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sábado, 6 de agosto de 2016

LAS TRECE ROSAS DE MENDAVIA

Totalmente actualizado. Aquí:

https://memoriamendavia.blogspot.com/2021/03/las-mujeres-en-la-memoria-historica-de.html


Meses de terror en el pueblo: vejaciones a las mujeres, robo a los pobres y más ejecuciones

Durante los primeros meses del terror, además de los detenidos y asesinados, se sucedieron los desaparecidos, los reclutamientos forzosos, las vejaciones a las mujeres y muchas otras formas de represión.
Incluso llegaron a ir a buscar a algunos jóvenes que estaban haciendo el servicio militar con intención de fusilarlos. Es el caso de Pedro Romero González, hermano de tres fusilados. Estaba haciendo la mili cuando los falangistas se presentaron para detenerlo pero el capitán al cargo no dejó que se lo llevaran.
Entre julio y diciembre se sucedieron diversas humillaciones a las mujeres de izquierda del pueblo: cortes de pelo a cero, obligadas a beber aceite de ricino, y a pasear por el pueblo con la bandera de la Falange y cantando el “caralsol”. Algunas fueron sometidas a tener relaciones sexuales con los verdugos si querían ayudar a sus maridos. Una cuadrilla de jóvenes falangistas eran el terror. Como sucedió en otros pueblos, “les ponían una oveja modorra y los hinchaban a vino” (les daban para que se comieran una oveja medio enferma y abundante vino) y luego se encargaban de hacer todas las fechorías. Algunas de las mujeres falangistas también las cuentan entre las peores. Se burlaban de las mujeres de izquierdas, las golpeaban y rasgaban sus ropas exponiéndolas al escarnio público.
Julia Aramendía Martínez estuvo presa en la cárcel de Pamplona durante tres meses (del 27 de julio al 1 de noviembre). Tomasa Verano Martínez y Rosa Ramírez Lizanzu estuvieron en la cárcel de Estella. También estuvo presas Matilde Aramendía.
Lina Verano, Valentina Hernández Verano, Melchora Quijera Suberviola, Pascuala la Tina, entre otras muchas, fueron rapadas. Una de las peor tratadas seguramente fue Felipa Asurmendi, mujer del alcalde Dionisio Salcedo, de la que los antiguos dicen: “le hicieron de todo”. O como diría en entrevista su hija Angelita: “le hicieron como al Señor”, evocando el “via crucis” de tortura.
Durante estos primeros meses de represión y terror, los familiares de Libertad Valerio, cuyo padre fue asesinado, fueron obligados a bautizarla con “nombre cristiano” (Romualda); así sucedió con muchos otros. Aunque sólo en el año 1945 fueron hechas anotaciones al margen de los libros de registro civil “subsanando los errores”. La represión fue tal que los coetáneos de los re-nombrados, en su mayoría, nunca supieron de estos hechos. También es cierto que varios de ellos murieron en edad temprana.
Los dos curas que había en el pueblo, el párroco Jerónimo Mercapide y el coadjutor Ángel Martínez, acompañaron –cuando menos con su silencio cómplice- la matanza y las humillaciones. Jerónimo aparece firmando como testigo de al menos seis de los asesinatos extrajudiciales. Varios testimonios coinciden al señalar el papel oprobioso de Jerónimo en la matanza.
Los barberos fueron un gremio que sufrió fuerte represión. Varios de ellos fueron sometidos a actuar contra su propia voluntad.  El barbero Marcos García fue asesinado. Alguno de ellos debió rapar a sus propios familiares o hasta a su novia. Los llamaban al cuartel de la guardia civil y los obligaban a rapar a las mujeres bajo amenaza de muerte. En otras ocasiones rapaban a las mujeres en una barbería que estaba situada bajo los portales de la Plaza. Se sabe del joven barbero Nicolás Armendáriz, detenido en la cárcel de Pamplona en 1939 (para más datos sobre él, ver la página web de la UPNA).
En pocos meses se conforma y estructura el Círculo Carlista de Mendavia. El 2 de octubre de 1936 el gobernador de Navarra autoriza al alcalde Fermín Martínez de Luco y a Máximo García, de la Junta de Guerra, a apropiarse de unas 700 robadas que habían sido sembradas colectivamente por los campesinos pobres unos meses antes; al poco tiempo nuevamente las tierras de Imas serán entregadas por los sublevados a su anterior propietario, el terrateniente Ángel  Jiménez.
En estos primeros meses tras el Golpe, un sargento de la Guardia Civil asesina a Lorenzo Urquizo Sainz (UGT), padre de una niña. Aunque Lorenzo trabajaba como jornalero, si se prestaba la ocasión también hacía trabajos como guarnicionero. Al casarse, se trasladó desde la calle San Bartolomé a La Carrera (Calle Augusto Echeverría) y allí tenía su lugar de trabajo. Un testimonio afirma que venían desde Arrúbal varios vecinos de Mendavia juntos. Se escucharon disparos y decidieron tomar un camino secundario. Lorenzo venía de realizar o entregar algún trabajo relacionado con su oficio. A Lorenzo no lo vieron más. Otro testigo escuchó posteriormente una conversación en el tren de dos guardias civiles vanagloriándose de haber matado a “ese cobarde”. Un acta de defunción del 14-11-1945, realizada en Mendavia, ante el juez Raimundo Oliván, indica que José Fernández de Piérola Alegría identificó el cadáver el 20 de octubre de 1936, en jurisdicción de Estella. Actúa además de testigo Jerónimo Mercapide. Firma el acta Flor Sábada, cuñada de Lorenzo. Así como es extraña la ubicación de la defunción en Estella, también es dudosa la fecha, pero permite establecer un límite para la muerte de Lorenzo. Es posible cualquier fecha entre finales de julio y el 20 de octubre.

Félix Marañón Alonso, detenido y torturado, murió en su casa el 2 de mayo de 1939, con 23 años. Tal vez sea el único de los represaliados que fue enterrado directamente en el cementerio de Mendavia.

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