Actualizado aquí: 2021
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Los jornaleros
Aunque Navarra había iniciado su revolución agrícola con la introducción de
abonos y máquinas, según se verá, los cambios en el cultivo no afectaron en
nada la propiedad de la tierra. Las estadísticas hablan de que todavía en 1931
acudían diariamente a plazas y tabernas 19.000 campesinos -el 15% de la
población agrícola en busca del jornal mañanero, los propietarios suponían un
75%, y colonos y renteros el 10% restante. En cuanto a la extensión de las
explotaciones, el minifundismo en Navarra -93.500 propietarios y 743.000
fincas-, más desarrollado en su mitad norte, convivía en la parte sur con
extensos terrenos -las corralizas- que se hallaban bajo el dominio de pocas
familias.
De un aproximado de 500 agricultores mendavieses, 375
serían propietarios, 50 renteros y 75 jornaleros. Especialistas navarros en el
tema aportan otro dato que permite seguir ahondando en la realidad del
campesinado mendaviés. Señalan que en la Ribera estellesa uno de cada tres
propietarios poseían menos de 1 hectárea. De 375 propietarios, 125 tendrían
menos de 1 hectárea y habría 250 propietarios con un promedio de 7 hectáreas (78
robadas) cada uno. Por supuesto, los “propietarios” con menos de una hectárea
incrementaban el número de jornaleros durante buena parte del año, de modo que
llegaban a 200 jornaleros. Uniendo datos y números: la mitad de la población
(250 familias) eran renteros, jornaleros o propietarios de menos de 1 hectárea.
Unas 200 familias más disponían de posesiones que no superaban las 100 robadas.
Sólo unos pocos pasaban de 500 robadas (en una distribución equitativa hubiera
tocado a 100 robadas por familia). Por otra parte, como se aprecia en la tabla
anterior, en Mendavia la concentración del 40% de las tierras entre tres
propietarios era escandalosa, y más aún cuando en la conciencia de los
trabajadores se mantenía la memoria del despojo. Así pues, el tema de las
corralizas seguirá como un asunto clave para entender los conflictos sociales
del pueblo durante los siguientes años.
Fernández de Piérola, Modet, Jiménez, Mauleón y Urbiola
Entre estos cinco apellidos se
concentraban la mitad de las tierras del pueblo. Veánse algunos datos sobre la presencia de estos propietarios en Mendavia.
Ramón Fernández de Piérola fue Obispo en
La Habana, y finalmente en Vitoria, donde murió en 1904. Gonzalo Fernández de
Piérola, su hermano, casó con Tomasa Mauleón, de Mendavia. Gonzalo Fernández de
Piérola López de Luzuriaga (Otiñano, ca. 1836-1902), era en 1899 primer
contribuyente por capital imponible de Los Arcos y tercero de Torralba. Entre
sus hijos estuvieron Domingo, José María, Petra y Patrocinio. Petra se había
casado con José María Modet, diputado de Mendavia al que ya se ha hecho
referencia, concentrando el poder económico y político de estas familias en la
región.
Patrocinio (Los Arcos, 1883) contrajo
matrimonio en 1908 con César Sanz-Pastor Muñoz (Madrid, ca. 1880), ingeniero
militar, residente en Logroño. Su nieto José María Sanz-Pastor sería
propietario de la Granja de Imas en Mendavia, por cesión de Ángel Jiménez.
Domingo José Fernández de Piérola
Mauleón (Los Arcos, 1887-Vitoria, 1959), perito agrícola, fue cabo de Somatén
de Los Arcos durante la dictadura de Primo de Rivera, y contrajo matrimonio en
1920 con Ana María Guinea Guinea.
José María Fernández de Piérola Mauleón,
era el hijo menor, se casó en Zaragoza el 31 de octubre de 1928 con Enriqueta
Gimeno Larráinzar (Zaragoza, ca. 1905). Durante la República José María
Fernández de Piérola, monárquico, aparece en una lista de ayuda para el
sostenimiento de la Guardia Civil en febrero de 1931 con un donativo de 100
pesetas. Fue designado diputado foral el 25 de abril de 1931 por el gobernador civil
de la provincia, de acuerdo con lo dispuesto en el decreto del Gobierno
Provisional de la República Española, referente a la Comisión Gestora para las
Administraciones de las Diputaciones con carácter interino, incluyéndolo como
opositor. En agosto de 1931 hubo varios conflictos agrarios al sur de Navarra.
En Mendavia, el alcalde Dionisio Salcedo Sádaba convocó a los propietarios a
petición de la U.G.T., para que se repartieran algunas tierras, y este Fernández
de Piérola se manifestó contrario a intromisiones en la explotación de las
propiedades de Mendavia. Nada extraño: ¡Era cuñado de Modet!, el gran
propietario de Mendavia.
José María Fernández de Piérola Eraso es
mencionado en Mendavia en 1907 como político. Pedro Fernández de Piérola fue
concejal de Mendavia en 1916 y ganadero. En diciembre de 1919 anuncia la venta
de 2 bueyes gordos. Otros dos Fernández de Piérola se pueden recordar en
Mendavia. En 1904 fallece Manuel Fernández de Piérola. Ese mismo año se
incendian 112 cargas de cereal de Lupicio Fernández de Piérola.
Los Fernández de Piérola estaban
relacionados con los Urbiola. El apellido Urbiola es patronímico de un pueblito
de la Merindad de Estella. Desde antiguo aparece en diversos pueblos de
Navarra: en Dicastillo, Peralta, Mendavia… entre otros. En Mendavia se conoce
un mestero Urbiola del siglo XIX que adquiere corralizas. En el siglo XX se
sabe de Juana Urbiola y Fernández de Piérola,
de Mendavia (Navarra), que fallece por enfermedad, a los 50 años, el
28 de marzo de 1909. Su hija Carmen fue la heredera y propietaria de algunas
corralizas de Mendavia. Parece que residían en Logroño, pues la prensa se
refiere a la acaudalada propietaria de Logroño, doña Juana Urbiola, en 1903. Varios
Urbiola tienen asiento en Logroño a principios de siglo, posiblemente
emparentados con los de Mendavia. Manuel Urbiola, que anuncia venta de aceite,
en 1900; un sargento de Lanceros, Sixto Calvo Urbiola, en 1904; un abogado,
José Urbiola, en 1905; un concejal de apellido Urbiola, en 1919. En Mendavia se
reseña además el fallecimiento de Pedro García Urbiola, en 1914.