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martes, 14 de enero de 2020

MARTÍNEZ DE LUCO Y EL FARMACÉTICO LIBERAL APELLÁNIZ



Roles económicos, políticos y pleito legal

Referido a la familia Martínez de Luco en Mendavia, en las p. 33, 35, 40, 59 y 86 de Esta es otra historia se recoge:           
Los Luco eran una familia con relativamente reciente poder político y económico en Mendavia. En las décadas iniciales del siglo XX, son considerados como una de las familias de terratenientes que aparecen a la vez como mayores propietarias de ganado.
Miguel M. de Luco era ganadero. En los años 1902, 1903 y 1910 se encuentran en la prensa (El Eco de Navarra y La Rioja) sus anuncios de venta de corderos, primales y ovejas, entre 200 y 250 cabezas por año, para pique. En el mes de septiembre de 1903, anunciaba la venta de 100 corderos: 60 primales y 40 ovejas viejas. Es nombrado como corralicero, propietario de Majaelpozo.
Cuando, en enero de 1903 el “Casino Recreativo”, conocido después como bar de Tito (Jacinto Manso), en Los Portales, renovó su Junta Directiva, Cirilo Martínez de Luco fue nombrado tesorero.
Fermín Martínez de Luco, quien sería alcalde posteriormente, era oficial de caballería en el Regimiento de Alfonso XII, establecido en la guarnición de Sevilla, en 1904. Todos ellos eran sobrinos de la “rica propietaria” (diario La Rioja) Petra Valerio.
Julián Martínez de Luco era uno de los adinerados que contribuían económicamente con las fiestas de San Mateo, en Logroño, para organizar las corridas de toros (1906). Los antepasados Luco eran originarios de Luco, Álava. Ya desde los siglos XVI a XVIII se les designa con este apellido. Gregorio Martínez y Luco había sido alcalde constitucional de Logroño en 1858.
El otro personaje que al que se refiere el presente texto es Ángel Apellániz. Está ligado a las familias liberales de Logroño. En 1915, en el Acto de inauguración de la Plaza de toros de Logroño, cuando tan solo habían pasado 10 años desde que se pudieran sacar carnets de conducir y asignar matrículas a los coches en la provincia de Logroño; y, cuando la propiedad de los vehículos indicaba la pertenencia a la élite social; aprovechando la costumbre de ir a los toros en carruajes; entonces, se organizó una fiesta denominada “El Coso Blanco”, en la que pasearon los vehículos por la ciudad. Ángel Apellániz paseó el suyo (http://www.bermemar.com/sigloxx/fiestas_1915.htm).
A finales del siglo XIX, aparecen nombrados como farmacéuticos de Mendavia Eduardo Ruiz Capillas (1891) y Ángel Apellániz (1892). Sigue Apellániz en los años 1900, 1902 y 1903 como farmacéutico de Mendavia (p. 68, Esta es otra Historia). En 1906 recibe un nuevo contrato por tiempo indefinido, que será ocasión de una fuerte controversia legal en años posteriores, de la que me ocupo con cierto detalle en este texto.  En las elecciones municipales de 1907, cuando Carlos Suberviola es sustituido como Alcalde por Andrés Úzqueda, se reorganizan los partidos políticos en Mendavia. José María Fernández de Piérola Eraso representa a los carlistas, y Ángel Apellániz a los liberales (p. 83).
Volviendo a los Luco, en julio de 1911, en el contexto de los conflictos crecientes entre jornaleros y terratenientes, fue talada una viña de 46 áreas, propiedad de Cirilo Martínez de Luco. La guardia civil detuvo a Nicasio Sádaba y a Cándido Alonso (El Eco de Navarra y Diario de Navarra, 19-7-1911) (p. 46). Ya siendo alcalde, en julio de 1917, fueron quemadas 24 cargas de cebada y 6 de habas, en otro campo de su propiedad. Se sospechó que el hecho había sido intencionado, pero no se dio con los culpables (La Rioja, 14-7-1917) (p. 47).
Entre 1914 y 1919 fue alcalde Cirilo Martínez de Luco. Las elecciones de municipales de 1915 se realizaron el 15 de noviembre, con un ambiente de tensión social tanto pre- como post-electoral. En poblaciones navarras como Corella y Cintruénigo hay urnas rotas y perturbación del orden. En Mendavia fueron elegidos cinco concejales liberales, del partido opuesto al alcalde Cirilo Martínez de Luco, quien también fue reelegido (La Rioja, 4-1-16) (p. 84).
