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martes, 4 de agosto de 2015

CORRALIZAS Y ROTUROS EN MENDAVIA A PRINCIPIOS DE SIGLO XX

Actualizado aquí: 2021

https://memoriamendavia.blogspot.com/2021/06/mendavia-1900-1936-revisado-y-ampliado.html


Las corralizas de la Ribera navarra

El asunto conflictivo de las corralizas viene del siglo XIX.  A principios de siglo, algunas tierras perdieron su condición de bienes municipales al ser vendidas por los ayuntamientos para liquidar las deudas de guerra, sobre todo tras la primera carlista. Otras tierras fueron incluidas entre las afectadas por la Desamortización Civil de 1855. En la primera fase de las ventas predominó el usufructo de hierbas y agua a precios ventajosos. La tasación de las tierras sacadas a subasta fue en general baja y de acuerdo con su aprovechamiento por el ganado lanar, la mayor riqueza de aquel entonces. Sin embargo, muchos de los corraliceros se atribuyeron la propiedad plena del terreno.
Los corraliceros eran gente de posición, diputados con dinero e influencias en los pueblos; o bien, como pasó en Mendavia, las corralizas fueron compradas por el alcalde, los concejales y el depositario. Y la Diputación no se interesó por este asunto; y es que los diputados mismos eran compradores de bienes desamortizados (6 de los 7 en 1876).
A fin de siglo XIX se utilizaron procedimientos para avalar la propiedad plena de los terrenos, con inscripciones en el Registro de propiedad en pleno dominio de suelo por compraventa o herencia, usando equívocos legales y mala fe. Por ello en las escrituras resulta difícil interpretar si se vendieron hierbas y aguas, solamente, o con ellas la plena propiedad de la tierra. Las leyes de legitimación de 1893 y 1894 autorizaron a comprar el derecho definitivo de suelo de aquellas tierras del Estado (en problemas de finanzas por la guerra en Cuba) roturadas y utilizadas durante más de 10 años. Aunque muchos ayuntamientos se opusieron, la Diputación organizó las ventas. Desde entonces muchos pueblos perdieron el derecho a pastos, leña y parcelas.
Como consecuencia, la oligarquía navarra reforzó su conservadurismo y su elección por la inversión agraria frente a la industria. Los pobres se ven obligados a emigrar. Y las protestas del campesinado no se hacen esperar; con lo que se sigue la acusación de subversivos, anarquistas, socialistas o comunistas. La represión se vuelve con frecuencia cruenta.
En 1907 en Tafalla 1500 personas se manifiestan a los gritos de ¡vivan los comunes!, ¡abajo los corraliceros! 100 vecinos son procesados. En 1914, en Olite, un grupo protesta ante la casa de un concejal; dos son detenidos; la gente va al cuartel y la guardia mata a tres personas. En Miranda de Arga (1918), en otro motín contra los corraliceros, la guardia civil mata a 4 personas.
En ocasiones, los corraliceros resguardaban sus fincas con puestos de la guardia civil. Así hizo Modet con su finca en Vergalijo. Además de esto, pleitos y roturaciones se suceden en varios pueblos durante las dos décadas primeras del siglo XX.
La protesta violenta, con su trágico balance de once muertos, caracteriza las reclamaciones de la Merindad de Olite; por el contrario las acciones pacíficas mediante la roturación y siembra de fincas son características de la de Estella.
Aquí grupos de campesinos iban a trabajar las tierras en litigio hasta que la presencia de la guardia civil les hacía desistir de la tarea. Las denuncias de los propietarios ante el Juzgado por estos hechos buscaban tanto proteger sus derechos como disuadir a vecinos y Ayuntamientos de repetir y apoyar estos movimientos, a causa de las molestias, viajes y gastos cuantiosos que los pleitos traían consigo, casi siempre ganados por los corraliceros. Dos hacendados de Mendavia -Jiménez y Modet- y Dositeo Ochoa de Lerín representan la línea dura y sin concesiones de los terratenientes de la comarca. Algunos pueblos -Andosilla, Cárcar y el mismo Lerín-  lograron en ocasiones negociar acuerdos favorables a sus intereses.

