opinó en abril de 1933, un año después de la huelga de 1932, que aquello fue “una tontería que trajo disgustos a muchas familias y sólo consiguió qu encartaran a varios estando a punto de costar un día de luto a Mendavia”. Según se ve, era un alcalde “moderado” y conciliador, con el que que no tuvieron ninguna moderación tras la sublevación militar de 1936.
El paro en el campo se fue incrementando. Y los sueldos de los jornaleros, de hambre. A 1,5 pagaban el jornal los propietarios. 7 ptas. costaba un kilo de trigo. Ante esta situación se incrementan los roturos y recogida de leña en los montes. En marzo de 1933 son denunciados los vecinos C.A., M. R., F. V. y C.S. por cortar leña en Imas sin autorización.
Nuevas amenazas de huelgas se dieron en junio de 1933, y se ve  la causa contra diez vecinos de Mendavia, acusados de desórdenes revolucionarios. Los defiende el Diputado Barriovero. Los días 7 y 8 de octubre se suceden nuevas ocupaciones de fincas y corrales municipales, no sólo en Mendavia, sino en numerosos pueblos con campesinos sin tierras, en casi toda la Ribera navarra y parte de la Navarra Media, como protesta por la no implementación de la Ley de Reforma agraria. En algunos lugares, la Guardia Civil disuadió a los campesinos.
El 8 de diciembre de 1933 se convoca la insurrección anarquista, en la que participa la CNT de Mendavia. Forma parte de un intento del anarquismo español por implantar el comunismo libertario a lo largo del estado, justamente cuando asumía la derecha el poder en las Cortes, después de las elecciones del mes anterior. La organización corrió a cargo de los comités de la CNT y de la FAI que ordenaron pasar a la acción en el Pleno de Regionales celebrado en Zaragoza, por entonces centro principal del anarquismo ibérico, el anterior 26 de noviembre. Durante seis días la revuelta se sostuvo hasta la consumación definitiva de su fracaso. Los focos donde más intensidad alcanzó el movimiento se localizaron en las tres provincias aragonesas, en la de Barcelona, en Logroño, Córdoba, así como en Badajoz. Hubo 75 muertos por el bando insurgente y 14 por parte de las fuerzas del orden. En Mendavia se clausura el local de la CNT (para el momento en la plaza de los Fueros).
A principios del año 1934 se mantienen las roturaciones, incendios en pajares y destrozos en corrales en varios pueblos de Navarra; en Mendavia se dieron con intensidad. El Pensamiento Alavés reseña el 13 de abril que en Mendavia han sido puestos a disposición del Juzgado tres vecinos por sembrar en finca de Pedro Fernández de Piérola.
El gobierno radical-cedista ha echado atrás las reformas agrarias impulsadas por los socialistas al inicio de la República, lo que lleva al descontento de campesinos pobres y jornaleros. Este malestar crece hasta que en junio de 1934 se decreta una huelga general campesina en toda España promovida por la Federación de Trabajadores de la Tierra de la UGT, justamente en vísperas de una de las mejores cosechas de cereales recordada. En Mendavia, la CNT no fue convocada ni participó; la UGT pensó que si iba sola contaría con más apoyo. En otras partes del agro español, la UGT y la CNT actuaron en conjunto.
Aunque no tuvo repuesta significativa en otras partes, en Navarra tuvo incidencia en 49 pueblos. En Mendavia la huelga duró 11 días, del 5 al 16. El Pensamiento Alavés del día 14 refiere la resistencia de Fitero y Mendavia, y el acuerdo condicional para reanudar el trabajo después de reuniones del delegado de Trabajo, señor Fernández, en dichos pueblos. Finalmente, los jornaleros consiguieron la firma de unas bases de trabajo el día 25 de dicho mes. Con excepción de este éxito parcial, la huelga fracasó en Navarra lo mismo que había ocurrido en toda España. La presión siguió. En octubre estalló la insurrección contra el gobierno derechista que en Navarra se caracterizó por abundantes destrucciones de campos.
El 1 de agosto de 1935 se promulga una nueva  Ley para la Reforma de la Reforma Agraria de 1932, que supuso la congelación definitiva de la reforma, sin haber logrado mínimamente sus objetivos. La nueva ley implicaba un deterioro de las condiciones de vida de los campesinos pobres y de los jornaleros. Suprimió la expropiación sin indemnización, y además otorgaba la potestad a los dueños de las fincas expropiables de intervenir en la tasación oficial de sus propiedades, negociando cada caso con el Instituto de Reforma Agraria, y además podían recurrir a los Tribunales (lo que en la práctica suponía aumentar el dinero que recibirían los propietarios en concepto de indemnización).
En marzo de 1936 se da una nueva huelga de campesinos para protestar por el boicot que los patronos hacían a los jornaleros afiliados a los partidos de izquierda.
En 1936 Jiménez cedió ante la presión de los jornaleros sin tierra. El decreto de Largo Caballero del 20 de mayo de 1931, llamado “de Asociaciones de Obreros Agrícolas” permitía a éstas cultivar colectivamente propiedades agrícolas que no fuesen trabajadas directamente por sus propietarios; además de ser una medida contra el latifundio, se evitaba el parasitismo y las especulaciones de los intermediarios. La Ley de Reforma Agraria del 32, que tuvo muchas limitaciones en su aplicación, confirmaba el decreto al permitir la expropiación con indemnización de grandes fincas que no fuesen cultivadas directamente por sus dueños, así como las incultas  y las de regadío no regadas, situaciones que aplicaban a las tierras de Imas. Pasan a la UGT y CNT, que realizan una experiencia de propiedad colectiva.

El día 2 de octubre de 1936, el nuevo alcalde impuesto y Máximo García, de la Junta de Guerra, autorizan la incautación de 500 robadas de remolacha y 150 de maíz, entre otros cultivos, de “la colectividad marxista de Imas”, en expresión de la Actas del Ayuntamiento. Luego le fue entregada la finca a su anterior propietario Ángel Jiménez.

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