En sus años como alcalde, Cirilo Martínez de Luco, realiza cierto despliegue en la prensa (diario La Rioja) mediante diversos anuncios, entre ellos una vacante de médico, titular, con pago municipal de 675 ptas. anuales, a meses vencidos y compromiso de asistencia a las familias pobres (septiembre de 1917); y la subasta de la carnicería municipal y hierbas de la Dehesa, con capacidad para 2000 reses en verano y 500 en invierno (mayo y junio de 1917). En julio de 1916 asistió a las fiestas de San Fermín junto a personalidades políticas de Lodosa. En mayo de 1919 (23 y 24) anunciaba la suspensión de las fiestas municipales motivado al “horroroso pedrisco” del día 14 que dejó “arrasados por completo todos los frutos del regadío y la mayor parte del secano” y que dejó a los vecinos en el desconsuelo. Su último anuncio en prensa tal vez sea este del 3 y 5 de diciembre de 1919 (La Rioja):
El Ayuntamiento de Mendavia saca a subasta, mediante pliego cerrado, la construcción de un depósito supletorio de agua, un lavadero, dos abrevaderos, y demás que se mencionan en pliego de condiciones, que se halla de manifiesto en esta Secretaría. Los Pliegos se dirigirán al alcalde y se admitirán, hasta el día 9 del actual, reservándose el Ayuntamiento el derecho de aceptar la proposición que crea más ventajosa o desecharlas todas. Mendavia, 3 diciembre, 1919. -El Alcalde, Cirilo Martínez de Luco.         
Pero cuando más se hizo notar la presencia de Cirilo en la prensa, fue con ocasión del pleito legal que se desarrolló por el contrato indefinido que el Ayuntamiento realizó con el farmacéutico Ángel Apellániz. El asunto venía de lejos. En 1906 se le hizo a Apellániz este contrato indefinido. Cirilo Martínez de Luco solicito su anulación en 1912. El contrato fue rescindido ese año: un Decreto de la Diputación de Navarra lo anuló. El farmacéutico interpuso un recurso ante el Tribunal Supremo. Cirilo intentó enfrentarlo desde su condición de Alcalde. El 4 de enero de 1915, se refiere en La Rioja el resultado preliminar favorable al señor Apellániz, en el que se aprecia de qué lado de este pleito está el diario:
El Tribunal supremo ha recusado la sentencia de la Sala de lo Contencioso administrativo de Pamplona, en el recurso interpuesto por el farmacéutico de Mendavia, don Ángel Apellániz, referente a la titularidad de farmacia de aquella villa. Felicitamos por el triunfo al señor Apellániz,
Sin hacer mayor caso a este resultado, aún en proceso, el alcalde Cirilo anuncia en prensa la vacante de dos plazas de farmacéutico, con sueldo anual de 500 ptas. El anuncio lo firma en Mendavia, a 20 de febrero de 1915, y aparece en el diario La Rioja durante varios días de finales de febrero y principios de marzo. Ante los primeros anuncios, el farmacéutico envía inmediatamente una nota al diario La Rioja, el 28 de febrero (publicada el 2 de marzo), reclamando la nulidad de la oferta, puesto que
tiene entablado un pleito contencioso administrativo contra un autocrático y atropellante decreto de la Diputación de Navarra, en el cual sin formación de expediente y sin oírme siquiera, se me anuló el contrato que por tiempo indeterminado y con arreglo a la Instrucción General de Sanidad, tenía con este Ayuntamiento desde hacía la friolera de ocho años.
Recuerda que el 9 de enero el Tribunal Supremo ha fallado a su favor en la primera parte del recurso, y espera otro fallo favorable sobre el fondo del asunto. A pesar de esta protesta, o para minimizar su efecto, las notas del alcalde continúan los días sucesivos.
El 21 de agosto de 1915 se reseña en La Rioja la visita vacacional a San Sebastián, de don Ángel Apellániz, a quien aún se considera “boticario de Mendavia”.