Las corralizas y los roturos en Mendavia (1900-1930)

En Mendavia, desde principios de siglo los roces con los dueños de estos ejidos habían sido frecuentes y en ocasiones precisaron de la intervención de los tribunales, para dilucidar las demandas interpuestas tanto por el Ayuntamiento de Mendavia como por los propietarios.
Entre 1904 y 1912, el vecino Tomás Suberviola Cenzano mantuvo una querella contra el municipio por unas tierras de El Vergal.  Los tribunales dieron la razón al Municipio. Algunos vecinos realizan roturos de comunales en 1907. En el mes de julio la Administración Foral autoriza al ayuntamiento para exigir el común  a los vecinos que han roturado y cultivado terrenos comunales. En octubre de 1907 la Administración Foral aprobó las condiciones formuladas por el Ayuntamiento para el aprovechamiento de los pastos del comunero. Pero tales condiciones no resultaron favorables para las mayorías.
En 1908 la guardia civil pone a disposicion del juzgado a J.V., L. S. y V. C., sorprendidos haciendo roturaciones en propiedad de Águeda Mauleón (Eco de Navarra, 29-3-1908).
Un año después el Diario Las Provincias, de Valencia (1909 Diciembre 27) anota: Dicen de Pamplona que en Mendavia se ha reproducido el conflicto surgido entre braceros y corraligeros. Estos han comenzado a roturar algunos terrenos. Reina gran excitación por lo que se ha concentrado la guardia civil. En febrero-marzo de 1910 la Diputación autoriza al Ayuntamiento de Mendavia al deslinde de los terrenos comunales. En julio se le autoriza para arrendar las pastos del común. En noviembre son sustraídos varios frutos de los embargados judicialmente a dos vecinos. Pasado un año, persiste la tensión. El diario El Pueblo de Valencia (08/02/1911) escribe: Circula con insistencia el rumor de que reina gran excitación de ánimos en varios pueblos de Navarra motivada por la cuestión de la sementera y de las corralizas comunas. La excitación se ha exteriorizado en Mendavia, Sartaguda y Arróniz, donde se ha hecho necesaria la reconcentración de numerosas fuerzas de la Guardia Civil. Témese que ocurran desórdenes.
En enero de 1912 la Diputación Foral desestima los reclamos sobre deslinde de terrenos de varios vecinos y confirma el acuerdo del Ayuntamiento y Veintena del 11 de octubre de 1911. Por vías legales, el 16 de abril de 1912 se incautan algunos terrenos comunales. Los campesinos piden que dicha incautación sea mayor.
Ha pasado una década y el conflicto sigue. Es noticia el 20 de agosto de 1920 que 9 labriegos roturan media robada de tierra de particulares (Hemeroteca histórica en la Biblioteca de Mendavia). En diciembre de ese año 1920 el alcalde sostuvo una reunión con 8 señores propietarios y el Presidente del ya constituido Centro Obrero ugetista. Allí se planteaban las bases para un acuerdo sobre los comunales.
Sin embargo los propietarios no ceden. Destacan en los años veinte los pleitos contra la villa que promueven ante el Juzgado de Estella los terratenientes Jiménez y Modet. El Ayuntamiento había roturado y posteriormente parcelado los yermos más aptos para el cultivo de los parajes Helera y Sardilla, hasta entonces reservados al ganado de los ejidistas que lo venían gozando desde hacía un siglo por creerlo parte de sus corralizas Viñas y Vega.
El juez de Estella dio la razón en primera instancia a Mendavia, pero la apelación posterior de la sentencia ante la Audiencia de Pamplona resultó favorable a los intereses de Jiménez, al que hay que entregar el término de la Helera con sus tierras sembradas desde algunos meses atrás. Al ejecutarse en firme la sentencia, el vecindario ve cómo sus campos de trigo, ya nacidos, son invadidos por los ganados del corralicero Jiménez y convertidos en praderas de pasto por orden de la justicia. Unas 400 robadas resultaron inutilizadas de este modo en febrero de 1922 ante la mirada impotente de los campesinos.
El mes de enero de 1924, el día  27, se conoce otra información relacionada con las corralizas. En este caso se trata del propietario Angel Jiménez. En el interdicto en apelación entre don Ángel Jiménez, de Mendavia, y los vecinos del pueblo de Alcanadre sobre servidumbre de pastos, se da sentencia en Burgos a favor del pueblo, siendo el abogado Arizmendi el defensor del pueblo. Ni siquiera siendo presidente del Sindicato de propietarios pudo justificarse legalmente ante el asunto de pastos con Alcanadre.
Otro gran propietario era José María Modet, quien tenía propiedades en El Monte, La Vega y Sardilla, además de 185 fincas de pequeñas dimensiones. Total: 3.625 robadas (325 ha), de ellas 778 de regadío, que suponían el 6,4 % del terreno cultivable de Mendavia.
Carmen Urbiola poseía en El Monte, Jara, San Bartolomé y otras 98 fincas. Total: 5.053 robadas (453 ha), un 8,9 % del total.
Ángel Jiménez, el mayor terrateniente, ya mencionado, tenía terrenos en Viñas y El Pontón con otras 224 fincas, y, sobre todo, la Granja de Imas. Total: 14.144 robadas (1.268 ha), un 24,8 % de los terrenos cultivables.
Los bienes comunales del municipio constituían 13.385 robadas (1.200 ha.) de terreno cultivable (23,5 %),  repartidos entre el regadío de El Soto y El Vergal y el secano de La Lomba y Valoria.
Menos de la mitad del término cultivable (36,5%, apenas 20.792 robadas, 1864 ha.) se repartía entre el resto de los propietarios. Y la mayor parte de estas propiedades pertenecían a un grupo no muy numeroso de labradores. Muchos jornaleros sin tierra apenas cultivaban a renta las pocas tierras municipales que les correspondían por sorteo. Los pequeños terrenos cultivados en régimen de aparcería soportaban dos cultivos anuales: tras la cosecha de cereal se sembraban las alubias. En otros terrenos se fueron sembrando patatas para el autoconsumo. La mayor parte de los vecinos trabajaban casi todo el año en régimen de jornal diario, para otros propietarios. Jiménez llegó a tener en torno a 100 trabajadores, entre arrendatarios y jornaleros. A los jornaleros se les pagaba en 1930 entre 3 y 4 ptas.
Actualmente Mendavia posee una superficie de 78 km2. Aproximadamente se distribuyen en  2 km2 urbanos; 36,5 de secano (40712 robadas); 25,5 de regadío (28442 robadas) y 14 forestales. 26 km2 son comunales y el resto de propiedad particular. Recuérdese que 1 robada es aproximadamente 896,55 m2.
Debe considerarse que se creó un nuevo regadío en años recientes. En 1930 se pueden estimar 3360 ha de secano (37480 robadas) y 1750 ha de regadío (19520 robadas), incluyendo viñas, olivares y frutales. Un total de 57.000 robadas cultivables.
Una tabla que permita contrastar los datos provisionales ofrecidos y verificar los números:

HS
RS
HR
RR
Hst
Rst
%
HF
RF
HP
RP
HT
RT
Año
3650
40713,9
2550
28443,9
6200,0
69157,8
100,0
1400
15616,3
200,0
2230,9
7800,0
87005,0
2010
3360
37479,1
1750
19520,4
5110,0
56999,4
100,0
2540
28332,4
150,0
1673,2
7800,0
87005,0
1930
2600
29001,7











1580




325,0
3625,2
6,4
Modet 







453,0
5053,0
8,9
Urbiola 







1268,0
14143,9
24,8
Jiménez 







1200,0
13385,4
23,5
Municipio 







3246,0
36207,5
63,5
Subtotal 







1864,0
20792,0
36,5
Otros propietarios 




HS = hectáreas de secano   HR = hectáreas de regadío       Hst = Hectáreas – subtotal      % = Porcentaje cultivable
RS = robadas de secano      RR = robadas de regadío         Rst = Robadas – subtotal         HT = Hectáreas total
RT = Robadas total            HF = hectáreas forestales        RF = robadas forestales          HP = hectáreas rústicas
RP = robadas rústicas        


Detallando más la distribución por uso del suelo, se verá que para 1930 eran aproximadamente 34200 robadas de secano, 16500 de regadío, 600 de huerta, 5100 de viña y 600 de olivar. Es un intento primero de acercamiento, que deberá contrastarse con otras fuentes y datos de primera mano. 

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