En una nueva fase del pleito, el 23 de septiembre de 1915 el tribunal Contencioso Administrativo de Navarra, en la vista del pleito, falla a favor de la Diputación. El Alcalde Cirilo lo informa el 9 de octubre en el diario La Rioja.
Reacciona Apellániz y, el 9 octubre de 1915 a través del diario La Rioja, informa de su segundo recurso de apelación ante el Tribunal Supremo. Denuncia la politización de los tribunales, puesto que del Contencioso de Navarra forman parte “dos diputados carlistas furibundos”, enemigos de Apellániz, “vocal del Comité Liberal”. Reta al alcalde Cirilo apostándole 2000 pesetas a que será repuesto en su cargo por el Tribunal Supremo.
Contesta el alcalde, dos días después, señalando los hechos brevemente: ejecuté el acuerdo del ayuntamiento destituyendo al señor Apellániz; el Contencioso confirmó el Decreto de la Diputación; Apellániz ha recurrido al Supremo. Y rechaza la apuesta, por respeto al Tribunal.
Inmediatamente, el día 13, el señor Apellániz responde en carta al diario. Se refiere al “deslabazado escrito” del alcalde, en el que repite lo sabido y no da razones legales para sostener la destitución. Al mencionar los modos de resolver los conflictos utiliza una curiosa expresión, las “pasioncejas bajunas que dominan en estos villorrios”, que por un lado indica el poder absoluto de las élites rurales mendaviesas y por otro los prejuicios del burgués liberal que es Apellániz. Entre los asuntos a los que se refiere está la falsificación de cablegramas, el amañado de los censos electorales, o el soborno para negociados. En fin, apela Apellániz a los lectores que conocen a ambos, al alcalde y al farmacéutico, y cierra su debate público hasta el resultado del Supremo en Madrid.
Del pleito, conocemos aún más detalles por la Sentencia del Tribunal Supremo. En el periódico La Farmacia Española, Madrid 11 de enero de 1917, pp. 19-22, se transcribe (incompleta) la Sentencia de la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Supremo, en Madrid a 18 de febrero de 1916. De ahí sintentizo lo siguiente. En la apelación se pide la revocación de la Sentencia dictada por el tribunal de Pamplona en 28-09-1915.
Se hace historia del pleito. El ayuntamiento de Mendavia, en fecha 25-05-1912 desestimó la instancia de D. Cirilo Martinez de Luco y otros vecinos que pedían que su pago de 1000 pesetas en anuales se dividiera en dos pagos de 500 pesetas, uno para él, y otro para el nuevo concursante, D. Félix del Saz. Se argumenta que Apellániz era profesor con 20 años de ejercicio, 16 como titular, que la vacante para Mendavia se anunció en abril de 1905, y que ganó el concurso para tiempo indeterminado según Instrucción de Sanidad vigente, obteniendo su nombramiento en enero de 1906; mientras que Félix del Saz no pertenece al cuerpo de titulares. D. Félix acudió al Gobernador, quien abrió pleito a favor de Saz, pero que caducó el 24-08-1910.
Se detallan los argumentos, en vista de los expedientes presentados relacionados con las sesiones de la Veintena y Ayuntamiento de Mendavia desde 1905 hasta 1912. En julio de 1905 se refiere el nombramiento, a propuesta de D. Cirilo Martínez de Luco, de D. Félix como titular por 3 años. El 10 de enero de 1906, con el alcalde D. Andrés Úzqueda, se dio cuenta de una instancia de D. Ángel, solicitando se abriera el concurso según la ley vigente, es decir, por tiempo indefinido, y con las condiciones adecuadas de los concursantes, considerando nulo el anterior nombramiento. El 11 de agosto de 1912, con nuevo alcalde, D. Carlos Suberviola, se informa de la petición del Gobernador de abrir nuevo concurso. El 25-08-1912 D. Cirilo pide declarar nulo el contrato celebrado con Apellániz, por antiforal. El 20-9-1912 la Diputación lo declara nulo.
En octubre, el Ayuntamiento de Mendavia pide al Gobernador se le aclare el procedimiento a seguir. El gobernador aclara que hay un contrato del 7-8-1908, asignado según disposiciones vigentes y que no se puede ir en contra de él. Ante instancia de D. Justo Úzqueda, la Diputación ordena con fecha 15-11-1913 el cumplimiento de lo acordado el 20-9-1912. El 20-12-1912 y 15-11-1913 hubo acuerdos entre el Gobernador Civil de Navarra y la Diputación, que se notifican formalmente a D. Ángel Apellániz el 3-12-1913. D. Ángel interpuso recurso ante el Tribunal de Pamplona el 31-12-1913. El Tribunal provincial declaró sin lugar la demanda (14-05-1914) y D. Ángel apeló al Tribunal Supremo, quien le dio la razón (22-1-1915).
Siguió el pleito con la sentencia del Tribunal Provincial de 20-04-1915 que declaró firmes las resoluciones anteriores y absolvió a la Administración de la indemnización de daños y prejuicios (28-9-1915). Esta sentencia es la que de nuevo apela D. Ángel y a la que se da respuesta por el Supremo en febrero de 1916, favoreciendo al apelante. Hasta aquí las informaciones de la Sentencia.
D. Cirilo había remitido otra instancia a la diputación foral de Navarra en escrito de 4-6-1915. Adicionalmente, a principios de 1917, en el Diario de Navarra se menciona una causa que introduce Apellániz contra el Juez Municipal en razón de sus pagos (p. 69, Esta es otra Historia). Además de las menciones referidas en el diario La Rioja, Apellániz es nombrado en el Diario de Navarra como farmacéutico, a quien se halaga, entre 1914 y 1917.
Como se aprecia, no todo termina en 1916. El pleito continúa. Lo complejo de este asunto legal, y su connotación política puede apreciarse en esta reseña noticiosa del 18 octubre de 1917 (La Rioja):
…aquel Tribunal de lo Contencioso-Administrativo, ha dictado sentencia en el recurso de esta índole ante el mismo entablado por el farmacéutico de Mendavia don Ángel Apellániz, contra acuerdo de la anterior Diputación, sobre el pago de sus haberes de la titular de farmacia de dicho pueblo.
La sentencia, volviéndose por los derechos del señor Apellániz, desconocidos en el mencionado acuerdo, revoca éste, ordenando a la Diputación mande al Ayuntamiento de Mendavia formule el oportuno presupuesto y pague al señor Apellániz, declarando al propio tiempo no haber lugar a la indemnización de daños y prejuicios que el solicitante solicitaba también.
Con este son ya seis o siete los recursos contenciosos administrativos que el señor Apellániz ha ganado contra acuerdos de la última Diputación, acuerdos que ha anulado o revocado el Tribunal Contencioso. Pero este último triunfo ha sido más señalado, por cuanto que fue el propio señor Apellániz quien acudió a defender en persona sus derechos ante el tribunal correspondiente, como saben los lectores de La Rioja.
En el periódico La Farmacia Española, Madrid 12 de diciembre de 1918, pp. 790-792, se transcribe la Sentencia de la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Supremo, dada en Madrid a 19 de febrero de 1918, y publicada en Gaceta del 15 de junio. Ahora es la Administración del Estado la que apela ante la sentencia del Tribunal Provincial (14-7-1917) sobre rebaja en la asignación del farmacéutico municipal. El Ayuntamiento elevó a Diputación presupuesto de 1917 con dos partidas, de 500 y 1000 ptas cada farmacéutico. La Diputación pidió explicación de tal diferencia, pues en 1915 solo había una partida de 1000 ptas para una persona y en 1916, 1000 ptas para dos. El Ayuntamiento responde con la sentencia del 12-2-1916, según la cual Apellániz es repuesto a su cargo con 1000 ptas de salario, y 500 para el otro titular, sr. Merino. La Diputación acordó el 24-1-1917 aprobar solo 1000 ptas para los dos, 500 para cada uno. D. Ángel recurrió la sentencia ante el Tribunal Provincial, quien falló el 14-7-1917 declarando procedente el recurso de Apellániz y dejando su pago anual en 1000 ptas. El Tribunal Supremo, confirma el fallo, desestimando la apelación de la Administración.
Mientras Apellániz logra su reposición y pago de haberes atrasados, continúa el pleito, del que se reseña (en La Rioja) una nueva audiencia el 26 de junio de 1919, en la que el propio Apellániz es el demandante de la Diputación por 8017 pesetas en daños y prejuicios, y el abogado Piroz es el contrademandante por parte del Estado. No he encontrado la sentencia final sobre este asunto, ni otras menciones directas del farmacéutico.
Sin embargo, aún aparece el 5 de diciembre de 1920 un farmacéutico de Mendavia, posiblemente se trata de Apellániz, en el diario La Rioja. Ahora está en Logroño, junto al nuevo alcalde, con ocasión de la festividad de Santa Bárbara, en su celebración por parte del 13 Regimiento de Artillería. Ambos son invitados al banquete ofrecido por los oficiales, en el Resturant Las Amecoas, “prestando brillantes a la cena el cariñoso saludo dirigido a las clases por los simpáticos señores alcalde y farmacéutico del vecino pueblo de Mendavia…”
Parece ser que al poco tiempo Apellániz se fue de Mendavia. Los Luco quedaron. Se sostuvieron como terratenientes. Uno de los montes de Mendavia recibía su nombre, el monte de Luco. Tuvieron conflictos permanentes con los jornaleros roturadores, quienes se negaron por algún tiempo (durante la segunda república) a pagarles renta, hasta que se vio la guerra venir y algunos jornaleros comenzaron a pagarla.
En 1929, se había logrado poner en funcionamiento un Consejo Regulador de la marca Rioja. Cirilo Martínez de Luco es su primer representante mendaviés. El Diario de Navarra (18-6-29) lo reseña:
En la sesión que celebró el sábado en Logroño el Consejo Regulador de la marca Rioja, que se refiere a los vinos que pueden llevar dicha marca, se procedió al sorteo para el año actual, como transitorio, de los 16 representantes de los viticultores que han de formar parte en el indicado Consejo en lo sucesivo, nombrados por ellos mismos, resultando nombrados por lo que afecta a Navarra los siguientes: En Mendavia, don Cirilo Martínez Luco; y en Andosilla, don Manuel Ordoñez Resano… (p. 56, Esta es otra historia).
En 1931 Cirilo es Secretario del Sindicato de Riego de Mendavia. Anuncia, como es habitual, el arriendo del molino (Diario de Navarra, 16-6-1931) (p. 93).
Fermín Martínez de Luco es nombrado alcalde de Mendavia en 1934. Los hechos fueron así: el alcalde elegido, Dionisio Salcedo, fue acusado de corrupción en relación con la construcción de carreteras (en realidad, fue Dionisio el que impulsó la construcción definitiva de la carretera Mendavia-Logroño, después de muchos años de proyecto casi detenido); esta fue la excusa política para nombrar un alcalde de la línea política radical: Fermín Martínez de Luco. Lo cuenta así el Diario de Navarra (1-11-34), que favorece esta tendencia política:
han quedado sustituidos con elementos no solo capacitados por su dignidad y competencia, sino que además por sus condiciones especiales y por sus circunstancias, de ellos se puede esperar la colaboración que necesita el régimen.
A principios de 1936, tras las nuevas elecciones, vuelve a ser elegido alcalde Dionisio Salcedo. Tras el golde de Estado de julio, el día 21 se impone nuevo ayuntamiento, de derechas, con Fermín Martínez de Luco como alcalde (“Mendavia”, en AAVV, 2008).  Dos meses más tarde, el 2 de octubre de 1936 el gobernador de Navarra autoriza al alcalde Fermín Martínez de Luco y a Máximo García, de la Junta de Guerra, a apropiarse de unas 700 robadas que habían sido sembradas colectivamente por los campesinos pobres unos meses antes; para ello reclutan a los hombres del pueblo más pobres, y a los de izquierda presos en el cuartel, y se les lleva con un brazalete blanco, a realizar trabajos de recolección (maíz y remolacha, sobretodo). Algunas mujeres recuerdan haber llevado la comida a sus padres. (pp. 165 y 283, Esta es otra historia). En noviembre de 1936, José Sagredo pasó a ser alcalde, pues Fermín Martínez de Luco, militar de carrera, fue convocado al Frente (ELVIRA Y SAINZ, 2017: 119-120). (p. 165, Esta es otra historia).
Estas menciones documentales, tan intrincadas, de los Martínez de Luco y Apellániz, son una buena ilustración sobre cómo se movían las tramas del poder político, económico y su vínculo con lo legal, a principios de siglo XX, en suelo mendaviés.